Akal / Los Caprichos
Fernando Bouza Álvarez
«DÁSELE LICENCIA Y PRIVILEGIO»
Don Quijote y la aprobación de libros en el Siglo de Oro
Todo empezó con un simple memorial de petición para imprimir un libro firmado por Miguel de Cervantes que fue elevado al Consejo Real de Castilla y del que el alto tribunal de gobierno empezó a ocuparse el 20 de julio de 1604. El consejero Gil Ramírez de Arellano fue quien recibió la encomienda de concederle, o no, lo que pedía y, en consecuencia, quien decidió que Antonio de Herrera realizase su censura, firmada por el cronista el 11 de septiembre.
El seguimiento de los distintos pasos por los que el manuscrito titulado entonces El Ingenioso Hidalgo de la Mancha se convirtió en las aventuras impresas de Don Quijote de la Mancha entre julio y diciembre de 1604 permite adentrarse en el proceso de aprobación de textos que era preceptivo para la impresión de un libro en el Siglo de Oro. Autores y censores, libreros e impresores, encomenderos y secretarios revelan las prácticas cotidianas en la concesión o denegación de licencias de impresión y en la fijación de la tasa que hacían una realidad concreta de la compleja normativa en estas materias acumulada desde tiempos de los Reyes Católicos. Su análisis permite conocer mejor la tramitación de la censura previa en España, mostrando cómo la existencia de evidentes intereses mercantiles en torno al libro o la rivalidad entre quienes eran autores y, al tiempo, censores ayudaron a la construcción de la moderna república de las letras hispana.
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© Fernando Bouza Álvarez, 2012
© Ediciones Akal, S. A., 2012
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ISBN: 978-84-460-4974-6
Para Regina M. Cercas Salgán
todo cuanto más es cuanto menos poco
Nota de agradecimientos
Las investigaciones previas a esta publicación han sido financiadas y se inscriben dentro de dos proyectos: Las letras y los iletrados: formas de comunicación y circulación de modelos culturales en el Siglo de Oro ibérico (MEC/MICINN, HUM2005-04130/HIST) y Propaganda y representación. Lucha política, cultura de corte y aristocracia en el Siglo de Oro ibérico (MICINN HAR2008-03678/HIST).
Una versión apenas esbozada de este texto se presentó el 11 de septiembre de 2008, cuando se cumplían cuatrocientos cuatro años de la firma de la aprobación de Antonio de Herrera, en Nuevas miradas, nuevas propuestas. II Congreso Internacional de la Sociedad de Estudios Medievales y Renacentistas. La SEMYR y el director de aquel congreso, Pedro M. Cátedra, se encuentran, pues, en el origen de estas páginas.
Deseo agradecer vivamente el generoso esfuerzo del personal del Archivo Histórico Nacional por haberme facilitado la consulta de la rica documentación que atesora. Junto a Eva Bernal, Elena Jiménez y Evelia Vega, la ayuda de María Jesús Álvarez-Coca, solícita y magnífica guía, para comprender la organización de las series de escribanías de cámara del Consejo de Castilla ha sido, simplemente, providencial.
Durante estos últimos años han sido muchos los especialistas que me han brindado su colaboración en la discusión de materias de imprenta del Siglo de Oro. A todos ellos, de Francisco Rico a Maria Grazia Profeti y de Mercedes Fernández Valladares a Ian Michael y de José Manuel Blecua y Aurora Egido a Clive Griffin y Luis Iglesias Feijoo, deseo expresar aquí mi agradecimiento. Selina Blasco, José Emilio Burucúa, Pedro M. Cátedra, Roger Chartier, Rosario Díez del Corral, Antonio Feros, María Luisa López Vidriero, Valentín Moreno Gallego y Carmen Sanz Ayán han seguido siendo tan liberales conmigo como siempre. Y, por último, un reconocimiento especial a Regina M. Cercas Salgán, a quien le di a leer el manuscrito subida a un árbol y que me ha enseñado que hay que adorar a Don Quijote porque hace que nos riamos.
Mosteiro, mayo de 2011
I
EL EXPEDIENTE DE APROBACIÓN DEL QUIJOTE EN LAS ESCRIBANÍAS DE CÁMARA DEL CONSEJO DE CASTILLA
Pocos libros le deben tanto a un solo documento como lo hace éste. Su escritura se justifica, acaso únicamente, por el afortunado hallazgo del expediente abierto por el Consejo Real de Castilla para la tramitación de la licencia y el privilegio de impresión pedidos para «un libro llamado El yngenioso hidalgo de la mancha compuesto por Miguel de Cervantes Saavedra»[1].
El expediente del Quijote, que, repárese, todavía no se llamaba así, se encuentra hoy en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, formando parte de las series de escribanías de cámara del Consejo Real, como tantos otros «pleitos y expedientes fenecidos» que habían sido tramitados por sus distintos escribanos[2]. Su contenido es tan sencillo en su formalizada materialidad documental como relevante, sin duda, para la historiografía y la crítica. Su texto es éste:
[r.] [cruz] Muy poderoso señor. Miguel de çervantes digo que yo e conpuesto vn libro intitulado el ingenioso hildalgo de la mancha del qual hago presentaçión. A V. Alteza pido y suplico sea servido de darme liçençia y previlejio para inprimirle por veinte años atento al mucho estudio y trabajo quen conponer el dicho libro e gastado y ser de letura apaçible, curiosa y de gran ingenio quen ello reçeviré gran bien y merçed y para ello &c. Miguel de Cerbantes [rubricado].
[v.] Secretario Gallo. / En Valladolid a xx de julio de 1604. / Véase. / Señor Ramírez de Arellano. / Véale Antonio de herrera cronista de su Magestad. / Dásele licencia y priuilegio por diez años. / Pide liçençia para inprimir un libro y previlejio.
/ /
[cruz] Por mandado de V. Altª he visto un libro llamado El yngenioso hidalgo de la mancha compuesto por Miguel de Cervantes Saavedra y me pareçe, siendo dello V. Altª seruido, que se le podrá dar licencia para imprimille porque será de gusto y entretenimiento al pueblo a lo qual en regla de buen gobierno se deue de tener atención, aliende de que no hallo en él cosa contra policía y buenas costumbres y lo firmé de mi nombre. En Valladolid, a xi de setiembre 1604. Antonio de Herrera [rubricado].
Además de ofrecer el memorial original por el que se solicitaba licencia y privilegio de impresión para la novela, firmado por su autor [véase imagen 1], el expediente conserva la censura que de ella había realizado Antonio de Herrera Tordesillas por encargo del Consejo [véase imagen 2]. El cronista real la firmó en Valladolid a 11 de septiembre de 1604, pero, como se sabe, no apareció en la princeps cervantina ni en sus posteriores ediciones.
Junto a esto, el expediente revela distintas circunstancias de la tramitación de «El yngenioso hidalgo de la mancha», entre las que cabe destacar la crucial actuación que en ella tuvo el licenciado Gil Ramírez de Arellano[3],