Robert Goodman

Claves secretas de la historia


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href="#fb3_img_img_05737591-b0d7-5a70-a13e-dc58005f1482.png" alt=""/>Giuseppe Mazzini (izquierda) y Albert Pike (derecha).

      Debemos dejar que todas las federaciones sigan igual, con sus mecanismos, autoridades centrales y distintos modos de correspondencia entre los grados altos del mismo rito, organizados como están en la actualidad; pero debemos crear un «súper rito» que permanezca desconocido, para el cual sólo convocaremos a aquellos masones de grado superior a quienes seleccionamos. Con respeto a nuestros hermanos masones, deben jurar mantener sus actividades bajo el más estricto secreto. Mediante este rito superior, controlaremos a todos los masones dando lugar a un único centro internacional, el más poderoso porque su dirección sería desconocida.

      Según Jan van Helsing, esta elite procede del grado 33 del Rito Escocés. Al igual que muchos ocultistas, Albert Pike tenía un «guía espiritual» que le orientaba en sus estrategias para implantar el Nuevo Orden Mundial. En una carta que envío a Mazzini, el 15 de agosto de 1871, transcribe uno de los mensajes que recibió de su guía. El contenido de la misiva incluye planes para provocar tres guerras mundiales, describiendo con gran precisión acontecimientos que han ido sucediendo dentro de su macro agenda mundial. Lógicamente, estas coincidencias no deben ser atribuidas a los poderes proféticos del guía espiritual de Pike, sino a los agentes de los Illuminati que se han encargado de manipular los sucesos políticos para hacer realidad dichos planes.

      La supuesta exposición de la citada carta en el Museo Británico, en 1925, no está exenta de polémica. Algunos investigadores dan como válida la versión del cardenal Caro Rodríguez, quien sostenía que la carta había sido catalogada y expuesta por el Museo Británico, extremo que niegan los responsables del Museo. Sea como fuere, las siguientes líneas extraídas de la carta en cuestión mostrarían que las tres guerras mundiales habían sido premeditadamente planeadas tiempo atrás:

      La Primera Guerra Mundial permitiría a los Illuminati eliminar el poder de los zares en Rusia dejando el país en manos de los comunistas. Las diferencias instigadas por los agentes de los Illuminati entre los imperios británico y germánico servirían para fomentar esa guerra. Al final de la cual, el comunismo quedaría establecido y utilizado para destruir otros Gobiernos y debilitar las religiones.

      Es un hecho que la alianza política de Gran Bretaña y Alemania, forjada entre 1871 y 1898 por Otto von Bismarck, fue un instrumento decisivo para el estallido de la Primera Guerra Mundial.

      La Segunda Guerra Mundial tendría a los fascistas a un lado de la línea y a los sionistas en la otra. Para acabar con el fascismo y fortalecer el sionismo político con vistas a la creación del Estado de Israel en Palestina había que ahondar en la sima que separaba a ambos. Durante la Segunda Guerra Mundial, el comunismo internacional tenía que ser lo suficientemente fuerte como para equilibrar el poder del cristianismo, que quedaría controlado y restringido hasta utilizarlo posteriormente para el cataclismo social final.

      Acabada la Segunda Guerra Mundial, la fuerza del comunismo se puso de manifiesto con la absorción de Gobiernos más débiles con la connivencia de los aliados occidentales. En 1945, la conferencia de Potsdam, entre Truman, Churchill y Stalin, legalizó la entrega de parte de Europa a Rusia, mientras que las secuelas de la guerra con Japón contribuyeron al desarrollo del comunismo en China.

      La Tercera Guerra Mundial debe fomentarse sobre la base de las diferencias ahondadas una vez más por los agentes de los Illuminati entre sionistas políticos y líderes del mundo islámico. La guerra se debe conducir de tal manera que el Islam y los sionistas (Estado de Israel) se destruyan mutuamente. Mientras tanto, las otras naciones, divididas habitualmente sobre este asunto, se verán obligadas a luchar hasta llegar al agotamiento físico, moral y económico. La idea es dejar que los nihilistas y los ateos provoquen un cataclismo social dramático que enseñe a las naciones la consecuencia del ateismo absoluto, origen del salvajismo y el desorden sangriento. Después, en todas partes, los ciudadanos se verán obligados a defenderse contra una minoría global de revolucionarios y exterminarán a estos destructores de la civilización y, desilusionados del cristianismo, recibirán la luz verdadera a través de la manifestación universal de la pura doctrina de Lucifer. Esta manifestación será el resultado del movimiento reaccionario general que seguiría a la destrucción mutua tanto del ateismo como del cristianismo.

      Desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, los acontecimientos en Oriente Medio muestran una inestabilidad creciente entre los sionistas y los árabes. La situación en Irak, Afganistán, Palestina y, en un próximo futuro, Irán y Siria podría agravarse hasta tal punto que una Tercera Guerra Mundial sería inevitable.

      Números, símbolos y señales

      Franklin Delano Roosevelt, presidente de Estados Unidos antes de Truman y masón de grado 33, decía que nada sucede en política por casualidad, tal y como pretendo mostrar en este libro. Casi todas las tragedias orquestadas por los Illuminati ocurren en fechas simbólicas cuyo análisis revela un hilo común relacionado con acontecimientos anteriores.

      Veamos, en primer lugar, el simbolismo y los números especiales incorporados en el diseño del billete de un dólar.

      La mitad izquierda del anverso del billete muestra el «gran sello de Estados Unidos», formado por una pirámide truncada, encima de la cual se sitúa un triángulo rodeado de luz con un ojo abierto en su centro. Tradicionalmente la forma de la pirámide ha sido considerada como símbolo esotérico cuyo significado es la convergencia hacia lo alto, la fuente de la iluminación suprema y el punto de la no-dualidad, es decir, lo Absoluto. Una pirámide truncada y coronada por un triángulo, parece indicar que el camino de la humanidad hacia Dios esta cortado; existe una separación entre la parte superior de la pirámide y la base del triángulo haciendo que lo Absoluto sea inalcanzable. Ese triángulo isométrico con un ojo también aparece en los blasones de las logias masónicas de todo el mundo, aunque no es un símbolo masónico propiamente dicho. Su introducción fue posterior a la infiltración de los Illuminati en las logias masónicas a finales del siglo XVIII. Los Illuminati lo llamaban su delta resplandeciente. El ojo alude a la capacidad de los Illuminati de verlo todo, como el Gran Hermano de la novela de George Orwell, 1984. El delta resplandeciente representa el esclarecimiento mental, así como la letra griega «delta» alude a la transición. La base de la pirámide y el lado occidental están en sombra. Según el escritor británico, Simon Cox, en su libro Diccionario de ángeles y demonios, algunos investigadores afirman que dicha sombra representa la oscuridad en el oeste del país, que no había sido explorado todavía en aquellos momentos. También el sol, que es un símbolo muy importante de la logia de los Illuminati, se pone en el oeste abriendo el camino hacia la oscuridad. En un universo dual existen los opuestos, como son la oscuridad y la luz. El triángulo, sin embargo, no tiene zona sombreada. Esto es intencional, ya que el dios de los Illuminati resplandece también en la oscuridad.

      En la base de la pirámide viene la fecha de 1776 en números romanos, el año de nacimiento de los Illuminati de Baviera, concretamente el 1 de mayo; 1776 es también el año de la declaración de Independencia, aunque el día es el 4 de julio.

      La transición representada por la mencionada «delta resplandeciente» está reflejada en las palabras latinas al pie de la pirámide, NOVUS ORDO SECLORUM, es decir, el «Nuevo Orden Seglar». Hay que recordar que para los Illuminati las religiones son un estorbo en el camino del esclarecimiento científico. Las palabras IN GOD WE TRUST («en dios confiamos») pueden parecer contradictorias, aunque su significado es que Dios está más allá de las religiones y es la energía común que aglutina a todos. Estas palabras coronan a otra en el centro del billete, ONE que significa «uno». Es decir, dios es uno y no patrimonio exclusivo de una religión. Por encima del triángulo se ven las palabras, ANNUIT COEPTIS, cuya traducción viene a decir, «ha favorecido a nuestra empresa». La referencia apunta hacia los que habían colaborado y colaboran para que se produjera esa transición hacia la luz. Si consideramos los objetivos de los Illuminati, el dios que veneran es Lucifer, portador de la luz para ellos y sombra para el resto de la humanidad.

      Los