Robert Goodman

Claves secretas de la historia


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      En la pirámide del Gran Sello hay 13 escalones; 13 letras en ANNUIT COEPTIS; 13 letras en la frase E PLURIBUS UNUM («una nación formada por muchos pueblos») que sostiene en el pico el águila del Gran Sello; hay 13 estrellas encima del águila; 13 hojas en la rama del olivo que sostiene ésta; 13 barras en el escudo detrás del cual esta el águila; 13 penachos de plumas en cada tramo del ala del águila y 13 flechas sujetas en la otra garra. Además en la firma de la declaración de Independencia había 13 firmantes y 13 colonias; también hay 13 franjas en la bandera de Estados Unidos.

      Conclusiones

      Se dice que la orden de los Illuminati de Baviera desapareció oficialmente tras la persecución de sus miembros en la Alemania de 1785, pero la verdad es bien distinta. Algunos de sus miembros huyeron a otras zonas de Europa y a Estados Unidos. A finales del siglo XIX no quedaban Illuminati en Europa, aunque encontraron su refugio ideal en Estados Unidos, donde han seguido operando desde entonces y donde gozan de la situación ideal para continuar y crecer en ese Nuevo Mundo. El Gran Sello y otros diseños en el billete de un dólar, así como varias cartas reveladoras, son pruebas de ello. En el mismo año del destierro de Weishaupt y la prohibición de la secta, se constituye la logia Colombia de los Illuminati, en Nueva York, y de ahí la orden de los Illuminati de Estados Unidos, conocida como la logia Rockefeller desde principios del siglo XX. Fue Albert Pike quien propuso un plan diabólico para implantar al Nuevo Orden Mundial a través de tres guerras mundiales y de la entrega del planeta a Lucifer. Muchos de los sucesos políticos trágicos de los últimos cien años han sido provocados por esta siniestra secta y es muy posible que durante este siglo sigan la misma política para alcanzar su objetivo.

      La mayoría de los masones del mundo no progresan más allá de los primeros tres grados de iniciación, a pesar de la existencia de otros treinta grados superiores en el llamado Rito Escocés y once más en el Rito de York. En su libro ...And the Truth Shall Set You Free (Y la verdad os hará libres), David Icke dice:

      Los hombres que van a su logia local en tu ciudad no tendrán ni la más remota idea de cómo su organización los utiliza. Para que el plan funcione, hay que mantenerlos a oscuras y qué mejor manera de lograrlo que mediante los distintos niveles de iniciación. Sólo los «aceptables» progresan a los niveles superiores y averiguan lo que realmente ocurre. La gran mayoría de los masones ocupan los tres niveles inferiores. Son la carne de cañón de la organización. Entre los grados cuatro y treinta y tres, encontrarás a los que «piensan correctamente» y que tienen influencia en la sociedad hasta los presidentes de Estados Unidos. Después del grado 33 existen los «grados Illuminati». Algo que no se menciona en ningún manual de la masonería. Estos últimos son los que controlan el espectáculo y son agentes de la secta del «Ojo que todo ve». La masonería global es una enorme pirámide de manipulación.

      Morales y dogma

      Que las logias masónicas tienen una agenda secreta es algo en lo que coinciden muchos investigadores. Los análisis de los libros escritos por masones sobre la masonería muestran, sin ningún género de duda, que el objetivo final de la masonería es destruir el cristianismo para abrir el camino hacia un Nuevo Orden Mundial, inspirado por una única religión: el luciferismo. El sostén de la masonería superior es un libro de Albert Pike, titulado Las enseñanzas de la masonería que recoge las opiniones de célebres escritores masónicos como Albert G. MacKay, de grado 33 y autor de los dos tomos de Una Enciclopedia de masonería, donde declara que Pike fue uno de los escritores masónicos más importantes de todos los tiempos. Otro masón del mismo grado, Arthur Edward Waite, también autor de una enciclopedia sobre la masonería sostiene que Pike fue un gran genio de la masonería. Por su parte, el escritor Carl Claudy, de grado 33, se refiere a Pike como «uno de los genios más grandes de la masonería [...]. Fue un místico, un experto en simbología y profesor de las verdades ocultas de la masonería».

      En Las enseñanzas de la masonería, Pike alude a un «secreto» escondido en el libro que sólo pueden encontrar los adeptos de grado 32 o 33 (los que tienen un poder mental superior), y afirma que otros masones o personas fuera de la masonería se engañan en relación con el uso de los símbolos masónicos y, especialmente, con el verdadero significado de la Luz, vinculado con el Gran Arquitecto del Universo, el dios masónico. Para Pike, la verdad es relativa y se equivocan los que dicen que la Biblia está inspirada en lo Absoluto. En la Biblia se dice que matar es un crimen, pero, para Pike, con frecuencia un hombre debe sacrificarse si su muerte beneficia a otros. Franklin D. Roosevelt, un masón del grado 33, creía en ese principio de Pike, aplicándolo al caso del ataque de Pearl Harbour. Aunque ese presidente de Estados Unidos sabía al menos una semana antes que Japón iba a atacar, no hizo nada para evitarlo. El sacrificio de cientos de hombres inocentes benefició a su país ya que proporcionó la excusa ideal para declarar la guerra a Japón y, a la vez, participar en la guerra contra Alemania, contrariando sus promesas electorales. Las palabras exactas de Pike dicen: «[...] el interés e incluso la vida de un hombre debe sacrificarse por los intereses y bienestar de su país y de la mayoría».

      Después de Roosevelt ha habido muchos otros casos de presidentes y primeros ministros masones que han recurrido al principio del sacrificio de Pike para justificar la muerte de inocentes en conflictos y guerras de todo tipo. Algo que veremos más adelante en este libro.

      La masonería como religión

      Como toda religión que se precie, la masonería tiene su propio dios. Sin embargo, el segundo nivel de una logia no quiere que los masones inferiores sepan que se venera a un dios distinto del suyo. De modo que ocultan intencionalmente a sus hermanos el significado del sol en los distintos ritos. Pike explica que las logias se sitúan en dirección este-oeste, porque el Maestro representa el sol naciente. Aquí no está hablando del astro rey, que aparece al amanecer y se pone en el ocaso. Habla de un dios oculto cuyo símbolo es el Sol y que nos remite al dios Osiris de los egipcios que, según afirma Pike, tenía un dios rival, Adonai (uno de los nombres que se da a Yahvé en el Antiguo Testamento). Consecuentemente, en todos los grados se pide al iniciado que busque la Luz. Así, el neófito ha de buscar esa Luz. En todas las culturas, la luz simboliza la inteligencia, el conocimiento y la verdad, en oposición a la oscuridad que simboliza la ignorancia y la maldad. De modo que los masones son los buscadores de la luz cuya fuente es el «secreto» o «parte del secreto» en Las enseñanzas de la masonería.

      Pike también relaciona el Sol (con mayúscula) con el «Ojo que todo ve» de las logias masónicas y con la serpiente cornuda, el jeroglífico de un dios egipcio. En la Biblia, la serpiente representa a Lucifer o a Satanás. En otras palabras, Pike vincula un dios «Solar» distinto al Dios de la Biblia con una «serpiente» y el «Ojo que todo ve». Además, en su libro Mágnum Opus, afirma que el Dios Solar no creó nada. Esta revelación de Pike significaría que los masones reconocen a dos dioses en el universo, un Dios Creador y un Dios Solar que recibe el nombre de Gran Arquitecto del Universo, que, como tal, diseña pero no crea.

      Volviendo a la luz que busca el masón, Pike identifica su fuente como un «portador de luz». En Las enseñanzas de la masonería, se puede leer: «¡LUCIFER, el portador de luz! ¡Un nombre extraño y misterioso para dar al espíritu de la oscuridad! ¡Lucifer, el Hijo de la Mañana! ¿Es el que porta la Luz...? ¡No hay duda!».

      Con estas aseveraciones queda claro que los masones de alto grado reconocen que la Luz que piden viene de Lucifer, el portador de Luz, también conocido como Satanás o el diablo. Lucifer es el nombre de Satanás antes de su caída. Si las Escuelas de Misterio hubieran creído que este ser «caído» era un dios, habrían creado y mantenido una religión para venerarlo. Posiblemente se la conociera como «la religión misteriosa de los antiguos».

      La Estrella del Oriente

      Existe otra forma para que un masón llegue a saber que Lucifer es el dios de su organización global: mediante el estudio del símbolo de la Estrella del Oriente, un grupo auxiliar, básicamente para «las mujeres, hijas, madres y viudas de los masones del tercer grado». El símbolo de esta estrella es una figura con una punta hacia abajo y dos hacia arriba. Esto quiere decir que la estrella es la inversa de la de cinco puntas que vemos normalmente. En un libro escrito por