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Buda tenía sus días malos! Siempre hay nuevas experiencias que ponen en jaque una sensación de poder personal.

       Cada día, mire el diagrama y pregúntese: «¿Estoy en el mismo sitio o me he movido?». Mueva la chincheta de acuerdo con esas sensaciones.

       Si es consciente de la dirección que quiere seguir, le será más fácil tomar decisiones sobre lo que debe hacer en su vida. Antes de emprender algo, pregúntese: «¿Me lleva esta acción a un lugar más poderoso?». Si no es así, debe pensarlo dos veces antes de llevarla a cabo. Una advertencia: si avanza en cualquier sentido, sabiendo que ese acto le llevará a una posición de dolor, no se irrite contra sí mismo por haberlo hecho. En la siguiente ocasión podrá tomar una decisión distinta. Use sus «errores» como experiencias del aprendizaje. Recuerde que cada vez que la emprende contra sí mismo por algo que ha hecho se mantiene en el camino del dolor.

       Use el diagrama como un juego. El hecho de considerarlo así le ayudará a no atribuirle demasiada seriedad a la situación. Si tiene hijos, puede proponerles hacer sus propios diagramas y de esta manera hacer un juego familiar con la experiencia del crecimiento.

       Es una buena idea hacer distintos diagramas para las diferentes facetas de su vida. Para sentirse realmente poderoso, necesita estar a cargo de todos los aspectos de la existencia: el trabajo, la familia, el medio ambiente, la salud, etcétera. Muchas personas controlan perfectamente algunas facetas de sus vidas, mientras otras permanecen en un lamentable olvido. Yo, por ejemplo, soy muy cuidadosa en todo lo que se refiere al trabajo, pero necesito trabajar más el área del ejercicio físico.

      Observe que su movimiento en el diagrama sólo está determinado por su propio sentimiento intuitivo acerca de hasta dónde progresa para alcanzar más dominio de su vida. Ningún otro puede juzgar eso, por más que se esfuerce. Aunque pueda parecerle que su vida es indisociable del mundo exterior, es su propio sentimiento de paz interna y crecimiento el que determina dónde está en el diagrama. Es solamente un sentimiento íntimo.

      Uno puede preguntarse si necesita realmente llegar tan lejos para ponerse en marcha. Confíe en mí... ¡Lo hará! Al principio, usted necesitará apelar a todos los ardides posibles para recordarse a sí mismo dónde quiere ir. No se hará más fuerte sin concentrarse en el poder. Como había imaginado ya, el simple hecho de saber qué se debe hacer no implica que uno lo haga, ni siquiera que lo recuerde. Para ayudarse en su camino del dolor al poder, conviene que empiece a desarrollar un «vocabulario del dolor al poder». La manera en que utilice las palabras tendrá un enorme impacto sobre la calidad de su vida. Elija, para fabricarse un «vocabulario del dolor al poder» la fórmula del cuadro de la página siguiente.

      «No puedo» significa que usted no controla su vida, mientras que «No lo haré» plantea una situación en el dominio de la elección. Desde este momento, elimine «no puedo» de su vocabulario. Cuando usted le entrega a su subconsciente el mensaje «no puedo», su subconsciente cree realmente lo que le envía y lo registra en su ordenador: Débil... Débil... Débil... Su subconsciente cree sólo en lo que oye, no en lo que es cierto. Usted podría estar diciendo «no puedo» simplemente para librarse de una invitación a cenar... Como, por ejemplo: «No puedo ir a cenar esta noche. Tengo que prepararme para la reunión de mañana». Pero su subconsciente registra: «¡Él es débil!». En realidad, su «no puedo ir a cenar» no es cierto, La verdad es que: «puedo ir a cenar, pero opto por hacer algo que tiene prioridad en ese momento». Pero el subconsciente no puede distinguir la diferencia y registra a pesar de todo la palabra «débil».

      Vocabulario del dolor al poder

      Por más que uno quiera mostrarse más delicado con el que le invita que con la frase expresada, puede no usar las palabras «No puedo», cambiándolas por: «Me gustaría ir a cenar, pero tengo mañana una cita que es importante para mí. Me sentiría mejor si fuera a ella totalmente preparado. De modo que prefiero no ir esta noche y confío en que me invitarás en otra ocasión». Esta frase tiene autenticidad, integridad y fuerza. El subconsciente le oye exponer sus prioridades con claridad y preferir el resultado que le sirve mejor a su crecimiento personal. Esa opción no le deja ser la impotente víctima de su cita.

      «Yo debería» es otra manera de perder. También eso implica que uno no tiene opciones en la vida. «Yo podría» es más vigoroso. «Yo podría hacerle una visita a mi madre, pero prefiero ir hoy al cine.» Esta otra manera de hablar sitúa las cosas en el dominio de la elección en vez del de la obligación.

      «Puedo visitar a mi madre o ir al cine. Creo que optaré hoy por mi madre.» Los «debería» suscitan culpa y desconcierto... sentimientos totalmente negativos.

      A usted le arrebatan su fuerza cada vez que pronuncia las palabras «Yo debería».

      «No es culpa mía» es otro ejemplo. Nuevamente, uno parece desamparado. Es mejor asumir la responsabilidad por lo que le suceda a uno en la vida que ser siempre la víctima. «No es culpa mía si estoy enfermo», «no es culpa mía si he perdido mi empleo». Si usted está dispuesto a asumir la responsabilidad, podrá ver qué es lo que puede cambiar en el futuro. Con respecto a la enfermedad, diga: «Soy totalmente responsable de mi enfermedad. Veamos qué puedo hacer para impedir que vuelva a ocurrir. Puedo cambiar mi dieta. Puedo disminuir mi tensión. Puedo dejar de fumar. Puedo dormir lo suficiente». Y así sucesivamente. ¡Vea cuán poderoso puede ser! Lo mismo sucede con la pérdida del empleo. Si usted es responsable, puede estar mejor preparado la vez siguiente, puede descubrir por qué las cosas pasaron así. Tiene el control de la situación. Cada vez que usted logra un mejor control de su vida, avanza hacia una posición de poder, lo que, en última instancia, disminuirá su nivel de miedo.

      «Eso es un problema» es otra frase mortífera. Es densa y negativa. «Eso es una oportunidad» le abre la puerta al crecimiento. Cada vez que usted ve el premio que le ofrecen los obstáculos de la vida, puede manejar las situaciones difíciles en una forma compensatoria. Cada vez que tiene la oportunidad de ensanchar su capacidad de controlar el mundo, su poder aumenta.

      «Confío» es otra palabra propia de una víctima. «Sé» tiene mucho más poder.

      Confío en conseguir un empleo.

      Sé que conseguiré un empleo.

      ¡Qué diferencia! La primera de esas frases le llevará por un camino de noches inquietas e insomnes. La segunda contiene paz y serenidad.

      «Si tan sólo» es algo aburrido. Usted notará el gimoteo que hay detrás de eso. «La próxima vez» implica que ha aprendido de la situación y usará lo aprendido en próximas ocasiones. Por ejemplo: «Si tan sólo no le hubiese dicho eso a Tom» puede ser expresado en otra forma: «Ahora sé que Tom se resiente al tocar ese asunto. La próxima vez tendré más tacto».

      «¿Qué haré?» También aquí usted puede adivinar el lloriqueo y el miedo implícitos en esas palabras. Usted, como todos los demás, tiene en su interior fuentes increíbles de poder que no ha usado nunca. «Sé que puedo afrontarlo. No tengo motivo para preocuparme.» En vez de: «He perdido mi empleo. ¿Qué haré?», pruebe «He perdido mi empleo. Sé que puedo afrontarlo».

      «Es algo terrible» suele proferirse en las circunstancias más inadecuadas. Por ejemplo: «He perdido mi cartera. ¿Verdad que es terrible?». ¿Qué tiene de terrible haber perdido una cartera? Es, ciertamente, una incomodidad, pero difícilmente se podría definir como algo terrible. «He engordado un kilo. ¿Verdad que es terrible?». Difícilmente se podría llamar terrible al hecho de haber engordado un kilo. Así es como nos referimos a las cosas triviales de nuestra vida. Y nuestro subconsciente está registrando: «Desastre... Desastre... Desastre...». Sustituya «es terrible» por «Es una experiencia de aprendizaje».

      Aunque uno podría sentirse más justificado al decir «Es algo terrible» si un ser amado padece cáncer, recuerde que esa actitud le resta a usted la fuerza para afrontar esa situación. Hay muchos que han aprendido cosas importantes de la experiencia. Lo sé, porque soy uno de ellos.

      Mi experiencia sobre el cáncer me ha enseñado muchas cosas maravillosas