específicas del siervo. Capítulo 42 es una, capítulo 49 es otra y capítulo 50, versículos 4 al 11 es la tercera. Esta es la cuarta de lo que llamaríamos “las canciones del siervo de Isaías, o las profecías del Siervo”.
Ahora, en esta presentación del Siervo que tenemos frente a nosotros, el profeta nos llama a ver a este Siervo, y sorprendernos. Si fuera titular este mensaje, lo titularía: “El Siervo sorprendente de Jehová”. No sé qué pusieron en la Grace Today, pero yo lo titularía: “El Siervo sorprendente de Jehová”. Esta es la revelación más completa, más poderosa, más importante del Mesías en todo el Antiguo Testamento aquí, frente a nosotros. Ahora un poco más de trasfondo en esto. Si usted regresa a Samuel, usted comienza a tener la revelación de Dios llegando a través de los profetas. Moisés fue profeta en un sentido, él dio profecía divina, él predijo inclusive al Mesías, un profeta que vendría, él lo identificó. Pero, realmente, la responsabilidad o el oficio profético, como lo conocemos comienza con Samuel.
Otros, hablaron por Dios y ese sería un ministerio profético, pero el oficio profético en cierta manera comienza con Samuel. Esto es, alrededor del año 1000 antes de Cristo, entonces, unos 300 años antes de Isaías. Y a los profetas de manera regular se les dijo que habría una época cuando Dios gobernaría y reinaría en Israel y desde Israel sobre todo el mundo. Muy bien, eso simplemente es básico. Habría una época en la que Dios reinaría y gobernaría desde Israel sobre todo el mundo. Claro que esto tenía conexiones con las promesas de Abraham y David como usted bien sabe.
Reino y gobierno en Israel
Dios reinaría y gobernaría en Israel sobre el mundo, y aquí está la clave, mediante un Rey Justo, mediante un Rey Justo llamado en el pacto abrahámico “la Simiente”, y en el pacto davídico, “el Hijo de David”, un Rey Justo. Este Rey liberaría a Israel de sus enemigos como vimos en el Benedictus de Zacarías, este Rey liberaría a Israel de sus pecados. Entonces, sería una liberación temporal, y lo que es aún más importante, una liberación espiritual. Debido a las promesas de la Simiente y el Rey, el Rey Justo vendría y traería salvación y traería liberación para Israel y a través de Israel para el mundo, la esperanza de los judíos había sido elevada, querían ese Rey, esperaban ese Rey, usted puede regresar hasta la era de Samuel y recordará que ellos querían un rey, y entonces, escogieron a uno llamado Saúl, pusieron su esperanza en Saúl, y quizás de hecho asumieron que Saúl sería ese rey que vendría y traería salvación y haría de Israel la gema del mundo y reinaría desde Israel sobre el mundo entero y traería un reino de justicia y paz. No obstante, Saúl fue rechazado, él fue rechazado por Dios, por su entrometimiento terrible en la función sacerdotal, al sobrepasar sus límites.
Él fue un hombre pecaminoso, y no solo él fue rechazado, sino que su descendencia fue aislada y fue vetada de volver a reinar en Israel. Las esperanzas entonces cambiaron a David, pero David tuvo sus propios problemas y David fue un hombre tan pecaminoso y tan sangriento, que Dios ni tan siquiera le permitió a David que fuera el que construyera el templo. Recordemos que David le dijo a Natán el profeta: “Voy a construir el templo, y Natán le dijo: Adelante. Y Dios vino a Natán, de noche, y le dijo: ¿Por qué le dijiste eso? No me preguntaste, no quería que construyera eso. Él es un hombre de sangre”.
David tenía sus problemas, fue pecaminoso y no iba a ser ese Rey Justo. Pero la promesa vino en 2º de Samuel 7, que sería un hijo de David y las esperanzas deberían haber sido colocadas inmediatamente en Salomón, y debió haberse visto realmente bien cuando Salomón vino, porque él engrandeció mucho el reino, y él se convirtió en la persona más rica en el mundo, por mucho y no solo eso, porque, en cierta manera al comienzo de su reinado él pidió sabiduría, Dios le dio sabiduría en abundancia y entonces él pudo ser exitoso en todo lo que hizo.
Pero resultó que Salomón fue una tragedia total. Salomón se alejó de Dios porque se casó con tantas esposas y tuvo tantas concubinas, se estaba involucrando en relaciones físicas con cientos de mujeres. Él fue un hombre que se entregó al pecado. Él no solo no iba a ser el Rey Justo. Ya para cuando usted llegue al final de su reinado, el reino entero se divide en pedazos y el Reino del Norte se va, y todo rey después de él en el Reino del Norte es miserable y corrupto y vil e impío. Ese no es el bueno. Y el Reino del Sur lucha por sobrevivir con una larga lista en donde la mayoría de los reyes fueron corruptos y unos cuántos decentes estuvieron por ahí.
La gente comenzaba a perder la esperanza en el rey humano, inclusive de los lomos de David, de hecho, la línea de David fue tan mal en un punto, que uno de los descendientes de David, llamado Manasés, se convirtió en rey. Probablemente se acuerda del rey Manasés.
Permítame darle el post-mortem de Manasés, y esto es lo único que necesita saber, 2º de Crónicas 33:9: “Manasés, pues, hizo extraviarse a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó de los hijos de Israel”. Un hijo de David guio a Israel a hacer más maldad de lo que los cananeos habían hecho a quienes Israel expulsó, y los cananeos fueron personas viles, idólatras, paganas. Así de mal estuvo.
Todos los reyes en el norte son corruptos. Virtualmente los reyes en el sur son corruptos con unas cuantas excepciones. Ninguno de ellos cumplió las posibilidades de ser un Rey Justo. Todos fueron un fracaso a un grado u otro. Hubo unos cuantos reyes nobles en el sur, como usted sabe, pero ningún rey humano parecía ser capaz de cumplir con esta promesa esperada. De hecho, la vida de Isaías llega a su fin durante el reinado de Manasés. La vida de Isaías llega a su fin durante el reinado de Manasés cuando este hizo que Isaías fuera cortado a la mitad con una sierra de madera.
Y eso es lo que la tradición nos dice y es coherente con Hebreos 11:36 y 37, el cual se refiere a héroes del Antiguo Testamento siendo partidos a la mitad. Ese fue Isaías. ¿Qué tan mal estuvo? Ningún rey humano fue una esperanza. Es solo apenas antes de que Isaías fuera partido a la mitad, apenas en el tiempo en el que Manasés está entrando al poder, que Isaías de hecho, profetizó durante el reinado de cuatro reyes. Si recuerdo de manera correcta, Uzías, Jotam, Acaz, Ezequías. Ustedes se acuerdan: “En el año que murió el rey Uzías, vi yo al Señor”, capítulo 6 y los otros tres. Y él profetizó durante esos años y fue las profecías que él profetizó durante esos años que se registran en esta profecía, en su profecía. Pero fue cuando Manasés entró, y esto es lo mejor que podemos identificar históricamente, que él fue aserrado por la mitad alrededor del año 686 antes de Cristo, y probablemente Isaías escribió apenas antes de eso.
Entonces, él escribió esta profecía de esperanza, gracia y salvación en un momento en la historia de Judá que estaba en su momento más oscuro de la historia. Tuvieron a Manasés como rey e iban a la cautividad, no podía ser peor que eso. Su templo será destruido, su capital será destruida, el Reino del Norte ya ha sido llevado de manera permanente para nunca volver a regresar y eran los siguientes.
En un tiempo cuando la línea de David estaba en su punto más corrupto y más vil y más impío, Dios entra, y le da a Isaías una revelación nueva, dramática, del Rey Justo. Una revelación nueva y dramática del Rey Justo. Si iba a ver un tiempo en su historia en el que la necesitaron, era en ese entonces, ¿verdad? Cuando toda la esperanza se había acabado, ya se iban, se había acabado. Y fue una masacre sangrienta cuando los babilonios vinieron.
Y aquí estaban las noticias, las noticias sorprendentes, las noticias conmovedoras, Él no solo sería un Rey que reinaría, Él sería un Esclavo que sufriría. Él no solo sería un Rey que reinaría, sería un Esclavo que sufriría, y su gloria no vendría sino hasta que Él hubiera sufrido. Y, además, Él no sufriría por alguna maldad que Él habría hecho, porque Él sería un Rey Justo, sino que más bien sufriría por la maldad que otros habrían hecho. Él sufriría de manera vicaria. Este es una revelación nueva. El Rey Justo sufriría. El Rey Justo moriría, pero no moriría por su propio pecado, moriría por los pecados del pueblo. Él moriría al pagar por los pecados de los suyos.
El siervo sufriente
Él sería un sustituto quien moriría en el lugar del pueblo. Y aunque esa realidad es retratada en el sistema de los sacrificios animales. Es retratada aquí. No fue sino hasta esta profecía que fue presentada de manera clara. Ahora conozcamos