Martín Rodriguez

La grieta desnuda. El macrismo y su época


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en la consideración oficial. Desde la CGT hasta la Federación Universitaria Argentina (FUA), el nuevo cristinismo procedió a romper la unidad allí donde la encontrara. Esta duplicación se aplicó inclusive en los asuntos más sensibles de la seguridad, como en el caso de los servicios de inteligencia. Un Estado Blue y camporista que funcionaba como el articulador real del nuevo movimiento: el Estado militante, trinchera y unidad básica a la vez. Tal vez por eso Unidos y Organizados tuvo tan poca vida: todos sabían que la realidad del poder residía en el Estado y en la organización juvenil insignia de la Presidenta. Desde el punto de vista político, el problema es que no tuvo éxito. Recordemos que el historiador y periodista Hernán Brienza escribió en esos días el manual de intenciones de Unidos y Organizados, al extremo de decir en ese decálogo extenso publicado en el diario del “empresario” Sergio Szpolski, Tiempo Argentino (14), que Unidos y Organizados nacía como “control de calidad ideológica del peronismo”. Conclusión: sin producir poder, se lo consumían.

      El intento fallido quebró la unidad, pero la duplicación de funciones fue su única “victoria”: dejó a todos malheridos, pero no logró trascender en un modelo político alternativo. Esa coexistencia tensa quedó expresada en la extravagante fórmula Scioli-Zaninni, que operó el milagro de dejar a todos disconformes a la vez. La fórmula más malquerida de la historia del peronismo desde Luder-Bittel.

      El nuevo poder avanzaba con temas de agenda propia que, sin embargo, no lograban sintonizar como antes con la agenda social argentina mayoritaria. El 7-D (pensado en torno a la lucha contra el multimedios Clarín), la “democratización de la Justicia” o el “Acuerdo con Irán” no lograban emparentar en la preocupación pública con la inflación desbordada y las denuncias de corrupción que el periodista Jorge Lanata –otrora progresista y ya entonces furibundo antikirchnerista, de denunciador de Papel Prensa a alfil del grupo–, lograba espectacularizar en horario prime time en Canal 13. Son los años de reactivación de las plazas militantes del antikirchnerismo de masas, del auge tanto en los cacerolazos públicos como en la militancia en redes sociales. Desde 2008 no se veían tantas manifestaciones masivas del espacio opositor. En lo que refiere a Cambiemos, la Plaza, paradójicamente considerada inmanentemente de izquierda o peronista, siempre estuvo antes que el Partido.

      La división del universo peronista tendría su corolario en la conformación de las listas para las elecciones legislativas del 2013, en donde un amplio arco de intendentes kirchneristas se rebeló y armó su propia opción electoral, detrás de la candidatura de Sergio Massa. Incluso hoy, veteranos de aquella fragua aseguran que “de vivir Néstor Kirchner, todos hubiésemos sido candidatos del Frente para la Victoria”, asumiendo que el ex presidente hubiese podido contener a sus propios ahijados políticos. El 2015 asomó con la candidatura a regañadientes de Daniel Scioli, y era notorio para todos que el peronismo estaba dividido en realidad, al menos, en tres: los restos del PJ oficial con Scioli, el cristinismo atrás del liderazgo de su Jefa, y el massismo. La atomización definitiva del universo peronista era ya un hecho irreversible.

      En la descripción de un ex ministro cercano a la ex presidenta se articulaba una “explicación” de estas fallas: era una líder de referencia y no una conductora. Estas consideraciones en off se alimentaban sobre algo inexplicable para la cultura peronista: los largos silencios, los vacíos, los tiempos “sin órdenes”. De modo que también esta intermitencia hacía lo suyo en medio de tensiones internas inocultables. Llegaba la decisión pero había que acomodar los melones sin tiempo.

      Como en la Ciudad de Buenos Aires años antes, el macrismo accionó un proceso inverso, definiendo de una vez por todas en ese 2015 la opción estratégica que tenía in pectore desde el 2009. La alianza Cambiemos, resistida por el duranbarbismo, es la clave de la presidencia de Mauricio Macri. En Gualeguaychú, Macri ordena el problema radical, le da cauce. Define “dónde ponerlos”, tal y como había logrado Néstor Kirchner años antes con los peronistas. Con ello, no sólo quitó de en medio el último obstáculo “sistémico” a su Presidencia, sino que además logró amalgamar como una fuerza centrípeta a todo el colectivo político opositor, volviendo a ordenar en un cuadrante peronista/antiperonista al sistema político argentino.

      El día que Néstor Kirchner murió, un peronismo en crisis desde el 2001 tuvo que mirarse finalmente al espejo de su propia orfandad. Ya nadie deseaba conducirlo, porque todos deseaban vencerlo. Quizás también Cristina. Por eso, años después encontraría en Mauricio Macri y su Cambiemos el más formidable desafío político.

      1- Nixon es una película estadounidense de 1995, dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Anthony Hopkins. El film relata la vida del 37° presidente de Estados Unidos, que gobernó el país entre el 20 de enero de 1969 y el 9 de agosto de 1974. Fue el único presidente de Estados Unidos que dimitió del cargo. Renunció arrastrado por el escándalo del Watergate.

      2- Esta frase procede de un texto escrito por Walter Benjamin en 1940, aunque publicado de forma póstuma como Tesis sobre la historia y otros fragmentos (varias ediciones).

      3- Nombre de la fortaleza y reino del legendario Rey Arturo, desde donde libró muchas de las batallas que forjaron su vida.

      4- Discurso del fundador de Apple durante la ceremonia de graduación en la Universidad de Stanford. El video se puede ver en: https://news.stanford.edu/news/2005/june15/jobs-061505.html

      5- Pacto constitutivo de la Transición española, firmado en el Palacio de La Moncloa, el 25 de octubre de 1977.

      6- Challenger remite a una persona que intenta ganar una competencia, pelea o evento deportivo a otra persona que ya es considerada ganadora en la materia.

      7- Hay un juego con la historia “literaria” de la frase, dicha por un personaje del escritor Osvaldo Soriano en la novela No habrá más penas ni olvido: “Yo nunca me metí en política, siempre fui peronista”. Después, Leonardo Favio la pone en boca del boxeador José María Gatica en la película Gatica, el Mono.

      8- Ernesto Tenembaum, ¿Qué les pasó?, Buenos Aires, Sudamericana, 2010.

      9- Diario Página/12, 30 de agosto de 2005 https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-55783-2005 -08-30.html

      10- Mark Fisher, Realismo capitalista: ¿no hay alternativa?, Buenos Aires, Caja negra, 2009.

      11- José Pablo Feinmann, El flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner, Buenos Aires, Planeta, 2011.

      12- Alusión a la novela de Jorge Asís, Flores robadas en los jardines de Quilmes (1980).

      13- Personaje de la serie de televisión Los Simpson, creada por Matt Groening. Burns es el más rico y poderoso de Springfield.

      14- Hernán Brienza, “El gran desafío de ser Unidos y Organizados”, Tiempo Argentino, abril de 2012.

      El protocolo es un humanismo

      “Los cimientos de una nueva república nunca se han cimentado sino con el rigor y el castigo, mezclado con la sangre derramada de todos aquellos miembros que pudieran impedir sus progresos…”

      Plan