generación y generación levantarás; y serás llamado Reparador de portillos, Restaurador de calzadas para habitar.
Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso día de YAHWEH, y lo venerares no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras.
Entonces te deleitarás en YAHWEH: y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te haré comer la heredad de Jacob tu padre, porque la boca de YAHWEH ha hablado.
Isaías 66:15-18, 22-23 Porque he aquí que YAHWEH vendrá con fuego; y sus carros, como torbellino, para tornar su ira en furor; y su reprensión en llama de fuego.
Porque YAHWEH juzgará con fuego y con su espada a toda carne; y los muertos de YAHWEH serán multiplicados.
Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros; los que comen carne de puerco, y abominación, y ratón; juntamente serán talados, dice YAHWEH.
Porque yo entiendo sus obras y sus pensamientos. Tiempo vendrá para juntar todos las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago, permanecen delante de mí, dice YAHWEH, así permanecerá vuestra simiente y vuestro nombre.
Y será que de luna nueva en luna nueva, y de Sábado en Sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dijo YAHWEH.
La Apostasía
EL apóstol Pablo, en su segunda carta a los Tesalonicenses, predijo la gran apostasía que había de resultar en el establecimiento del poder papal. Declaró, respecto al día del Mesias: "Ese día no puede venir sin que venga primero la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición; el cual se opone a Elohim (D-os), y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios/Elohim, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Elohim (D-os), ostentando que él es Elohim (D-os)." (2Tesalonicenses 2:3, 4.) Y además el apóstol advierte a sus hermanos que "el misterio de iniquidad está ya obrando." (Vers. 7.) Ya en aquella edad temprana había visto introducirse en la grey [asamblea] los errores que prepararían el camino para el desarrollo del papado.
Poco a poco, primero solapadamente y a hurtadillas, y después con más desembozo, conforme iba cobrando fuerza y dominio sobre los espíritus de los hombres, "el misterio de la iniquidad" avanzó en su obra engañosa y blasfema. De un modo casi imperceptible las costumbres del paganismo se abrieron paso en la grey [asamblea] cristiana. El espíritu de avenencia y de transacción fue coartado por algún tiempo por las terribles persecuciones que sufriera la iglesia bajo el régimen del paganismo. Mas habiendo cesado la persecución y habiendo penetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la grey [asamblea] dejó a un lado la humilde sencillez del Mesías y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y substituyó las ordenanzas de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres. La conversión nominal de Constantino, a principios del siglo cuarto, causó gran regocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la iglesia. Desde entonces la obra de corrupción progresó rápidamente. El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y a la adoración {al culto} de los que profesaban ser discípulos del Mesías.
Este convenio entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del "hombre de pecado" predicho en la profecía como oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, - un monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad.
Ya una vez Satanás se había esforzado por hacer un convenio con el Mesías. Vino adonde estaba el Hijo de YAHWEH en el desierto para tentarle, y mostrándole todos los reinos del mundo y su gloria, ofreció entregárselo todo con tal que reconociera la supremacía del príncipe de las tinieblas. El Mesías reprendió al presuntuoso tentador y le obligó a marcharse. Pero al presentar las mismas tentaciones a los hombres, Satanás consigue el éxito más completo. Por asegurarse honores y ganancias mundanas, la iglesia fue inducida a buscar el favor y el apoyo de los grandes de la tierra, y habiendo rechazado de esa manera al Mesías, tuvo que someterse al representante de Satanás, - el obispo de Roma.
Una de las principales doctrinas del romanismo es la de que el papa es cabeza visible de la iglesia universal de Cristo {del Mesías; editor: en la iglesia está un otro 'Cristo oir la re-incarnación' (un otro camino a Dios) que en las Escrituras Sagradas}, e investido de suprema autoridad sobre los obispos y los pastores de todas las partes del mundo. Aun más, al papa se le han dado los títulos propios de la divinidad. Se le ha titulado "Señor Dios el Papa" (véase el Apéndice), y se le ha declarado infalible.
EL Apéndice: TÍTULOS. - En un pasage que forma parte del derecho canónico, el papa Inocencio III declara que el pontífice romano es "el vicario en la tierra, no de un mero hombre, sino del mismo Dios"; y en una glosa del trozo se explica que esto es así debido a que el papa es el vicario de Cristo, el cual es "verdadero Dios y verdadero hombre." (Véase Decretal. D. Gregor. Pap. IX. lib. 1, de translat. Episc. tit. 7, c. 3. Corp. Jur. Canon, ed. París, 1612; tom. II, Decretal. col. 205.)
En cuanto al título "Señor Dios el Papa," véase una glosa de las Extravagantes del papa Juan XXII, título 14, cap. 4, "Declaramus." En una edición de las Extravagantes, impresa en Amberes en 1584, se encuentran en la columna 153 las palabras "Dominum Deum nostrum Papam" ("Nuestro Señor Dios el Papa"). En una edición de París, del año 1612, se hallan en la columna 140. En varias ediciones publicadas desde 1612, hase omitido la palabra "Deum" ("Dios").
Exige que todos los hombres le rindan homenaje. La misma pretensión que sostuvo Satanás cuando la tentación {al Mesías} en el desierto, la sostiene aún por medio de la iglesia de Roma, y muchos son los que están por rendirle homenaje.
Empero los que temen y reverencian a Dios, resisten esa pretensión, que es un reto al cielo, como resistió el Mesías las instancias del astuto enemigo: "¡A YAHWEH tu Elohim (D-os) adorarás, y a él solo servirás!" (S. Lucas 4:8.) Dios no ha hecho alusión alguna en su Palabra a que él haya elegido a un hombre para que sea la cabeza de la iglesia. La doctrina de la supremacía papal está en abierta oposición con las enseñanzas de las Santas Escrituras. El papa no puede tener autoridad sobre la grey [asamblea] del Mesías sino por usurpación.
Los romanistas se han empeñado en acusar a los protestantes de herejía y de haberse separado resueltamente de la verdadera iglesia. Pero estos cargos recaen más bien sobre ellos mismos. Ellos son los que arriaron la bandera del Mesías y se apartaron de "la fe que ha sido una vez dada a los santos." (S. Judas 1:3.)
Bien sabía Satanás que las Sagradas Escrituras harían a los hombres capaces de discernir los engaños de él y de oponerse a su poder.