Carlos Federico Torres

Gente de tango


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editó el disco Piazzolla 78, con temas instrumentales de su pertenencia cuyos títulos refieren al mundial de fútbol jugado en ese año en la Argentina. También es de este año el disco larga duración publicado bajo el título Las cuatro estaciones, integrado precisamente por su obras Verano porteño, Otoño porteño, Invierno porteño y Primavera porteña.

      Un repaso de las grabaciones que realizó en esta década permite concluir que la mayoría de ellas correspondieron a temas de su autoría. En los años ochenta buena parte de sus grabaciones provenían de actuaciones en vivo, dado que en lo posible procuraba evitar las para él ahora tediosas interpretaciones en los estudios. De ese origen es el álbum publicado en España bajo el título de Concierto para Quinteto, grabación de un concierto realizado en el teatro Gran Rex en diciembre de 1981.

      En 1982, grabó con la participación de una segunda versión del quinteto y la voz del Polaco Goyeneche un disco larga duración con temas propios y dos tangos tradicionales: Cambalache y La última curda. En ese mismo año, este quinteto grabó un disco Instrumental, titulado Volver, el que pese a su título que podría interpretarse como una referencia al célebre tango de Gardel y Le Pera, en realidad estaba integrado también con temas sólo del director.

      También en 1982, grabó como solista de bandoneón un disco con Georges Moustaki, integrado con cinco temas de este último, dos de ellos compuestos en colaboración con el propio Piazzolla.

      Desde 1984, hasta el final de sus días, la vida de Astor fue un eterno peregrinar por el mundo. En 1985, el quinteto bajo su dirección grabó un larga duración con la cantante italiana Milva y en 1986, la misma agrupación presentó otro recordado disco: El exilio de Gardel, editado en ocasión de filmarse la película del mismo título.

      1987 fue el año de la grabación del disco Nuevo Tango por parte de la reactivada segunda versión del quinteto, junto con Gary Burton, y finalmente en 1988 dio a conocer el disco Concierto para bandoneón y orquesta, ejecutado por la orquesta St. Luke’s dirigida por Lalo Schiffrin.

      Ya en 1989, formó el que sería su último conjunto. Se trataba de un sexteto integrado por dos bandoneones, los que estaban a cargo de Julio Pane y él; el violoncello de José Bragato; el contrabajo, en manos de Héctor Console, y la guitarra eléctrica, encargada a Horacio Malvicino, mientras que como pianista se incorporó Gerardo Gandini, cuyo aporte resultó fundamental para el conjunto.

      La curiosidad de este sexteto es que no incluía violín, exclusión de la que Astor pronto manifestó su arrepentimiento.

      La presentación del nuevo conjunto se realizó a mediados del mes de abril de ese año en el club Italiano y de inmediato iniciaron una intensa gira por los Estados Unidos, presentándose en alrededor de veinte ciudades entre el 21 de abril y el 25 de mayo.

      Luego realizó una presentación en Chile, en el teatro Oriente el día 6 de junio, ocasión en la que contó con Danel Binelli, como segundo bandoneón, en reemplazo de Julio Pane. Tres días más tarde actuó en el teatro Ópera de Buenos Aires y posteriormente, el 17 de junio, en el teatro Solís de Montevideo.

      Luego de este último concierto, dio comienzo a una agotadora gira por Europa que se extendió por siete semanas. De regreso a Buenos Aires, el sexteto encaró una gira a Brasil, que abarcó desde el 20 de agosto hasta el 8 de septiembre y al regreso de ella, ya sin Console y Bragato, reemplazados por Ángel Ridolfi (luego en los años noventa contrabajista hasta su fallecimiento del octeto de Carlos Rondó) y Carlos Nozzi, respectivamente, emprendió una nueva gira por Europa, debutando el 18 de septiembre de ese año.

      La última presentación del sexteto se produjo en el Salón Victoria de la ciudad de Ginebra, y en él Astor anunció al público su decisión de disolver el conjunto.

      Piazzolla viajó a Nueva York, donde tocó el 25 de noviembre en el Lincoln Center con el Kronos Quartet y finalizó ese año de excepcional actividad presentándose el 11 de diciembre nuevamente en Suiza, en este caso en la ciudad de Lugano, sumándose a la Orchestra Della Svizzera Italiana, oportunidad en la que interpretó su Concierto para bandoneón.

      En mayo de 1990, se presentó en Milán, Bologna, Peruggia y Udine junto con los cuatro músicos integrantes del Cuarteto de Cámara de Mantua y a mitad de junio viajó con ese grupo a Finlandia, a fin de actuar en el Festival de Ikaalinen.

      El 3 de julio, en Atenas, brindó el que sería su último concierto. Ese día, junto con una orquesta de la capital griega dirigida por Manos Hadjidhakis, interpretó Tres tangos para bandoneón y orquesta, el Concierto para bandoneón y Adiós Nonino.

      De ahí se trasladó con su esposa Laura Escalada a París, ciudad en la que en la mañana del 5 de agosto de 1990, cuando se disponía a asistir a una misa en la iglesia de Notre Dame, sufrió un derrame cerebral del que no se recuperó más.

      Postrado ya definitivamente e incapacitado para hablar, no perdió sin embargo nunca el conocimiento ni la noción de lo que le acontecía. Trasladado a Buenos Aires, sobrevivió en esas penosas condiciones casi dos años más. Su calvario finalizó con su muerte el 4 de julio de 1992. El 11 de marzo anterior había cumplido 71 años.

      223. Piro, Osvaldo

      Hugo Osvaldo Piro, tal su nombre completo, nació en el porteño barrio de La Paternal, el 1º de enero de 1937.

      Bandoneonista, director, compositor y arreglador, de niño sintió fuerte atracción por el instrumento que lo llevaría a la fama, haciendo sus primeros estudios con el maestro Félix Cordisco y después con Domingo Mattio, integrante hasta el final de la orquesta de Aníbal Troilo.

      Durante su adolescencia participó de varios conjuntos barriales y a los quince años debutó con la orquesta de Ricardo Pedevilla.

      En 1953, ingresó a una de las formaciones más emblemáticas de la música ciudadana, la orquesta de Alfredo Gobbi, en la que permaneció durante seis años.

      En 1964, se incorporó a la de Fulvio Salamanca, de la cual se desvinculó un año más tarde, con la finalidad de encarar la formación de su propia orquesta, que debutó en la radio Belgrano contando con la voz de Carlos Nogués, pero éste poco después fue convocado por Héctor Varela para reemplazar a Argentino Ledesma.

      En 1965, la formación de Piro fue invitada para participar en el Festival de Tango de La Falda, en la provincia de Córdoba, con el fin de iniciar el espectáculo en cada una de las noches, culminando, su participación en el Festival llevándose los aplausos y los premios estipulados en el mismo.

      La orquesta comenzó el año 1966 con su primera producción discográfica para el sello Alanicki, un disco larga duración cuya tapa exhibía una nota de presentación de Aníbal Troilo, padrino artístico del joven director.

      Del material incluido en el disco se destacan: Disonante y Nostálgico, ambos de Julián Plaza; La bordona, de Emilio Balcarce; Negroide, de Pascual Mamone; Dice una guitarra y Enamorado estoy, con música de Oscar Zito y letra de José Márquez; Mimí Pinsón y Por unos ojos negros, los últimos cuatro, cantados por Carlos Casado.

      De la intensa actividad de la nueva agrupación en televisión y en los diferentes escenarios de esos tiempos, se destacó su participación en el programa Séptima noche que se transmitía por el Canal 7, conducido por Hugo Guerrero Marthineitz.

      En 1967, la formación dio a conocer su segundo disco larga duración, en este caso para el sello Phillips. En este trabajo, se incluyeron entre otros, los temas instrumentales Verano porteño, Color tango, Camandulaje, Manantial, junto con nuevas interpretaciones de Nostálgico y de Negroide, mientras que en los temas cantados intervino Alberto el Chino Hidalgo, quien vocalizó Cuánta angustia, Dogor —homenaje a Aníbal Troilo—, Aquí nomás, Qué me van a hablar de amor, Será una noche y Un lobo más.

      En 1968, logró la Palma de Oro en el Festival de La Falda y también el premio Martín Fierro que otorga la asociación de periodistas a la Revelación musical del año de la televisión argentina.

      En ese mismo año, grabó otro disco long play para la empresa Philips, en el que incluyó su gran creación Azul noche