221. Piana, Sebastián Pianista, director, compositor y docente, nacido en el barrio porteño de Almagro el 26 de noviembre de 1903. Su padre, inmigrante italiano y peluquero de profesión, era también un destacado intérprete musical que llegó a actuar en varios conjuntos en las dos primeras décadas del siglo xx, en los que interpretó el mandolín, la guitarra y el piano. Recuerdan algunos historiadores del género que desarrollaba tan importante actividad musical pese a padecer de una acentuada sordera, lo que ha tornado doblemente meritoria a la misma. Fue él quien alentó la vocación musical de su hijo, quien inició sus estudios musicales a los ocho años de edad primero aprendiendo el violín, instrumento que pronto dejó para volcar todos sus esfuerzos al estudio del piano. A los doce años, debutó integrando un trío infantil, para hacerlo profesionalmente en 1917 en un cine del barrio de Villa del Parque, en donde interpretaba en el piano trozos de óperas y valses famosos. Prolongó luego esta actividad en otros cines de barrio acompañando las películas mudas prácticamente hasta la aparición del cine sonoro. De esta época, Piana ha recordado en uno de sus reportajes postreros concedido a Sergio Puyol y reproducido luego en el libro Valentino en Buenos Aires – Los años veinte y el espectáculo, que «las obras que interpretaba eran adaptaciones de música clásica para ser ejecutadas en espectáculos de varieté, arregladas al efecto por músicos franceses tales como Emilio Tabán, Buton y otros». En 1922, comenzaron sus presentaciones en audiciones de la flamante Radio Nacional, antecesora de la que luego fuera la actual radio Belgrano. Desde joven, había estudiado en el conservatorio del maestro Antonio D’Agostino, al que también concurría Osvaldo Pugliese, del cual egresó como profesor de piano y solfeo; luego recibió lecciones de armonía con el sacerdote Martín Cazzaniga, para continuar después sus estudios con los maestros Juan Francisco Giacobbe y Ernesto Drangosch, con quien estaba perfeccionando sus conocimientos cuando se produjo el fallecimiento de este gran maestro en el año 1925. En 1922, había escrito su primer tango, Sobre el pucho, con letra de José González Castillo, tema con el que obtuvieron el segundo premio en el concurso organizado por cigarrillos Tango, y un año después, Azucena Maizani estrenó otra de sus grandes obras, Silbando, escrita en colaboración con Cátulo Castillo, nuevamente con letra de González Castillo. En 1926, también en colaboración con Cátulo, musicalizó el poema de Homero Manzi titulado El ciego del violín, conocido a partir de entonces Viejo ciego. Otros tangos compuestos por Piana, a cuya enorme repercusión coadyuvaron los versos de Homero Manzi, fueron El pescante —dado a conocer en 1934— y De barro, ambos objeto de inolvidables grabaciones por parte del Polaco Goyeneche. No aflojés es otra de sus recordadas composiciones, en este caso escrita en colaboración con su cuñado, Pedro Maffia, y letra de Mario Batistella. Este tango fue grabado por Ángel Vargas con el acompañamiento del trío dirigido por Alejandro Scarpino en una recordada versión realizada el 30 de septiembre de 1954. En 1943, con versos de Cátulo Castillo, compuso Tinta roja, al que algunos estudiosos consideran su obra cumbre en lo que a producción de tangos se refiere. De menor difusión que los anteriormente recordados, resultó Aquel tiempo gris, tema escrito en colaboración con el cantor Roberto Maida. De todos modos, si sus tangos constituyeron un aporte fundamental para el género, tal como surge de la producción que en parte hemos reseñado, fue en la milonga —en la variante que a partir de sus obras fue identificada como «milonga suburbana»—, donde su labor compositiva lo proyectó como el auténtico creador de esa particular y bella especie del viejo género popularizado por los payadores a partir de fines del siglo xix. Este capítulo fundamental como compositor comenzó en el año 1931 cuando como consecuencia de un pedido de Homero Manzi, requerido a su vez por Rosita Quiroga, Piana escribió una milonga a la que se había propuesto otorgar un perfil un poco distinto al estilo clásico del género, aunque conservando el ritmo y el tono propios de aquellos viejos payadores de los suburbios. Surgió así Milonga sentimental, a la que Homero puso versos. El tema fue estrenado por Mercedes Simone en Montevideo, y si bien ella no la grabó, el éxito fue inmediato. Pese a que no figura en las enunciaciones de las grabaciones de la orquesta de Pedro Maffia que hemos podido consultar, señala Gobello que «quien llevó esta primera milonga de Piana y Manzi al disco fue la orquesta de este director, quien recurrió a Juan Francisco Giacobbe, el antiguo maestro de Piana, para que realizara el arreglo del registro. Los versos —señala Gobello— fueron entonados por Rosita Montemar». La colaboración en este género entre Piana y Manzi continuó poco después con Milonga del novecientos y se extendió a un total de dieciocho títulos registrados en sadaic. Así, en 1933, dieron a conocer Milonga triste, a la que siguieron Milonga de Puente Alsina y Milonga de los fortines, en 1935 y 1937, respectivamente. Siguieron luego algunas milongas, que, como bien lo señala Horacio Salas, se encuentran emparentadas con el candombe, como es el caso de Pena mulata, de 1941, y Papá Baltazar, dada a conocer al año siguiente. Algunas de las milongas incluidas en el total anteriormente consignado abordaron la temática histórica, como es el caso de La mitrista, Leandro Alem, Milonga del comité y el gato El sarmientista. No dejaron por otra parte de recordar el origen payadoril del género que habían creado, rindiendo homenaje a través de Betinotti al mítico payador de principios del siglo. El tema resultó una de las más bellas colaboraciones entre ambos. Cabe destacar que Betinotti, precisamente, era un viejo y olvidado vals para el que Piana compuso un nuevo arreglo, y con letra de Manzi fue dado a conocer con el título de Desde entonces. Existe de él una hermosa grabación realizada el 23 de abril de 1952 por la orquesta de Alberto Mancione con el cantor Jorge Ledesma. El binomio conformado por Piana y Manzi incluyó también entre sus obras un tango titulado precisamente Tango, sentido homenaje al género, del que existe una versión grabada el 20 de julio de 1942 por Ricardo Tanturi con su orquesta y la voz de Alberto Castillo. A todo esto, en 1934 integró desde el piano, junto con Roberto Garza, en bandoneón, y Oscar Kohan, en violín, el llamado Trío Típico, formado con la finalidad de acompañar a Mercedes Simone en giras por el interior del país y grabaciones realizadas primero para el sello rca Victor y luego para Odeon. Para el primero de los sellos mencionados, Piana participó en cuatro grabaciones, las dos primeras concretadas el 27 de junio de ese año y las dos restantes el 24 de febrero de 1937 y a su vez en el sello Odeon intervino en un total de cuarenta y ocho grabaciones de la mencionada cancionista, realizadas entre el 20 de marzo de 1936 y el 7 de septiembre de 1938, dado que a partir de 1939, Piana fue reemplazado por Carlos García como pianista del trío. En 1935, integró un conjunto al que se denominó Los Cinco Ases de Peteco, en el que participaban los bandoneonistas Carlos Marcucci, Pedro Maffia, Pedro Laurenz y Ciriaco Ortiz, siendo Homero Manzi, el inspirador del grupo, quien cumplía el rol de presentador de sus actuaciones en radio Stentor. Entre 1939 y 1944, Piana dirigió su propia orquesta la que denominó Orquesta Típica Candombe, con la que efectuó algo más de una docena de grabaciones, entre ellas sus obras Betinotti, Jazmín Simón y Aleluya, estas dos últimas otras de sus milongas con connotaciones de candombe, pero ahora en ambos casos con versos de Cátulo Castillo. En años posteriores, compuso otros temas de ese estilo con letra del médico y poeta León Benarós, entre ellas Milonga de Arolas y Guitarra de Echeverría, esta última grabada por Nelly Omar con el conjunto de guitarras dirigido por José Canet. Además, compuso el tango Buenas noches, Buenos Aires, cuya letra perteneciente a Osvaldo Sosa Cordero, en el cual homenajea a la ciudad cuna del tango. Existe de este tema una grabación de la orquesta de Carlos Di Sarli con la voz de Jorge Durán realizada el 16 de enero de 1958, la