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Daniel Binelli.

      Luego del fallecimiento de Astor Piazzolla, ocupó el lugar de éste en el Octeto Electrónico que Daniel Piazzolla refundó tras la muerte de su padre.

      En 1992, participó en un conjunto formado por dos bandoneones y piano, presentándose en la ciudad francesa de Toulouse, cuna de Gardel, junto a la orquesta sinfónica de esa ciudad dirigida por Michel Plasson. La actuación se basó en la interpretación de temas de Gardel y Le Pera con arreglos para gran orquesta especialmente escritos para la ocasión por Raúl Garello. Intervinieron también en ese concierto el propio Garello, en bandoneón, y Salvador Giaimo, en piano.

      El registro en vivo de esta actuación fue editado luego en un disco compacto. Dicha presentación se repitió a fines de la década, en la ciudad alemana de Dresden con la filarmónica local.

      En 1995, junto con Daniel Piazzolla, hijo de Astor, grabaron un disco al que se tituló Piazzolla x Piazzolla. La misma formación que participó en este trabajo, dos años más tarde se presentó en el concierto homenaje a Piazzolla que se desarrolló bajo la denominación de Astortango. Gary Burton y Chick Corea también actuaron en esa presentación, especialmente invitados a tal fin.

      En 1998, integró la orquesta que bajo la dirección de Raúl Garello acompañó a la joven cancionista Patricia Vel en grabaciones para el sello tk.

      En ese mismo año, formó un trío con el pianista Nicolás Ledesma y el contrabajista Enrique Guerra, con el que hasta la fecha sigue alternando sus actuaciones junto con la de solista y la de integrante de la Orquesta de Tango de la Ciudad de Buenos Aires.

      Con el trío, grabó un disco en el mismo año de su formación y en 2000 otro denominado Enrique Cadícamo, en el que se incluyeron temas inéditos de este autor fallecido en diciembre del año anterior.

      El trío ha actuado desde fines de la década del noventa y en la primera del nuevo siglo en numerosos festivales europeos realizados en España, Portugal, Italia, Bélgica, Holanda y Francia.

      Como solista, a su vez, se ha presentado con la Orquesta Filarmónica del Teatro Colón, la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Sinfónica de Córdoba y la Orquesta Sinfónica de Mendoza, con la que interpretó el Oratorio a Carlos Gardel, la celebrada obra de Piazzolla y Horacio Ferrer. Es fundamental además su labor como docente del bandoneón, habiéndose formado bajo su enseñanza toda una generación de jóvenes intérpretes de este instrumento, como Marcelo Nisinman, Gustavo Toker y Pablo Mainetti, entre otros.

      La tarea de compositor de Pane incluye entre sus temas más destacados a Interludio —una obra de cámara para dos bandoneones que fue grabada en Italia por Marcelo Nisinman—, A las orquestas, Milongetta para Taranta —dedicado al pianista Osvaldo Tarantino—, Sol y noche y Ciudadano de Saavedra, dedicado al Polaco Goyeneche.

      Además, ha participado en grabaciones de la orquesta El Arranque en los primeros años del siglo xxi, en carácter de maestro invitado como bandoneón solista, interviniendo en los registros de los temas de su producción mencionados con anterioridad, excepto A las orquestas. También participó con esa formación en la grabación del tango A Emilio Balcarce, perteneciente al violinista santafesino Ramiro Gallo.

      216. Pansera, Roberto

      Bandoneonista, en ocasiones también organista y pianista, director, compositor y arreglador, nacido en Mar del Plata el 25 de mayo de 1932. Comenzó a tocar el bandoneón de oído cuando tenía cuatro años, siendo luego alumno de Domingo Federico.

      Debutó a los doce años, en 1944, en la orquesta del pianista Juan Carlos Cobián, pasando luego a integrar la orquesta de Francini–Portier, época en la que conoció a Astor Piazzolla, quien le sugirió perfeccionar sus estudios con el maestro Alberto Ginastera, con quien desde entonces entabló una entrañable amistad.

      Siguió sus estudios posteriormente en el Instituto Santa Cecilia, en Italia, donde llegó a tocar además del bandoneón, no menos de media docena de instrumentos más.

      Estuvo luego radicado en los Estados Unidos, país en el que editó un álbum titulado Pansera 3, además de brindar marco musical a las presentaciones del cómico Jerry Lewis, con quien también a partir de entonces fue un reconocido amigo.

      A partir de 1950, fue primer bandoneón y arreglador de la orquesta de Osvaldo Fresedo, de quien se dice fue desde entonces su «mano derecha» hasta su desvinculación de la formación en 1959. Pero también, con Pansera, la orquesta de Fresedo, sin perder el tradicional estilo del maestro, incorporó nuevas e interesantes ideas musicales.

      Sus arreglos para la formación del Pibe de La Paternal sin modificar sustancialmente las características rítmicas de ella, le otorgaron un sonido algo distinto y muy particular que el director mantuvo aun luego del retiro de Pansera, hasta el final de su actividad en 1981.

      Posteriormente, en 1955, actuó brevemente en el Octeto Buenos Aires dirigido por Astor Piazzolla.

      En 1966, integró un trío junto con el bandoneonista Luis Stazzo y el pianista Juan José Paz para acompañar a Roberto Goyeneche en la grabación seis temas que formaron parte de un long play titulado Goyeneche romántico.

      A fines de ese mismo año, acompañó a la cantante Susana Rinaldi en el primer álbum long play de esta prestigiosa cantante, editado para el sello Madrigal bajo el título Mi voz y mi ciudad.

      Entre los doce temas incluidos, todos ellos clásicos del género, se encontraban María, Soledad, Milonga triste, Por la vuelta y Cristal, todos ellos con destacados arreglos a cargo de Pansera.

      En 1968, volvió a acompañarla en otro trabajo para el mismo sello dado a conocer bajo el título de La mujer del tango, nuevamente integrado por doce temas clásicos como Milonguita, Desencanto, Malevaje y Patio mío. La tapa de este disco mostraba una obra del gran pintor marplatense Juan Carlos Castagnino, especialmente realizada para la cantante.

      En 1975, Pansera grabó como pianista en un cuarteto que completaban Ernesto Baffa, en bandoneón; Ubaldo De Lío, en guitarra eléctrica, y Rafael del Bagno, en contrabajo, del que quedó entre otros registros, una inolvidable versión instrumental de Fueye, el hermoso tango de Charlo y Homero Manzi.

      En 1982, fue designado presidente de sadaic y encontrándose en ejercicio de ese cargo viajó a Europa como delegado argentino ante el Congreso Internacional de la Música organizado por la unesco, con sede en París, encarando allí la defensa de los derechos de los compositores del continente americano.

      En 1984, vistió la toga universitaria en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, al recibir el premio a la mejor obra latinoamericana, por una composición realizada para instrumentos de viento.

      En 1985, escribió en colaboración con Domingo Federico la música de la ópera–tango dedicada a recordar la vida de Eva Perón titulada Volveré y seré millones, sobre textos del autor rosarino Miguel Ángel Jubany. En su representación, integraron el elenco Carlos Acuña, Nelly Vázquez —quien interpretó el papel de Evita—, Hugo Marcel, Antonio Tormo y el recitador Héctor Gagliardi.

      Ya en el siglo xxi, en el año 2003 encaró la dirección de una orquesta juvenil a la que se llamó El Espejo de Aníbal Troilo. Esta agrupación, integrada por músicos veinteañeros, se presentó bajo la dirección de Pansera en la clausura del Mundial de Fútbol Sub 20 realizado en Buenos Aires.

      Su tarea como compositor destaca temas como Del tiempo de Gardel, Trenzas del ocho y Sombras de humo, los tres con letra de Homero Cárpena, grabados a comienzos de los años cincuenta por Osvaldo Fresedo con su orquesta y la voz de Armando Garrido, con la participación de Pansera como primer bandoneón y arreglador de la formación. Además son de su producción los instrumentales Preludio nº 3,

      Cancha Rayada y Naturaleza muerta.

      Con respecto a Preludio nº 3, cabe recordar además de la grabación comercial del tema realizada por la orquesta de Fresedo, la que se concretó improvisadamente en vivo en el año 1956 en el elegante local nocturno Rendez–Voux, de propiedad de Fresedo.

      Una noche de ese año,