de las comedias musicales Arriba el telón, Paso a la comedia y Music hall y la de las películas En el viejo Buenos Aires, Eclipse de sol y Estrellas de Buenos Aires.
Es autora además de tres libros de poemas: En silencio, Versos para una tarde de lluvia y La cuna iluminada.
Escribió también la novela El hombre que yo quise y los cuentos Con sabor a tierra y Oro y azul.
Como actriz teatral actuó en las obras Sol de México y Hombres necios que acusáis y en el cine formó parte del elenco de las películas Ronda de estrellas, dirigida por Jack Davinson, cuyo guión fue escrito por Enrique Delfino y Héctor Bates y se estrenó el 3 de agosto de 1938, y El gran camarada, estrenada el 11 de enero del año siguiente. Este film contó con la dirección de Yago Blas, en la que Maruja estuvo acompañada por los actores Oscar Soldati y Juan José Piñeyro.
Fue por otra parte profesora de música y canto en el Instituto Pablo Groussac e inspectora de asistencia social de la Municipalidad de de la ciudad de Buenos Aires.
Fueron sus últimas composiciones doce canciones basadas en el Antiguo Testamento, que llevan como título unitario Pequeña Biblia Musical.
Esta polifacética y talentosa mujer falleció el 2 de septiembre de 1983 a los 67 años de edad, mientras que su marido Ferradás Campos la sobrevivió hasta el 20 de abril de 1986.
214. Padula, José Luis
Pianista, guitarrista, director y compositor, nacido en Tucumán el 30 de octubre de 1893.
De muy escasa formación, dado que era casi analfabeto, desde muy joven recorrió locales en diversas localidades del interior del país, interpretando piezas nativas con hondo sentimiento.
Si bien luego se volcó por entero al piano, se inició ejecutando un instrumento compuesto en forma simultánea por guitarra y armónica, el que también era tocado por Ángel Villoldo.
Radicado en Rosario, conoció y adhirió fervorosamente al tango que ya reinaba en esa ciudad. Allí, comenzó a componer los que serían sus dos tangos más famosos: Lunes y 9 de Julio, a los que daría forma definitiva luego en Buenos Aires, donde se estableció con la finalidad de trabajar en un café de Avellaneda.
A Lunes, cuando Padula ya residía en Buenos Aires, le agregó letra Francisco García Jiménez, quien ha escrito acerca de esta composición que se trata de una «viñeta cantable apoyada en un delicioso ritmo juguetón».
En realidad, Lunes no hace más que reflejar la carga psicológica que ese primer día de trabajo semanal acarrea a la mayoría de los mortales, por lo que sus coloridos versos, con las lógicas adecuaciones a las costumbres actuales, conservan plena vigencia.
García Jiménez, por otra parte, evitó a través de su activa tarea como directivo de sadaic que este tango fuese birlado a su verdadero compositor por algunos inescrupulosos que pretendieron usufructuar la inocencia y sencillez de Padula y los escasos conocimientos que poseía a la hora de defender sus derechos.
De Lunes, existe una inolvidable grabación de Alfredo De Ángelis con la voz de Carlos Dante, pero no puede dejar de mencionarse además la versión instrumental que dejara el Quinteto Pirincho en el año 1952, en la que se destaca la vivacidad de la pegadiza melodía.
A su vez, 9 de Julio cuenta con versos de Eugenio Cárdenas, no interpretados en la mayoría de las grabaciones, si bien existe un recordado registro realizado por Alberto Marino en su etapa de solista.
En cambio, es muy importante la cantidad de versiones instrumentales de este tema, de entre las que recordamos —por la particular sonoridad que ellas imprimen a la vivaz e inspirada melodía— las de las orquestas de Juan D’Arienzo, Héctor Varela y Armando Pontier.
En el año 1933, interpretó el rol del autor de El choclo, ejecutando el curioso instrumento al que antes hiciéramos referencia en la obra De Villoldo a Gardel, que se presentaba en el teatro El Nacional.
En 1935, al frente de su propia orquesta se presentó en audiciones irradiadas por lr2 Radio Argentina, efectuando también grabaciones para el sello Odeon. Contaba para ello con la voz de Ángel Vargas, quien se había desvinculado de Ángel D’Agostino, luego de su primera participación en esa orquesta.
Así, la orquesta de Padula con el cantor que luego sería El Ruiseñor de las calles porteñas registró para ese sello dos temas, ambos el 4 de noviembre del mencionado año: el tango Brindemos compañero, perteneciente al propio Padula, con letra de Enrique Cadícamo, y la ranchera Mi ñata linda, en lo que por otra parte constituyó el inicio discográfico del más adelante famoso vocalista.
En 1939, la orquesta de Padula contó con el aporte vocal de Alberto Lago, produciéndose así el debut de este cantor oriundo de Chivilcoy, quien al año siguiente, a partir del respaldo que le significó su actuación con Padula, llegaría al disco con la orquesta de Rodolfo Biaggi.
Además de sus dos temas más populares recordados con anterioridad, también le pertenece El taita del arrabal, tema que lleva letra de Manuel Romero, aunque fue grabado en forma instrumental por la excelente orquesta del bandoneonista Joaquín Do Reyes durante la primera mitad de la década del cincuenta.
Otra muy buena composición de Padula es el vals Noches de invierno, el que al igual que Brindemos compañero cuenta con letra de Enrique Cadícamo.
Noches de invierno fue grabado por la Orquesta Típica Victor con la voz de la cancionista uruguaya Lita Morales en el mes de abril de 1937. En los últimos años de su vida, regresó al género folclórico, quedando impresas algunas grabaciones que efectuó al frente de un conjunto que para entonces había formado.
Padula cuya vida transcurrió permanentemente en un digno marco de sencillez, austeridad y pobreza, falleció el 12 de junio de 1945 a los 52 años de edad, habiendo dejado para el tango el importante legado que en esta reseña hemos procurado destacar.
215. Pane, Julio Oscar
Bandoneonista, director y compositor, nacido en el barrio del Abasto, en Capital Federal, el 30 de noviembre de 1947.
Enrolado en la escuela interpretativa de Pedro Laurenz, el fraseo de su bandoneón no sólo recoge el virtuosismo de Pedro Maffia y de Aníbal Troilo, sino también la renovación propuesta por Astor Piazzolla y Eduardo Rovira.
Debutó en 1961 acompañando a su padre en bailes de carnaval, también bandoneonista, y perfeccionó sus conocimientos del instrumento recibiendo lecciones de Julio Ahumada.
Precisamente, luego permaneció durante cuatro años en conjuntos dirigidos por su maestro, incluso la recordada orquesta Ahumada– Bonano, que realizó grabaciones para el sello Odeon.
Luego, se incorporó, en 1969, al elenco de El Viejo Almacén en reemplazo de Ciriaco Ortiz. Formó entonces un trío con el que actuó luego en Caño 14, otro célebre local dedicado a la música ciudadana.
Agrupaciones musicales de la primera parte de los años setenta, como las dirigidas por Enrique Mario Francini, Osvaldo Manzi, Miguel Caló —en la última formación que éste dirigiera poco antes de fallecer en mayo de 1972—, Leopoldo Federico, Osvaldo Piro, Atilio Stampone, Héctor Stamponi, Leopoldo Federico y el sexteto de Armando Pontier lo tuvieron luego entre sus integrantes.
A partir de 1976, se desempeñó como primer bandoneón de Horacio Salgán, teniendo en este caso la oportunidad de intervenir como solista en la presentación del Oratorio Carlos Gardel, cuya música compuso el propio Salgán y el poeta Horacio Ferrer.
A comienzos de la década del ochenta, se incorporó a la Orquesta de Tango de la Ciudad de Buenos Aires, en sus inicios codirigida por Carlos García y Raúl Garello, actividad que continúa desarrollando actualmente en carácter de primer bandoneón.
En 1989, se incorporó como segundo bandoneón al Sexteto formado en ese año por Astor Piazzolla. El nuevo conjunto debutó el 15 de abril en el club Italiano y luego emprendió una gira por Estados Unidos que se prolongó desde el 21 de abril hasta el 25 de mayo, actuando