Carlos Federico Torres

Gente de tango


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versos de los tangos Ninguna y Solamente ella.

      Lo que debe descartarse es que Malena también tenga esa musa inspiradora, dado que en este caso la destinataria del poema fue la esposa del tenor venezolano Genaro Torterola, una artista argentina que bajo el seudónimo de Malena se desempeñaba como cantante de temas internacionales.

      En 1940, debutó en el cine participando en el elenco del film Canto de amor, dirigida por Julio Irigoyen, donde también actúo Carlos Viván, el cantor y compositor de temas de gran perdurabilidad.

      Su segunda actuación cinematográfica fue en la película Melodías de América, estrenada en enero de 1942 y dirigida por Eduardo Morera. En este film, Nelly cantó El aguacero, el hermoso tango perteneciente a Cátulo Castillo y José González Castillo.

      Ninguna de esas dos películas alcanzó demasiada difusión, pero en cambio continuaron siendo muy exitosas sus presentaciones radiales, en las que ratificaba permanentemente su innegable calidad.

      Su llegada al disco se produjo en 1946, cuando ingresó a los estudios del sello Odeon, por mediación de Francisco Canaro.

      Dejó en ese año registrados diez temas: el 28 de enero, Adiós pampa mía y Canción desesperada; el 8 de octubre, El Morocho y el Oriental (Gardel–Razzano) y Rosas de otoño; el 26 de marzo del año siguiente, Sentimiento gaucho y Sus ojos se cerraron; el 28 de mayo, Déjame, no quiero verte nunca más y La canción de Buenos Aires; y finalmente, el 22 de octubre, dos de sus éxitos más perdurables: Nobleza de arrabal, de Francisco Canaro y Juan Andrés Caruso, y Desde el alma, el vals que Rosita Melo había escrito en su adolescencia, cantando ahora la letra que Homero Manzi había escrito para que sea interpretada por Libertad Lamarque.

      En ese mismo año, la Sociedad de Autores y Compositores le rindió lo que fue su primer homenaje, escenificado en el local nocturno Novelty. En esa ocasión, le fue entregada una medalla y se la rebautizó «La voz dramática del tango».

      En 1947, inició un ciclo de actuaciones en radio Splendid que obtuvo importante repercusión y, en 1949, grabó, acompañada por la orquesta dirigida por Domingo Maraffiotti, la milonga La descamisada y la marcha Es el pueblo.

      A partir de esta identificación con el gobierno de Perón, durante los seis años siguientes en el que éste se mantuvo en el poder, Nelly actuó en las grandes fiestas populares del régimen, lo que le valió, luego de producido el golpe de Estado que derrocó al presidente Perón en 1955, un largo período de silenciamiento de su labor artística en el país. Ante estas circunstancias, para continuar su carrera, se vio obligada a realizar su actividad en el exterior, primero en Uruguay y luego en Venezuela.

      Recién en 1966, se presentó fugazmente en televisión y sólo a fines de esa década volvió a los estudios de grabación acompañada por los conjuntos de los guitarristas Roberto Grela y José Canet.

      A principios de los años ochenta, volvió a ingresar a los estudios de grabación, ahora acompañada por la orquesta de Alberto Di Paulo. En diciembre de 1997, con 86 años de edad y una voz todavía diáfana e increíblemente joven, grabó un disco compacto incluyendo entre otros temas, dos con letras de quien fuera su último compañero en la vida, el autor Héctor Oviedo: La piel de vivir y Por la luz que me alumbra, con música de F. Agüero y de Osvaldo Tarantino, respectivamente. En esta oportunidad, la acompañaron las guitarras de Bartolomé Palermo y Paco Peñalba; además de los mencionados, también formaron parte de este álbum algunos viejos temas a los que habitualmente se los conocía en versiones instrumentales, como es el caso de Comme il faut.

      Con anterioridad, con la misma tesitura de entonar viejas melodías a las que muy poco se las había cantado, había registrado con el conjunto de guitarras de José Canet los tangos La guitarrita y Derecho viejo.

      Los tres célebres clásicos de Eduardo Arolas contaban desde hacía muchos años atrás con letras del bandoneonista y director Gabriel Clausi, las que estas grabaciones de Nelly prácticamente dieron a conocer.

      El africano, antiguo tango de Eduardo Pereyra, es otra de sus interpretaciones sobre una melodía que nunca había sido cantada.

      Como autora, fue extensa su producción, casi toda ella asociada al guitarrista José Canet como compositor de la música.

      A título de ejemplo, pueden citarse Intriga y pasión, Misterio y canción, Catedral al sur, Amar y callar, Cuando entramos a pensar y Casualidad y amor, todos ellos grabados por Nelly con el acompañamiento del conjunto de guitarras dirigido por el propio Canet.

      Aún, con 98 años de edad, solía presentarse en audiciones televisivas, en las que con absoluta dignidad brindaba acabadas muestras de su talento inmutable de setenta años atrás.

      En noviembre de 2011, celebró sus 100 años con un concierto en el Luna Park, que contó con la participación del bailarín Juan Carlos Copes y un grupo dirigido por Érica Di Salvo. En la oportunidad interpretó temas como Sur, Amar y callar, Desde el alma y La descamisada, entre otros. A partir de entonces Nelly Omar se convirtió en la única persona de su edad en el mundo en llevar a cabo un recital de más de una hora de duración.

      Falleció el 20 de diciembre de 2013, a los 102 años.

      210. Ortiz, Ciriaco

      Bandoneonista, director y compositor nacido en Córdoba el 5 de agosto de 1905. Su nombre completo era Ángel Ciriaco Ortiz y en el ambiente del tango era conocido con el cariñoso apodo de Ciriaquito.

      Desde niño, vivió en su Córdoba natal en el ambiente musical del boliche Don Ciriaco, propiedad de su padre, buen ejecutante del bandoneón y compositor del vals Viaje a Argüello, comenzando así desde sus primeros años el aprendizaje de ese instrumento, familiarizándose a través de él con el género musical al que posteriormente dedicaría su actividad como músico.

      Fue precisamente en el local de su padre, fallecido en el año 1942, donde conoció a Gardel, visitante infaltable del lugar cuando se presentaba en Córdoba.

      El Zorzal grabó luego dos temas compuestos por Ciriaquito: Sueños, con letra de Eugenio Cárdenas, llevado a un disco del sello Odeon el 26 de diciembre de 1925, acompañado sólo por la guitarra de José Ricardo, y Nena, con letra de Juan Carlos Bazán, registrado para el mismo sello al año siguiente, ahora con las guitarras de Guillermo Desiderio Barbieri y el mencionado Ricardo.

      También se ha comentado que alrededor de 1920, estando Roberto Firpo con su orquesta de gira por la provincia de Córdoba, Ciriaquito con apenas quince años, reemplazó a Pedro Maffia quien se vio afectado por una indisposición.

      De todos modos, oficialmente su trayectoria profesional se inició en el año 1923, cuando otro visitante al local de su padre, el pianista Nicolás Vacaro, tuvo la oportunidad de escucharlo, y le propuso entonces que viajara con él a Buenos Aires, alojándolo en su casa y presentándolo al flautista Juan Carlos Bazán, director de la orquesta donde Vacaro estaba tocando.

      Al poco tiempo, el joven bandoneonista debutó en el club Pueyrredón de Mar del Plata.

      Ya en 1925, fue contratado para actuar en el cine Gaumont, formando a tal fin un conjunto que inicialmente lo integraron el bandoneonista Nicolás Di Massi, los violinistas Marcos Larrosa y Juan Ríos, y el pianista Eliseo Ruiz.

      En ese mismo año, ingresó al sello Victor formando parte de la Orquesta Típica Victor, creación que en esa compañía se estaba gestando y cuyo responsable era el director artístico de la misma, el maestro Adolfo Carabelli. Ortiz permaneció en ella cerca de veinte años, tomando parte por lo tanto de esta recordada agrupación durante casi toda su trayectoria.

      La misma, creada sólo para grabar, efectuó sus primeros registros discográficos el 9 de noviembre de 1925, día en el que editaron los tangos Olvido, de Ángel D’Agostino, y Sarandí, de Juan Bauer.

      Ese día, junto con Ciriaquito estaban los bandoneones de Luis Petrucelli y Nicolás Primiani; los violines de Manlio Francia, Agresilao Ferrazano y Eugenio Romero; el piano de Vicente Gorrese y el contrabajo de Humberto Costanzo.

      Su vinculación se