formó parte de la orquesta de Atilio Stampone, y en 1961, de la llamada Agrupación de Tango Moderno, creada por Eduardo Rovira en ese mismo año. Integraban este conjunto aparte del propio Rovira, en bandoneón, y Nichele, en violín; Leopoldo Soria, en piano, y nuevamente Fernando Romano, en contrabajo.
Este cuarteto contó siempre con arreglos de Rovira, elaborados con el objetivo de crear formas más accesibles al público que las de los conjuntos renovadores de la época, en los que el director se incluía.
De este modo, la estética de las ejecuciones trataba de mantenerse dentro de la tradicional, con un lenguaje muy rítmico y lucimiento de los solistas.
En 1965, para la grabación de su cuarto disco larga duración, la agrupación fue dirigida por Nichele, quien además siguió siendo el violinista de la misma, contando para la ocasión con Atilio Corral en el bandoneón, en diez de los doce temas que integraron el disco, mientras que en los dos restantes, el bandoneonista fue un juvenil Rodolfo Mederos; el pianista pasó a ser José Colángelo; mientras que Fernando Romano seguía siendo el contrabajista.
Si bien Eduardo Rovira, en esta oportunidad no participó como intérprete, cabe destacar que dejó su sello como arreglador de todos los temas. El grupo mantuvo permanentemente a lo largo de esos años una línea renovadora pero con las características ya indicadas, registrando en los cuatro discos versiones en las que el violín de Nichele adquirió un rol preponderante.
Ejemplo al respecto es la grabación de su propio tango Baile de etiqueta, en el que su violín solista se escucha al final de la segunda parte, luego de haber realizado un juego melódico y rítmico con el piano a cargo, ya en ese cuarto disco, del mencionado Colángelo.
También en 1965, dirigió y formó parte del cuarteto Los Solistas del Tango, al que completaban Atilio Stampone, en piano; Eduardo Rovira, en bandoneón, y Fernando Romano, en contrabajo, conjunto que en mayo de ese año lanzó bajo la simple y contundente denominación de Tango, un magnífico disco larga duración con doce temas clásicos, entre ellos La cumparsita, El motivo, Mi refugio, Inspiración, c.t.v. y Chiqué.
También en 1965, más precisamente en el mes de noviembre, debutó en el escenario del local Gotan formando un trío con Atilio Stampone y Eduardo Rovira, donde continuaron actuando hasta 1970.
En este año, pasó a integrar la orquesta de Grandes Valores del Tango, la recordada audición que se emitía por Canal 9 de televisión y ya en 1973 ingresó a la primera formación del Sexteto Mayor, en la cual permaneció hasta 1976.
Simultáneamente con esta última actividad, entre 1974 y 1976, formó parte del marco orquestal que dirigido por el pianista Osvaldo Requena acompañó al cantor Alberto Castillo en la grabación de un total veintinueve temas. En esta agrupación, José Votti, Armando Andrade y Bernardo Stalman completaban con Nichele la fila de violinistas, mientras que Juan Carlos Bera, Néstor Marconi, Daniel Lomuto y Osvaldo Pichuquito Rizzo integraban la de bandoneones; Enrique Marchetto estaba a cargo del contrabajo y el propio Requena, del piano.
En 1978, se alineó en el sexteto que Raúl Garello presentó en El Viejo Almacén y al año siguiente, con el mismo director, actuó en el Teatro Municipal General San Martín, de avenida Corrientes al 1500.
La década del ochenta lo encontró realizando varias giras por Europa, Japón y otros países de Asia, formando parte de las orquestas de Osvaldo Requena, Carlos García y Néstor Marconi.
Con este último, precisamente, en 1988 viajó a Japón integrando una delegación de importantes figuras del género, entre ellos el Polaco Goyeneche y Nelly Vázquez, como cantantes; el pianista Orlando Tripodi, y el mencionado Marconi y Daniel Binelli como bandoneonistas, que presentaba un espectáculo al que se denominó Tanguísimo. El mismo era dirigido por Marconi al frente de un conjunto formado a tal fin que se conoció como Octeto Buenos Aires y que integraban, entre otros, los mencionados intérpretes.
A comienzos de los noventa, entre sus múltiples actividades, Nichele constituyó el conjunto que bajo la dirección y arreglos también de Raúl Garello, acompañó a la joven cancionista Patricia Vel.
Ingresó luego a la agrupación de Osvaldo Requena y simultáneamente a esta actividad, en los primeros meses de 1997, ya con 79 años de edad, integró la orquesta dirigida por Pascual Cholo Mamone, constituida a fin de grabar un cd de doce temas, en la que Nichele se desempeñó como solista de violín, pudiéndoselo apreciar aún en la plenitud como intérprete, en especial en los solos que realizó para los temas Inspiración, Canaro en París, Adiós Nonino, La comparsita, Divina y Con lirismo.
Su obra como compositor no es para nada extensa pero sí valiosa. Entre su producción se encuentran el vals Querida, con letra de Evaristo Frantanoni, grabado por Alberto Morán acompañado por la orquesta dirigida por Armando Cupo, y los tangos Baile de etiqueta, a cuya grabación por parte de la Agrupación de Tango Moderno de Eduardo Rovira ya se hiciera referencia, y No vernos más.
Un mes antes de emprender una gira a Japón como integrante de la orquesta de Osvaldo Requena, Nichele enfermó gravemente, falleciendo en la mañana del 25 de abril de 1998, precisamente el día en el que la delegación comandada por el recordado pianista emprendía el viaje. Tenía entonces 80 años de edad.
208. Nijenson, Miguel
Su verdadero apellido era Nijenshon y había nacido en Buenos Aires el 1º de diciembre de 1911, hijo de un matrimonio de inmigrantes letones provenientes de Riga, capital de esa república báltica.
Luego de iniciar sus estudios de piano en un conservatorio de su barrio natal, perfeccionó los mismos con el maestro Vicente Scaramuzza, el mismo profesor de Osvaldo Pugliese y tantos otros pianistas del tango y otros géneros musicales. Estudió además armonía con otro reconocido docente, el profesor Gilardo Girlardi.
A los 14 años, se incorporó a la orquesta de Roberto Firpo, con la que realizó una gira por Sudamérica, para la que debió contar con la autorización expresa de sus padres.
En 1927, formó un trío con Aníbal Troilo y el violinista Domingo Zapia, para tocar en el café Río de la Plata; luego en 1928 integró el sexteto del violinista Roberto Dimas y, desde 1935, integró el quinteto Los Poetas del Tango, con Francisco Fiorentino y Héctor Artola, en bandoneón, y Antonio Rodio y José Bonano, en violines.
En 1936, ingresó por primera vez la orquesta de Miguel Caló, en la que fue reemplazado, en 1939, por Héctor Stamponi, reemplazado a su vez en 1940, por Osmar Maderna.
Desde 1943 hasta mayo de 1945, Nijenson dirigió la orquesta que acompañó a la cancionista Tania en grabaciones para el sello Odeon, quedando entre otras, muy buenas versiones de los tangos Otra noche, Yuyo verde y Ya estamos iguales.
En este último año, cuando Maderna se alejó de la orquesta de Caló para formar su propia agrupación, Nijenson reingresó a ella, encargándose además de los arreglos, para los que Caló le solicitó que siguiese el estilo que había impuesto Maderna.
Su segunda etapa con Caló se prolongó ahora hasta el año 1955, cuando fue designado director de una orquesta que en el Luna Park acompañó a cantores que se presentaron en un concurso realizado en ese estadio.
Los ganadores fueron Jorge Budini y Mario Bonet, y Nijenson formó entonces su propia agrupación, incorporando a ambos ganadores como vocalistas.
Los bandoneonistas de la nueva agrupación eran Víctor Lavallén, Manuel Daponte, Ángel Álvarez y Eduardo Conti, luego reemplazado por Osvaldo Montes, mientras que en los violines se desempeñaban Emilio González, Raúl Domínguez, Pedro Saporchnik y Milo Dojman. En 1956, acompañó con este mismo conjunto al cantor Ernesto Herrera, quien registró así para el sello Odeon su primer disco simple como solista, luego de ganar un certamen organizado por la revista Radiofilm en dicho año. Integraban el disco los temas Vamos, vamos,
zaino viejo y Fogón de huella.
La orquesta grabó para el sello Odeon entre los años 1957 y 1958 un total de once temas, cuyo detalle es el siguiente: Tres esperanzas, Mi incertidumbre, Zorro gris y Medias de seda —cantados