rel="nofollow" href="#fb3_img_img_9cf67c43-43f1-582c-a39b-4139780ba768.png" alt=""/> Mandril
Especies parcialmente protegidas
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El manatí, la última especie en peligro de extinción
El manatí, un mamífero grande de cuerpo cilíndrico, tiene una cabeza pequeña, sin orejas externas ni colmillos. Sus patas delanteras forman aletas natatorias y su cola está aplanada horizontalmente. Su piel es gris, gruesa y desnuda excepto en el borde de los labios. Su apariencia le valió el apodo de «vaca marina». Su modo de reproducción todavía no se conoce bien. La gestación dura unos doce meses y la hembra concibe una cría cada dos o tres años. Los gemelos son raros, pero posibles. Alcanza la madurez sexual a los siete años. La esperanza de vida puede llegar a los sesenta años. Puede alcanzar los 5 m y pesar una tonelada y media. Según los expertos, el manatí africano es monógamo y vive en una familia compuesta por dos adultos, un joven y un bebé. Varios machos pueden cortejar a la hembra en celo. El manatí es exclusivamente herbívoro, no rumiante, y consume pastos flotantes o sumergidos. Vive en agua dulce, es una de las especies amenazadas por la pesca y ha desaparecido completamente de algunas zonas del planeta. Gabón tiene una gran parte de su territorio regada por ríos, lo que sugiere que hay una población importante en los lagos y lagunas del país. Las últimas investigaciones muestran una clara presencia en la laguna de Ndogo, al sur del parque de Loango. El manatí tiene un estatus especial entre los aldeanos, pues es considerado un tótem familiar, asocia a los genios del agua dulce y un proveedor de buena salud. Sin embargo, esto no impide que se encuentre en el mercado de la caza furtiva.
Conservación de la tortuga laúd
La tortuga laúd es la especie de tortuga marina más grande del mundo. Es una nadadora poderosa y puede viajar miles de kilómetros en busca de su presa favorita, las medusas. Gabón tiene la mayor población reproductora de tortugas laúd del mundo (estimada entre 15 730 y 41 373 hembras). Los principales centros se encuentran en los parques nacionales de Mayumba y Pongara, así como en otras áreas del parque nacional de Loango y el complejo de áreas protegidas de Gamba. Los esfuerzos prioritarios en estos lugares tienen como objetivo asegurar la conservación de esta población y protegerla de las amenazas de la pesca ilegal, la caza furtiva de nidos, la contaminación, la alteración de su hábitat y el cambio climático.
Mientras que la tortuga laúd ha sido una de las principales preocupaciones en el mundo de la conservación después de la disminución de las poblaciones indo-pacíficas, que desaparecieron en más del 90 % en las décadas de 1980 y 1990, ahora ha pasado de ser una especie en peligro crítico de extinción a ser una especie vulnerable en la lista de la UICN —su conservación no está asegurada, pero la tendencia es optimista. Esto es el resultado de la labor y los esfuerzos de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de varios países, incluido Gabón.
Flora
La selva gabonesa está llena de un increíble número de especies de árboles y flores. Algunas de estas plantas han provisto durante siglos a sus habitantes. Humanos y animales tenían un perfecto conocimiento de este medio y sus beneficios. En la parte posterior de las aldeas también se cultivaban plantas medicinales para curar las enfermedades más frecuentes.
Algunos ejemplos de árboles útiles para la forma de vida tradicional son:
Las lianas
Los guías siempre disfrutan presentándoles a los turistas las virtudes de la liana de agua. Hay dos especies de esta liana, aunque no es fácil para un principiante distinguir entre ambas. ¡Lo que debe recordar es que la liana de agua puede ser de gran utilidad para una persona sedienta y descuidada que se haya perdido en el bosque! Bromas a parte, esta enredadera puede medir unos diez metros y alcanzar un gran diámetro. Se pueden encontrar en cualquier