José Kentenich

Lunes por la tarde 20


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La fe providencialista exige saltos mortales

      LA VIDA MATRIMONIAL, UN CAMINO DE SANTIDAD

      - Hay que romper con el falso concepto de que las personas casadas son cristianos de segunda categoría y luchar por una espiritualidad propia

      - Antes de dar respuesta a preguntas prácticas queremos cavar hondo:

       ¿Qué ocupa el acto conyugal en el orden de ser?

       Somos personas a imagen de la Santísima Trinidad

       Como personas sexuadas estamos llamados a la mutua complementación

      - Hombre y mujer forman una biunidad espiritual y física. El cultivo de la dignidad de la persona en el acto conyugal es garantía de la santidad

      - Se garantiza el carácter personal del acto conyugal integrando el amor sexual, con el amor de eros y amor espiritual y sobrenatural

      - Amor sobrenatural: considerarse hijo de Dios y miembro de Cristo, como nos dice San Pablo. Esto no excluye la satisfacción en el acto conyugal, sino que lo incluye.

      - A través de la renovación de nuestra Alianza de Amor se ordena nuestro amor conyugal como ‘una dimensión de la santidad’.

      CONFERENCIA

      23 DE ENERO DE 1961

      DIOS GUÍA EL ACONTECER MUNDIAL

      Quizás esta noche esperen grandes cosas. Pero me parece que lo primero que haré será desilusionarlos un poquito, o al menos sorprenderlos. Sí, creo que en primer lugar les haré unos breves comentarios.

      Interpretación religiosa de un hecho político

      * Kennedy adhiere a Dios

      No sé lo que les ha llamado especialmente la atención en la ceremonia. No quiero hablarles aquí desde el punto de vista político sino del religioso. Seguramente les llamó la atención que durante las oraciones pronunciadas por las diferentes comunidades religiosas, el nuevo presidente se haya persignado varias veces. ¿Qué significa ese gesto? Es una confesión de fe en Cristo. Recuerden como hacia el final de su discurso subrayo que las obras de los hombres podrán ser rectas y buenas, pero es Dios quien finalmente tiene las riendas en su mano. Lo que no quiere decir cruzarse de brazos y esperar que Dios " nos haga el favor" de hacer todo. No, nosotros también tenemos que poner manos a la obra y hacer lo que nos toque.

      La actitud del nuevo presidente manifiesta evidentemente una doble confesión: una confesión de la fe en Cristo y una confesión de la fe en Dios como guía del acontecer mundial, aún hoy, en estos tiempos de confusión y desorientación.

      * Kruschev adhiere a las leyes de la naturaleza

      Para esta visión del mundo, no hay dimensión trascendente, ni Creador del universo, ni Guía del acontecer mundial, ni Cristo ni tampoco orden cristiano alguna que rija tiempo y mundo y que sea supratemporal.

      Kruschev se fundamenta en la victoria de las leyes de la naturaleza. He aquí una frase clave. ¿Cómo se representa él a esas leyes de la naturaleza? Como su nombre lo indica, se trata de leyes emanadas de la misma naturaleza, que operan soberanamente, más allá de que les opongamos resistencia o no. El trabajo del hombre puede fomentar u obstaculizar el curso de ellas, pero no detenerlas.

      En este punto los bolcheviques, los materialistas, proponen una tesis audaz: las leyes de la naturaleza han colocado al cristianismo en primer plano a lo largo de más o menos 2000 años. El cristianismo no es por lo tanto una religión de lo alto, una religión revelada, sino que ha surgido de la naturaleza del hombre. En virtud de sus fuerzas intrínsecas, esas mismas leyes de la naturaleza apuntan ahora a deponer al cristianismo y colocar en su lugar el bolchevismo, el materialismo. Los comunistas consideran que ese relevo es una ley natural y, si no hay más remedio, se declaran dispuestos a acelerar el y proceso de sustitución mediante una guerra mundial.

      ¡Qué tremendo contraste entre ambos campos! Por un lado la fe en la victoria de las leyes de la naturaleza y, por el otro, la fe en la victoria de Dios y de Cristo en la historia universal.

      Nosotros nos ponemos del lado de Dios

      Ahora mediten un poco sobre cuál es nuestro campo. Es obvio, estamos del lado de Dios, de Cristo. Pero creo que ha llegado la hora de tomar mayor conciencia de nuestra posición. Ya no debe ser un compromiso aparente o virtual, sino concreto, enérgico y entusiasta.

      Reflexionemos sobre algunas escenas del evangelio.

      "Tú eres el Cristo"

      La primera es cuando Jesús, en un momento de reposo en medio de su actividad pública, les pregunta a sus discípulos; " ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo de Dios?" Los apóstoles le dan distintas respuestas. Unos decían que era Elías; otros, el gran profeta. Jesús les dice: " Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Y ahí resuena entonces la gran respuesta de Simón Pedro: " Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo."

      ¿Qué ha ocurrido? Pedro confiesa su fe en la divinidad de Cristo. ¿Acaso no deberíamos sumarnos a esa confesión? Fíjense que el Padre del Cielo ha depositado en manos del Hijo de Dios el gobierno del mundo. Por eso Jesús da este testimonio sobre Pedro: " Bienaventurado, eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos."

      Supongamos que aquí estuviese el Señor, aquí mismo, en mi lugar, hoy, en medio de la gran desorientación en que está sumido nuestro mundo. Y Jesús nos preguntase: " ¿Quién creéis que soy yo?" ¿No queremos renovar entonces con mayor profundidad nuestra confesión de fe en la divinidad del Señor?

      "Tú tienes palabras de vida eterna"