y la familia!” Pam es una será-milenarista. (Todo será como tenga que ser al final. Así que, ¿por qué preocuparse?)
Mi convencimiento es que el problema doctrinal que ha infectado tanto a Fran como a Pam son la misma cosa. Es el responsable de ambas actitudes. Este problema es el divorcio práctico del evangelio de Cristo y la escatología en las perspectivas proféticas populares de nuestros días. La idea es (y yo he escuchado decir esto): Nosotros predicamos el evangelio para que la gente se salve.
Una vez que son salvos, y si están interesados en una doctrina cristiana más profunda, podemos enseñarles de profecía. En tales perspectivas, el divorcio del evangelio y la escatología está claramente implícito. No es de extrañar que con esas ideas en la calle, uno acabe con los Fascinados Frans, por un lado o con las Prácticas Pams, por el otro.
No obstante, el hecho es que la escatología popular que se enseña ampliamente en las iglesias evangélicas en nuestros días realmente tiene comparativamente muy poco que ver con el evangelio de Cristo. En la iglesia evangélica en la que yo me crié se enseñaba la profecía con frecuencia. Una de las cosas que recuerdo intensamente que se enseñaba era que la edad de la iglesia en la que vivimos era un gran paréntesis en la profecía bíblica, un período-de-misterio imprevisto por la profecía bíblica. Acabaría con el rapto de la iglesia por la venida secreta de Cristo en el aire antes del período de la tribulación. Puesto que esta venida era inminente, es decir, que puede ocurrir en cualquier momento, no estaría precedida por ningún acontecimiento profético. Sólo con este rapto secreto se pondría en marcha de nuevo el reloj profético. Con el rapto secreto de la iglesia los acontecimientos importantes de la profecía bíblica comenzarían a desplegarse. Estos incluían la aparición del Anticristo y su imperio mundial, la reedificación del templo en Jerusalén, una tribulación de siete años, una aparición gloriosa de Cristo, y un reinado de mil años de Cristo en la tierra – todo ello teniendo que ver con el otro pueblo de Dios, terrenal, la nación judía, no con Su pueblo celestial, la iglesia. Recuerdo haberme sentido decepcionado por vivir en un período tan vacío o desprovisto con respecto a la profecía bíblica.
Ahora bien, yo no era el único enseñado en ese sistema. Por aquel entonces dominaba las iglesias evangélicas. A pesar de muchas críticas, aún mantiene su popularidad. Desde novelas best sellers a películas repletas de afectos especiales asombrosos, aún domina la imaginación cristiana en nuestros días.
Tal sistema de profecía realmente tiene muy poco que ver con el evangelio de Cristo. No nos sorprende que la reacción del público cristiano sea de fascinación o de irritación. Si la iglesia es un paréntesis misterioso en la historia del mundo, y si el reloj profético sólo comienza a marchar de nuevo con el rapto de la iglesia sin peligro a la dicha del cielo, y si la profecía bíblica es realmente acerca del plan de Dios para los judíos, entonces la reacción de los cristianos sólo puede ser de fascinación por lo especulativo, por un lado, o de irritación por lo práctico, por el otro.
Este libro provee una presentación simple, pero sistemática de la escatología cristiana. Mostrará que este sistema popular es erróneo y sin base bíblica en todas sus características distintivas. Esto sorprenderá a muchos lectores que pensarán que es una afirmación increíble. ¡Pero recuerda al niño que exclamó que el precioso conjunto nuevo del emperador realmente no lo era! Si tienes paciencia conmigo y me prestas un oído bíblico, tal vez adoptes la misma opinión sobre la ropa del emperador.
En contraste con el emperador desnudo, mi esperanza con este libro es que provea a los cristianos un conjunto de vestidos escatológicos. Este conjunto de vestidos proféticos no es una enseñanza que vaya más allá del evangelio ni está apegado a él de manera artificial. El evangelio cristiano tiene todo que ver con la escatología, y la escatología tiene todo que ver con el evangelio cristiano.
Lo que quiero decir es, brevemente, esto: Jesús habla del objetivo de la escatología como “la regeneración” (Mat. 19:28). Pedro la llama “la restauración de todas las cosas” (Hech. 3:21). Pablo habla de ella como “la creación… libertada de la esclavitud de corrupción” (Rom. 8:21). La escatología tiene que ver con el llevar a la creación y a la humanidad a su destino original propuesto por Dios. La escatología tiene que ver con la derrota de los propósitos destructivos de Satanás y con la victoria de los propósitos redentores de Dios. La escatología, por tanto, tiene todo que ver con el evangelio que proclama el propósito de Dios de “por medio de él (de Cristo) reconciliar consigo todas las cosas… haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Col. 1:20). La profecía bíblica, pues, no tiene que ver con ninguna otra cosa que no sea el evangelio de Cristo. Tiene todo que ver con la cruz de Cristo, con la iglesia de Cristo, y con la venida de Cristo.
Eso sería algo, ¿verdad? ¡Una escatología simple, bíblica! ¡Supón que el emperador realmente no tiene vestiduras! ¡Supón que la profecía realmente es acerca de Cristo, Su cruz, y Su iglesia! Escucha al niño, mira al emperador, y examina la Biblia por ti mismo.
Capítulo 2
Pero, ¿cómo puede todo el mundo
estar tan equivocado?
Terminé el primer capítulo instándote a mirar de nuevo y con cuidado a lo que la Biblia dice sobre la escatología. No obstante, antes de que podamos comenzar ese estudio, debemos encarar el problema sugerido por el título de este capítulo. Muchos se preguntarán cómo tantos cristianos sinceros pueden estar tan equivocados.
Antes de que responda a esa pregunta, déjame que aclare que yo creo que muchos de los que mantienen la perspectiva de la profecía en cuestión son cristianos. No estoy atacando el carácter cristiano de aquellos con los que difiero. Tengo una gran deuda con muchos de los que sostienen la perspectiva que estaré criticando. El hecho de que sean cristianos no significa, no obstante, que estén en lo cierto, ni que nuestras diferencias no tengan importancia. Los corazones de algunos hombres son mejores que sus cabezas. Lo que hay en sus cabezas aún puede ser peligroso para los demás.
Puesto que creo esto, debo hacer un trabajo concienzudo de convencer a la gente del error de la perspectiva popular. Por supuesto, esto debo hacerlo principalmente por medio de abrir la enseñanza clara de la Palabra de Dios. No obstante, antes de hacer eso debo intentar eliminar un prejuicio a favor del punto de vista popular y contra lo que yo voy a enseñar. La perspectiva que voy a criticar ha sido popular durante las últimas décadas en la iglesia cristiana. Esto hace que a muchos les parezca la perspectiva histórica de la iglesia cristiana. Por ello, cualquier otra cosa parece novedosa. Por lo tanto, para probar la validez de las afirmaciones de la perspectiva profética popular de nuestros días, tendremos que estudiar un poco de historia de la iglesia. Estudiaremos la historia de la escatología en la iglesia respondiendo a la pregunta que da título a este capítulo: ¿Cómo puede todo el mundo estar tan equivocado?
Primera respuesta:
Realmente, la perspectiva tan popular hoy sólo es una de las cuatro perspectivas que han sostenido y que sostienen los cristianos evangélicos.
La perspectiva profética popular hoy tiene un nombre. Se llama Dispensacionalismo, o más completamente, Premilenarismo1 Dispensacional.
PREMILENARISMO DISPENSACIONAL
El Premilenarismo Dispensacional (como sugiere esta nombre) es una forma de premilenarismo. El premilenarismo es la perspectiva de que Cristo ha de volver antes del milenio profetizado en Apocalipsis 20:1-10. El término, milenio, simplemente es un período de 1.000 años. Los 1.000 años de Apocalipsis 20 es un tiempo en el que Cristo reina y Satán es atado. Los premilenaristas afirman que esto significa un reinado personal y físico de Cristo en la tierra durante 1.000 años literales después de que regrese.
El premilenarismo dispensacional es la forma de premilenarismo que enfatiza que la historia está dividida en diferentes dispensaciones. Por supuesto, todos los cristianos – no importa cual sea su persuasión escatológica – están de acuerdo en que en algún sentido