Negra oscuridad, misericordia gloriosa. David Powlison

opaca ni muda. Creces en semejanza a Jesús: el varón de dolores, experimentado en quebranto, el hombre conforme al corazón de Dios, quien habiendo amado a los Suyos, los amó hasta el fin.

      Hazlo personal

      A medida que descubrimos las formas en que «Cuán firme cimiento» comunica la gracia de Dios a los problemas que enfrentamos, te animo a que reúnas otros recursos de gracia para fortalecerte y alentarte.

      Por ejemplo, ¿qué otros himnos o canciones te han hablado, sacando tu corazón de la oscuridad y llevándolo hacia Cristo? Aquí hay dos himnos clásicos que con frecuencia me alientan cuando estoy cargado.

      1. Un himno que cantas acerca del Señor—y que también puedes cantar al Señor. El título «¡Oh Jesús, mi Salvador! mi alma va volando a Ti»⁹ transmite solo la mitad de lo que narra el himno. Jesús es también un verdadero amigo para los que sufren. Charles Wesley habla con honestidad acerca de las dificultades de la vida. Habla acerca de los amigos que te decepcionan. Habla de las personas que no son para nada tus amigos sino que quieren lastimarte. Él sabe lo que es sentirse con el corazón roto, triste y débil. Ha experimentado tiempos tempestuosos y noches oscuras. Al dar estos ejemplos y metáforas, Wesley te invita a tomarlo personal. Y sobre todo, te recuerda de mil formas que Jesús está a tu lado cuando tu vida es difícil. Jesús escucha cuando clamas por ayuda.

      A lo largo de este himno cantamos acerca de cómo el Señor se relaciona con nuestras dificultades. Pero por muchos años nuestra congregación ha alterado la última estrofa y el último coro, de modo que cantamos directamente a nuestro Salvador:

      1. ¡Oh Jesús, mi Salvador! mi alma va volando a Ti,

      Mientras viene con furor la tormenta sobre mí;

      Guárdame, Señor Jesús, hasta verla ya pasar;

      Y a seguro puerto Tú lleva mi alma a descansar.

      2. Otro asilo ninguno hay; indefenso acudo a Ti;

      Mi necesidad me trae, y mi fuerza vana vi.

      Solamente en Ti, Señor, creo hallar consuelo y luz;

      Vengo lleno de temor a los pies de mi Jesús.

      3. Cristo, encuentro todo en Ti, y no necesito más;

      Caído, me pusiste en pie; débil, ánimo me das;

      Es tu nombre santo y fiel, yo soy todo iniquidad;

      Lleno estoy de mal, e infiel; Tú, de gracia y de verdad.

      4. Gracia plena hallo en Ti para mi maldad limpiar,

      Que esta fluya para mí, quiero puro en Ti morar;

      Tú, el vivo manantial, déjame de Ti beber,

      Que tu vida eternal brote siempre en mi ser.¹⁰

      Personalmente, creo que cambiar a lenguaje directo de tú– yo en el clímax del himno es muy significativo. Los himnos generalmente están escritos en una sola voz, como nuestro lenguaje normal. Pero la Escritura presenta un modo mucho más flexible de usar las palabras. A menudo alterna entre dos voces, como lo ha hecho nuestra iglesia con este himno. Por ejemplo, el Salmo 23 empieza y termina hablando de Quién es el Señor y lo que Él hace. Pero en el valle más oscuro, yo expreso directamente: «Tú estás conmigo».

      2. Un himno que puedes cantar para ti. Katharina von Schlegel experimentó la muerte de sus amigos más queridos. Ella sintió dolor, tristeza, miedos, aflicción, lágrimas, desilusión. En «Paz, corazón», ella lucha dentro de sí, tratando de hallar calma en medio de la agitación y el descontento. Ella se recuerda a sí misma que su mejor Amigo está con ella. Él enjugará todas sus lágrimas en el día en que restaure los gozos más puros del amor. Cristo hará lo mismo contigo.

      Además de los himnos, hay muchos libros buenos que hablan acerca del sufrimiento. No podrás errar con libros de Nancy Guthrie y Joni Eareckson Tada. Un libro menos conocido que da mucho para pensar es Why Does It Have to Hurt? [¿Por qué tiene que doler?]¹¹ de Dan McCartney.

      Al igual que con otros temas importantes y amplios —el evangelio de Jesucristo, la lucha contra el pecado, el amor— hay espacio para una perspectiva fresca. Ya que todos los libros sabios y útiles beben del mismo río vivo, estos se complementan unos a otros. No hay dos que examinen el tema desde el mismo ángulo o digan exactamente lo mismo. Mi esperanza es que este libro, si bien no pretende decirlo todo, ofrezca un par de cosas que te sean útiles.