y tanques de almacenamiento. Negros e inquietantes. Humo blanco y autopista… Este sitio es una puñetera pesadilla. Lo odio. Lo odio, joder. Día 84. Pete abre el sobre. Levanta la vista. Asiente con la cabeza… Orgreave. Salimos a los coches. Subimos a los vehículos. Está tan cerca que podríamos ir a pata. Voy con Keith y Tom. Hay sitio para uno más. Pete nos dice que esperemos por si viene algún rezagado. Vemos cómo el resto salen. Veinte minutos más tarde un chico entra en el aparcamiento. Sube al coche con nosotros. Nos vamos. Cuando llegamos acaban de dar las ocho. El sindicato tiene tíos con mapas y megáfonos esperando. Te dan indicaciones. Te dicen adónde tienes que ir. Dónde quieren que estés. La mayoría de los chicos de Thurcroft están en la parte de Catcliffe. Nos envían a la parte de Handsworth. La policía también es amable… Aparque aquí. Aparque allá… Nos metemos por una calle lateral. Salimos. Subimos al campo de arriba. En la parte de High Field Lane. Vamos hacia la parte delantera. Debe de haber cinco mil tíos. Por lo menos. Arthur ha venido otra vez en persona. Hay un poli por cada minero. Un minero por cada poli. Los soldados de asalto forman en filas de cinco. Diez. Cincuenta… En columnas de cinco. Diez. Veinte. Hay tantos que el puto suelo se ve otra vez negro. Marchan arriba y abajo. Arriba y abajo. A paso rápido. Como si estuvieran de instrucción… Como si fueran soldados de mierda. No polis… Sus jefes gritan órdenes. Tratan de acorralar a todo el mundo. Nos zarandean. Ya no son tan amables… Ven aquí. Ve allá. Cállate, escoria. Quédate aquí. Quédate allá. Que te calles, coño… Ese rollo. La mitad a un lado de la calle. La mitad al otro. Nos llevan enfrente de Rother Wood. He oído que en la parte de Catcliffe les han soltado los perros. A lo mejor, por una vez, es nuestro día de suerte. Los megáfonos crepitan. Se oye un estruendo. Miro el reloj… Son las nueve. A tres kilómetros de distancia, veinte camiones vienen por la carretera. Los veo: los camiones y la escolta policial. Ahora hay muchas embestidas… Empujones. […]
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