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Contenido
Prólogo. Cada palabra en su sitio
Albert consigue un nuevo empleo
Retrato de mujer en una pequeña ciudad
Lo mejor es casarse con una mujer cuyo primer marido haya muerto en la horca
La señora Bánati, una mujer desnortada
En Serio,
14.
Edición en formato digital: diciembre 2020
© de la traducción y del prólogo: Adan Kovacsics, 2019
© de la ilustración de la cubierta: Ana Rey, 2019
© de la presente edición: La Fuga Ediciones, 2020
Revisión: Andrés Ehrenhaus
Las primeras páginas del relato El puente fueron traducidas en el marco del seminario de traducción húngaro-español celebrado en julio de 2017 en la Casa del Traductor de Balatonfüred, Hungría.
Diseño gráfico: Tactilestudio Comunicación Creativa
ISBN: 978-84-123107-4-0
Todos los derechos reservados:
La fuga ediciones, S.L.
Passatge de Pere Calders, 9
08015 Barcelona
www.lafugaediciones.es
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación sin el permiso expreso de los titulares del copyright.
La traducción de esta obra ha recibido una ayuda financiada por el departamento de traducción del Petőfi Literary Museum.
Gyula Krúdy
Simbad
traducción y prólogo de Adan Kovacsics
Gyula Krúdy
(Nyíregyháza, 1878 - Budapest, 1933)
Gyula Krúdy nació en Nyíregyháza, en el noreste de la actual Hungría, hijo de un abogado y de una criada. Era el primogénito y fue registrado como hijo ilegítimo. Krúdy nunca quiso ejercer otra profesión que la de escritor. A los quince años publicó su primer relato. Su escrito número mil salía a luz en 1905, cuando acababa de cumplir los veintisiete años. En 1911, cuando aparecieron los primeros relatos protagonizados por el personaje de Simbad, llevaba unos mil quinientos textos publicados. Su fama se debió por supuesto a su obra literaria, pero también a hechos como batirse en duelo con el oficial de húsares Viktor Sztojanovics, cuando en una discusión en un local le quitó el sable para entregárselo a una dama.
cada palabra en su sitio
por Adan Kovacsics
¿Quién era Gyula Krúdy? ¿Quién fue ese escritor al que Sándor Márai consideraba su maestro, al que incluso dedicó una de sus novelas, Szindbád hazamegy [Simbad vuelve a casa]? El 13 de mayo de 1933, un día después de la muerte de Krúdy, le tributaba un homenaje con estas palabras:
...el más puro, el más noble y uno de los más grandes escritores... Existe una literatura absoluta, así como existe una música absoluta. Krúdy empezó a escribir a los diecisiete años y durante treinta ocho no cometió ni un solo error. Trabajó muchísimo y por supuesto siempre también “por dinero”; pero en esas casi cuatro décadas consagradas a la escritura no escribió ni una sola línea que no proviniera de la misma materia. Igual que los dos más grandes, Shakespeare y Goethe, genios locos, derrochadores, que escribían una carta familiar o una instancia sorbiendo siempre de la misma materia literaria y recurriendo a los mismos medios que cuando escribían Otelo o Fausto... En todos los escritos de Krúdy, cada palabra está en su sitio, con buen gusto, de manera perfecta, expresiva e inimitable... Considero la distinción más alta de mi vida las pocas horas que pude pasar en su compañía...
Gyula Krúdy (1878 — 1833) nació en Nyíregyháza, en el noreste de la actual Hungría, hijo de un abogado y de una criada. Era el primogénito y fue registrado como hijo ilegítimo. Sus padres sólo se casaron en 1895, después del nacimiento de su décimo vástago. Gyula Krúdy nunca quiso ejercer otra profesión que la de escritor. A los quince años dio a la estampa su primer relato y hasta su bachillerato publicó muchos más; se encargó de la redacción de una revista estudiantil y montó una agencia de noticias en su ciudad natal. Tenía diecisiete años cuando la prensa europea recogió sus informaciones sobre un suceso que se produjo por esas fechas en Tuszér, una localidad cercana: la médium de un hipnotizador aficionado se derrumbó