Sabía que...
Producir incendios periódicos controlados en las praderas favorece la incorporación de nutrientes ya que elimina la capa de estiércol, liberando nutrientes al suelo e incorporando gran cantidad de nitrógeno; estimulando el crecimiento de leguminosas fijadoras de nitrógeno y mejorando las condiciones para las lombrices de tierra.
5. Producción de praderas
Antes de establecer una pradera, es necesario conocer el nivel de fertilidad del suelo (macronutrientes y micronutrientes) y la composición botánica. Estos dos elementos permitirán definir si el suelo reúne las condiciones para el establecimiento, especialmente si se trata de praderas permanentes o si es necesario un cultivo previo para aumentar la fertilidad y controlar las malas hierbas. Además de conocer el medio socio económico de la zona.
Pradera en explotación ganadera
5.1. Elección y tipos de praderas
Existe una gran diversidad de especies forrajeras que se pueden utilizar para formar una pradera.
Las más utilizadas son las especies herbáceas, concretamente la familia de las gramíneas. De clima templado a frío, y se desarrollan bien en otoñoinvierno.
De importancia también en la formación de praderas son las leguminosas que presentan un mayor crecimiento con el aumento de la temperatura, primavera-verano. Además de su importancia en la simbiosis de sus raíces con bacterias como el rhizobium, que transforman en N atmosférico en N asimilable por la planta.
La elección de la variedad y la especie, deberá tener en cuenta:
1 Condiciones particulares del suelo (textura, temperatura, fertilidad, acidez, pH, etc.) y del clima (humedad, temperatura, luz, etc.).
2 Duración de la pradera (especie, condiciones de suelo, clima y técnica de explotación).
3 Época de utilización.
4 Obtener forraje de alta calidad en otoño e invierno y disponer de otros productos como el ensilaje o henificación.
Existen dos tipos de especies forrajeras para formar praderas, dependiendo de su duración, que puede ser corta o larga.
De corta duración
Son praderas de alto volumen constituidas por especies de establecimiento rápido y vigoroso.
En este tipo de praderas la siega domina claramente al pastoreo como sistema de aprovechamiento. Suelen durar de uno a tres años, por lo que necesitan una renovación frecuente. Como producción de este tipo de praderas, destacar las siguientes:
De larga duración
Son de lento establecimiento y mayor duración. Las especies más recomendadas para este tipo de praderas son las gramíneas perennes asociadas a leguminosas.
La duración se puede alargar hasta los cuatro o cinco años e incluso más, dependiendo de la climatología y del manejo.
Importante es utilizar siempre semilla certificada que esté incluida en los catálogos oficiales de semillas (Instituto Nacional de Semillas y Plantas de Vivero).
5.2. Siembra
Los métodos de siembra de pradera se pueden clasificar en:
1 Laboreo mínimo.
2 Laboreo clásico.
El laboreo mínimo y siembra
Es una técnica similar al semilaboreo con suelo desnudo, con la diferencia de realizarse solamente una o dos labores muy superficiales (5-10 cm) durante el año. Por lo general su misión es romper la costra superficial que limita la infiltración del agua mediante una labor de cultivador y la aplicación de herbicida, además de propiciar el pisoteo del ganado y provocar la quema del estrato herbáceo.
Recuerde
El laboreo mínimo y siembra es una técnica que mejora la infiltración de agua en el suelo, y propicia que las semillas se mantengan húmedas para su germinación.
El sistema de laboreo clásico y siembra
Es el más utilizado, por ser el que mejor asegura la implantación de la pradera, pero tiene el inconveniente de su elevado coste. Se utiliza el cultivador de brazos flexibles y la grada de discos.
Cultivador
Una variante del laboreo clásico consiste en utilizar rotocultivador en sustitución de la labor de arada. En agosto, aprovechando la sequía, se dará un pase de rotocultivador superficial para cortar el césped existente. Se deja que seque y con las primeras lluvias de otoño se da otro pase de rotocultivador profundo, se siembra con la abonadora mezclando la semilla con el abono y se pasa el rulo, cuantas más veces mejor, para asegurar la implantación de la pradera.
El momento más adecuado para la siembra es el otoño (septiembre y octubre), que a diferencia de la siembra en primavera:
1 Asegura la humedad posterior a la siembra. En siembras tardías de primavera se puede presentar una sequía.
2 No se interrumpe el pastoreo tanto tiempo como en primavera, pues coincide con la parada vegetativa.
3 La invasión de malas hierbas es menor.
5.3. Abonado
El abono se puede aplicar al mismo tiempo que se esparce la semilla. La dosis es similar a la de una siembra convencional. Siendo lo ideal disponer de un análisis del terreno para afinar en la dosificación del abonado. Como norma general, para una hectárea de terreno, se deben aplicar en el momento de la siembra:
1 120 UF de P2O5, (5,3 sacos de 50 kg de superfosfato triple del 45 %)
2 100 UF de K20 (4,1 sacos de 40 kg de cloruro potásico del 60 %)
3 30 UF de nitrógeno (1,3 sacos de 50 kg de urea del 46 %)
El N es conveniente aplicarlo en fondo y en cobertera, y el potasio y el fósforo solo en fondo.
Aplicación práctica
De los siguientes elementos de una pradera, ¿a qué estrato pertenecen?
a. Nematodo
b. Raíces
c. Espiga
d. Mantillo
e. Rhizobium
f. Langosta
g. Hojas