porque pondrían en peligro el nivel de vida económico de los alemanes. La organización extremista de derecha afirmó que los solicitantes de asilo en Alemania no eran verdaderos refugiados este año, por lo que según una encuesta, el 44 por ciento de la población alemana rechazaría a los solicitantes de asilo.33 Esta organización de extrema derecha juega un papel importante en las decisiones políticas de Alemania, lo que, por supuesto, representa un problema serio para la integración de los refugiados.
Por otro lado, Hamed Abdel-Samad, quien nació en Egipto y es hijo de un imán musulmán, realizó sus estudios universitarios en Alemania en ciencias políticas y fue criticado y amenazado de muerte por el análisis que realiza al islam y por la manera en que explica las dificultades de integración que los practicantes de esta religión enfrentan en Europa. Uno de los puntos más importantes que menciona es el religioso. Para los europeos, la religión cada vez tiene menos importancia; sin embargo, para los migrantes, el islam es imprescindible y provoca un choque cultural y religioso dentro del continente al tener ambas posturas. Esto conlleva, por un lado, a una pérdida de identidad de los migrantes que buscan integrarse en el nuevo continente, y por el otro, a un rechazo continuo de los alemanes hacia los migrantes.34
Para la primera generación de migrantes, lo principal era aumentar sus ingresos económicos; para la segunda generación, lo más importante aumentar su nivel de estudios y obtener un mejor puesto laboral; pero para la tercera generación de migrantes, el tema de la identidad se vuelve lo más significativo. Entre más rechazo se genera por parte de los europeos hacia los migrantes, estos suelen aferrarse más a su religión, pues de esta manera logran sentirse parte de algo. Los padres de los niños nacidos en el nuevo país quieren que estos se adapten al mismo y que logren ser exitosos, pero, a la vez, se niegan a que se pierda su cultura y sus tradiciones que suelen ser diferentes a las europeas.35
El rechazo a aceptar migrantes
A pesar de los tratados y acuerdos, en la Unión Europea no logra ponerse en práctica una política común. Países como Grecia, Italia y España, que por su posición geográfica son los que más inmigrantes reciben, sufren una crisis económica interna, por lo que reclaman no estar en condiciones de poder recibir más migrantes en sus territorios. La situación para los refugiados en estos países ha sido también criticada por Dublín iii, pues las condiciones para estas personas en los campos de refugiados son muy malas. Cuestiones de esta índole dirigen a la creación de una nueva política migratoria, donde uno de los puntos más importantes a llevar a cabo será que los inmigrantes no deban permanecer en el primer país europeo en el que pisan territorio, sino que deberán ser repartidos de una manera equitativa según las necesidades y la capacidad política y económica de cada país.
La mayoría de los migrantes que llegan a Italia provienen de África, pues a través de la ruta Libia tienen mayor facilidad para entrar al continente. No obstante, la poca regulación obtenida en cuanto a las rutas migratorias ha generado un aumento en redes criminales para cruzar a los migrantes. Los diversos acuerdos generados con Libia para reducir la entrada de migrantes a territorio italiano no han dado resultados. La situación para los migrantes es muy dura debido a que en su camino son maltratados, violados y torturados. Por otro lado, Italia acusa a la Unión Europea de no apoyar lo suficiente para regular la situación en el país, e incluso en 2017 presentó una amenaza de prohibir la circulación en aguas italianas a las embarcaciones que no fueran de su país. Esto con el fin de que las embarcaciones con migrantes no lograrán arribar.36
El poco apoyo que ha recibido el continente por parte de la Unión Europea y el poco control que tiene sobre la situación, ha generado un descontento en Organizaciones no Gubernamentales y en otras Instituciones Europeas debido a las consecuencias de estos actos. El gobierno italiano pide que la contribución de la Unión Europea no se limite a los rescates, sino que haya una implicación mucho mayor, tanto económica como logística para los recién llegados, pues según datos de la acnur, de los 85,000 migrantes que arribaron por el Mediterráneo durante el primer sexenio de 2017, 78,000 lo hicieron por Italia. Sin embargo, este número sigue creciendo y los campos de refugiados en Italia no tienen ya la capacidad para acoger a tantas personas.37
España recibe un número muy alto de inmigrantes debido a su frontera directa con Marruecos, pero también es uno de los países europeos que menos migrantes asila en su territorio. La mayoría entra por Melilla pero suelen ser rechazados. España emplea “devoluciones en caliente”; es decir, los migrantes eran directamente devueltos a su territorio o enviados a algún otro país fuera de la Unión Europea. Actualmente se critica que este tipo de devoluciones fueron vistas por el Consejo Europeo como una vulneración del Convenio Europeo de Derechos Humanos y por la Convención sobre el estatuto de los refugiados de 1951. No obstante, cada vez más países europeos aplican este modelo.38
Se habla de una violación de los derechos humanos en Melilla, pero también se ve como una manera de deslindarse de las tareas que la ue no quiere asumir. Para reducir el número de inmigrantes se han realizado importantes tratados con Turquía y con Marruecos, donde a cambio de una gran cantidad de dinero ofrecida por el gobierno europeo, ambos países se comprometen a acoger a la mayoría de los migrantes, incluidos aquellos que ya habían obtenido su estatuto de refugiados dentro de Europa.39 Finalmente, no se trata solo de que España no esté dispuesta a recibir un gran número de inmigrantes, sino de que el número de migrantes que ha acogido es mucho menor al establecido en Dublín iii, es decir, España afirma abiertamente que no está dispuesta a recibir migrantes y que cada país debería tener la capacidad de elegir sobre este tema con autonomía.
A partir del Tratado de Retención para Migrantes de 2016 con Turquía, el número de migrantes que llega a Grecia se ha reducido de manera drástica. No obstante, distintas organizaciones internacionales como Human Right Watch (hrw), o Amnistía Internacional, critican principalmente la cuestión de los derechos humanos de las personas en Turquía. Miles de personas esperan durante meses en las islas griegas a ser trasladados o recibir un estatuto de refugiados en el país, pero las situaciones en las residencias de migrantes son terribles y no se cuenta con los recursos primarios para darles una atención digna a todos ellos. Por su parte, Turquía declara una guerra diplomática a la ue y con descontinuar el acuerdo, mientras que con los europeos aumenta el populismo islamofóbico y la fobia migratoria.40
La situación plantea muchos retos en todos los niveles que tanto los gobiernos de la Unión Europea como sus ciudadanos deben enfrentar. Los flujos migratorios crecientes hacia países desarrollados, ya sea por causas de violencia o pobreza, no son un fenómeno que se vaya a detener. Zygmunt Bauman hablaba de estos excedentes de población que las economías capitalistas de los países desarrollados no pueden absorber como de Vidas desperdiciadas.41 Se trata de una situación global que enfrenta el mundo y que encontramos ahora, igual de problemática, con los millones de migrantes centroamericanos que intentan cruzar hacia los Estados Unidos. Las soluciones que la Unión Europea proponga a estas situaciones serán ejemplo, seguramente, de las directrices que los gobiernos de otras latitudes tomarán en cuenta para resolver sus propios conflictos.
6 Ramírez, Felipe. Informe “La primavera árabe y la guerra en Siria: expertos debatieron sobre los orígenes del conflicto”. Prensa U-Chile. Santiago de Chile, 2016.
7 Reimann, Anna. “Wohin die Fluchtlinge wollen und wer sie nimmt”. Spiegel on line, 2015.
8 Wolfgang Grenz, Julian Lehmann, Stefan Kessler. Die Grenzen gehen, die Grenzen kommen, pp. 120-125.
9 Abdel-Samad, Hamed. Integration. Droemer, Múnich 2018, pp. 210-213.
10 Theile, Charlotte. “Wie sich Rechtspopulisten die Schweiz als Vorbild nehmen”, Süddeutsche Zeitung, 11/07/2016.