de aceptación y ayuda, se declara a favor de aceptar un gran número de inmigrantes en el continente. Alemania ha sido el país dentro de la Unión Europea que más migrantes sirios ha recibido; por ejemplo, en 2014, 173,000 solicitudes de asilo, mientras que países como Grecia, Italia o España actualmente no tienen ni siquiera permitido acoger migrantes debido a sus propios problemas económicos y que dieron una mala calidad de vida a los migrantes acogidos en años anteriores.7
Angela Merkel anunció en 2013 que Alemania estaba dispuesta a aceptar 800 mil inmigrantes en el país, ya que, por un lado, esto sostendría su nivel económico porque se necesitaba mayor fuerza laboral de jóvenes, ya que la mayoría de la población en el país es adulta, y, por otro lado, serviría como ejemplo hacia los demás países europeos para el cumplimiento de los acuerdos y tratados de migración dentro de la Unión Europea.8 A pesar de esta política de apertura, los tratados y acuerdos migratorios se han visto afectados en los últimos años, debido a que no se tenía contemplado que el flujo migratorio sería tan grande.
Alemania, al igual que otros países europeos, comenzó a limitar la entrada de los inmigrantes de diferentes nacionalidades, y finalmente en 2016 se vio obligado a reducir la entrada de sirios, pues no podía regular ya la situación interna debido al flujo excesivo de migrantes que cruzaban las fronteras. Las amenazas y el terrorismo por parte de los grupos islámicos y grupos radicales de derecha en Europa eran cada vez más graves. Comenzaron también a romperse tratados y convenciones con el fin de no acoger a más inmigrantes de los deseados, pues varios países europeos se vieron afectados y, por lo mismo, se empezaron a tomar medidas para retenerlos fuera de Europa, como el pago a Turquía.
Una de las cuestiones centrales que condujo a los países europeos a limitar la entrada de migrantes al continente fue: “¿Quién cambia más, Europa al islam o el islam a Europa?”. El choque cultural vivido va generando una convivencia y una identidad nuevas, donde ambas culturas deben poner de su parte para lograr una integración exitosa. Por otro lado se cuestiona la seguridad. No ayuda el hecho de saber que la mayoría de los migrantes que ingresan al territorio son armoniosos, pues si se habla de aceptar a 1.5 millones de migrantes en el continente y se contempla que de estos un diez por ciento son fanáticos religiosos, criminales o antisemitas, se tendrían entonces 150,000 criminales dentro del continente.9
Desde el último trimestre de 2015, los países con mayor poder dentro de la Unión Europea (ue), como son Alemania y Francia, no han logrado asegurar el cumplimiento de los diversos acuerdos de la ue que tanto han promovido respecto a los refugiados. A partir de 2016 se vieron obligados a limitar su entrada, pues económicamente no podían seguir recibiendo tantos inmigrantes, y les fue difícil controlar su situación política interna. Hubo varios atentados terroristas por parte de grupos islámicos, y los niveles de inseguridad comenzaron a aumentar. En respuesta, se llevaron a cabo grandes manifestaciones en contra de la aceptación de los inmigrantes, promovidas por partidos políticos de derecha y organizaciones extremistas como pegida, exigiendo que no se aceptaran más inmigrantes en Europa y que se integraran los que ya se encontraban allí.10 La situación internacional se ponía en riesgo, ya que en Siria el conflicto se tornaba cada vez más grave y la aceptación en otros países también era menor.
La última reforma en materia de política exterior que llevó a cabo Alemania fue en 2014.11 Pero los diversos problemas y cuestiones migratorias que ocurrieron a partir de entonces, obligan al país a llevar a cabo nuevas medidas políticas para mantener el orden y la unión de los países europeos, y además para que otros tratados y acuerdos, como el de Schengen, no se vean afectados. Los crecientes conflictos en Oriente, y las constantes amenazas de Turquía hacia la Unión Europea de no querer tomar a todos los inmigrantes que llegan a su país, a pesar del acuerdo, ponen en peligro la capacidad de la ue para influir en la política exterior, que se está viendo afectada en gran medida por su debilitamiento.
Rompimiento de los Tratados: Dublín iv
La Convención de Dublín iii prevé que el proceso de asilo se ejecute por el país en el que el refugiado pisó por primera vez Europa. En 2015, cuando la crisis migratoria fue más grave, la canciller alemana Angela Merkel decidió suspender temporalmente este tratado con el fin de agilizar las peticiones de asilo de los migrantes que llegaban a las costas europeas, en su mayoría sirios. Según lo establecido en el tratado de Dublín iii, el país en el cual un migrante pisa tierra europea por primera vez, es el país en el cual debe permanecer; pero se llevaron a cabo “Migraciones secundarias”, gracias a las cuales en el año 2016 muchos migrantes pudieron llegar a países como Alemania, Austria y Suecia, a pesar de haber pisado primeramente tierra en Lituania o Portugal.12
Las regulaciones previas a realizar en el Tratado de Dublín iv planean ordenar este tipo de controversias. En este nuevo documento se plantea establecer que el primer país europeo en el cual un migrante pise tierra no sea el responsable de incorporarlo, sino que los países miembros del acuerdo Schengen deberán dividirse el número de migrantes acogidos por cada uno según sus capacidades. Para esto, según lo dice la diputada sueca de la ue, Cecilia Wikström, deben establecerse ciertas reglas y lineamientos a seguir en el nuevo tratado, tanto para los solicitantes de asilo como para los países de la ue. Además, deberán llevarse a cabo algunas excepciones, donde los solicitantes de asilo puedan elegir el país en el cual desean permanecer, ya sea por cuestiones familiares, porque algún familiar suyo está ahí, o porque dominan ya el idioma del mismo.13
Por otro lado, se siguen discutiendo algunas modificaciones que deberían llevarse a cabo con la entrada en vigor de Dublín iv, como la calidad de vida ofrecida por cada país miembro para los migrantes, ya que su capacidad y posibilidades son diferentes, además de regular otros vacíos observados por Dublín iii. No obstante, estas medidas no han sido contempladas en el nuevo documento. Finalmente, no hay una fecha específica en la cual entrará en vigor el mismo, ya que, primeramente, la comisión, el parlamento y el consejo, deberán ponerse de acuerdo para lograr un compromiso en conjunto.14 La última reforma en materia de política exterior que llevó a cabo Alemania fue en 2014.15 Pero los diversos problemas y cuestiones migratorias que ocurrieron a partir de entonces, obligan actualmente al país a llevar a cabo nuevas medidas políticas para lograr mantener el orden y la unión de los países europeos, y además para que otros tratados y acuerdos, como el de Schengen, no se vean también afectados. Los crecientes conflictos en Oriente y las constantes amenazas de Turquía hacia la Unión Europea de no querer tomar a todos los inmigrantes que llegan a su país, a pesar del acuerdo que tiene con la Unión Europea de esto, ponen en peligro la capacidad de la Unión Europea para influir en la política exterior, que se está viendo afectada en gran medida por su debilitamiento.
La situación migratoria en cada país es distinta. En Croacia, por ejemplo, los migrantes proceden en su mayoría de los Balcanes occidentales, pero el país rechaza este tipo de migración, ya que no cumplen con los estatutos establecidos por el acuerdo de migratorio de la ue. Sin embargo, los inmigrantes acogidos por el país, en su mayoría de origen romaní, critican las dificultades enfrentadas, principalmente en cuanto al acceso a atención médica, asistencia social, vivienda adecuada, o educación. Estonia mantiene una política minimalista en materia de refugiados. El gobierno había reubicado para 2016 únicamente a 66 solicitantes de asilo conforme al plan, según datos de la Comisión Europea.16
Por otro lado, la situación migratoria en Francia se complicó a partir de 2015 con los atentados terroristas llevados a cabo por el Ejército Islámico (isis), lo cual provocó movimientos y medidas racistas en contra de los migrantes musulmanes por parte del gobierno y de la población. Francia aceptó el número estipulado por la ue de inmigrantes para su integración; pero posteriormente el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la onu calificó como “precarias” sus instalaciones de acogida. Además, se han incrementado las muestras de racismo, antisemitismo e islamofobia en este país. Alemania, con la aceptación de 890,000 migrantes en 2015, fue uno de los países de la ue que más migrantes aceptó; pero, así como sucedió en Francia, el aumento de atentados terroristas generó un sentimiento xenófobo y racista por parte de la población alemana, que limitó su aceptación.17
Finalmente, la situación en Grecia,