crece siguiendo. Todos seguimos a algo, ya sea a una persona, a la familia, a la sociedad o la moda. Es inevitable, seamos conscientes o no, nos guste o no. Crecer mirando, imitando y obedeciendo es propio del dinamismo humano. Darse cuenta de ello y elegir conscientemente a los maestros y a los amigos es la gran virtud de la vida. Acabamos siendo lo que seguimos, es decir, lo que amamos y lo que estimamos, por lo que elegir a quién seguir es la clave de la vida.
Y aquí empieza el viaje de Dante en el más allá y nuestro camino con él para descubrir la verdad del más allá.
1 Dante Alighieri, Comedia (prólogo, comentarios y traducción de José María Micó), Acantilado, Barcelona, 2018, p. 53.
2 Papa Francisco, Retiro espiritual con ocasión del jubileo de los sacerdotes. Segunda meditación, Basílica de Santa María la Mayor, 2 de junio de 2016.
3 Cesare Pavese, El oficio de vivir, Seix Barral, Barcelona, 1992, p. 310.
4 «Cuando a la Iglesia ni se la considera ya, ni se oponen siquiera a ella, y los hombres han olvidado a todos los dioses excepto la Usura, la Lujuria y el Poder», Thomas Stearns Eliot, «Coros de la “Roca” VII», en Thomas Stearns Eliot, Poesías Reunidas 1909/1962, Alianza, Madrid, 1978, p. 181.
5 Franz Kafka, Confessioni e diari, Mondadori, Milán, 1972, p. 716; traducción nuestra.
6 Reinhold Niebuhr, Il destino e la storia, BUR, Milán, 1999, p. 66; traducción nuestra.
Nel mezzo del cammin di nostra vita mi ritrovai per una selva oscura, ché la diritta via era smarrita. | A la mitad del camino de nuestra vida1 me encontré en una selva oscura, porque había perdido la buena senda. |
Ahi quanto a dir qual era è cosa dura esta selva selvaggia e aspra e forte che nel pensier rinova la paura! | Y ¡qué penoso es decir cómo era aquella selva tupida, áspera y salvaje, cuyo recuerdo renueva el pavor! |
Tant’ è amara che poco è più morte; ma per trattar del ben ch’i’ vi trovai, dirò de l’altre cose ch’i’ v’ho scorte. | Pavor tan amargo, que dista poco de la muerte; mas, para tratar del bien que encontré en ella, contaré otras cosas de las que en ella vi. |
Io non so ben ridir com’ i’ v’intrai, tant’ era pien di sonno a quel punto che la verace via abbandonai. | No sabría explicar ahora cómo entré. De tal modo me dominaba el sueño cuando abandoné el buen camino. |
Ma poi ch’i’ fui al piè d’un colle giunto, là dove terminava quella valle che m’avea di paura il cor compunto,guardai in alto e vidi le sue spalle vestite già de’ raggi del pianeta che mena dritto altrui per ogne calle. | Pero a poco de llegar al pie de una colina donde terminaba aquel valle que así me había llenado de espanto el corazón, miré a lo alto y vi la cumbre, aureolada ya por los rayos del planeta2 que es guía fiel por todos los senderos. |
Allor fu la paura un poco queta, che nel lago del cor m’era durata la notte ch’i’ passai con tanta pieta. | Entonces se calmó un poco el miedo que había agitado el lago de mi corazón durante aquella noche tan penosa. |
E come quei che con lena affannata, uscito fuor del pelago a la riva, si volge a l’acqua perigliosa e guata,così l’animo mio, ch’ancor fuggiva, si volse a retro a rimirar lo passo che non lasciò già mai persona viva. | Y lo mismo que aquel que ha logrado salir, tras afanosa lucha, del piélago a la orilla, se vuelve a mirar el agua llena de peligros, así mi espíritu, fugitivo aún, se volvió hacia atrás y contempló el paraje del que nadie salió vivo nunca. |
Poi ch’èi posato un poco il corpo lasso, ripresi via per la piaggia diserta, sì che ’l piè fermo sempre era ’l più basso. | Cuando di algún reposo a mi cuerpo fatigado, continué mi camino por la desierta playa, donde el pie firme se hundía. |
Ed ecco, quasi al cominciar de l’erta, una lonza leggera e presta molto, che di pel macolato era coverta;e non mi si partia dinanzi al volto, anzi ’mpediva tanto il mio cammino, ch’i’ fui per ritornar più volte vòlto. | De pronto, casi al empezar la salida, una agilísima y veloz pantera,3 cubierta de pintada piel, se me puso delante, impidiéndome avanzar, de tal modo que muchas veces hui para volver otras tantas. |
Temp’ era dal principio del mattino, e ’l sol montava ’n sù con quelle stelle ch’eran con lui quando l’amor divinomosse di prima quelle cose belle; sì ch’a bene sperar m’era cagione di quella fiera a la gaetta pellel’ora del tempo e la dolce stagione; ma non sì che paura non mi desse la vista che m’apparve d’un leone. | Empezaba entonces a amanecer, y el sol se levantaba rodeado de las mismas estrellas que le acompañaron cuando el amor divino creó tan bellas cosas, como invitándome a esperar, ante aquella fiera de piel manchada, la llegada del día y la dulce sazón; mas no sin que me diese pavor también un león que se apareció a mi vista.4 |
Questi parea che contra me venisse con la test’ alta e con rabbiosa fame, sì che parea che l’aere ne tremesse. | Este parecía venir contra mí, alta la cabeza, rugiendo de hambre, tal que pensé que el aire se estremecía. |
Ed una lupa, che di tutte brame sembiava carca ne la sua magrezza, e molte genti fé già viver grame,questa mi porse tanto di gravezza con la paura ch’uscia di sua vista, ch’io perdei la speranza de l’altezza. | Y una loba5 que en su delgadez parecía llena de todos los apetitos y había causado ya la desgracia de mucha gente, me dio tanta pesadumbre con el espanto que su vista provocaba, que perdí la esperanza de alcanzar la cima. |
E qual è quei che volontieri acquista, e giugne ’l tempo che perder lo face, che ’n tutti suoi pensier piange e s’attrista;tal mi fece la bestia sanza pace, che, venendomi ’ncontro, a poco a poco mi ripigneva là dove ’l sol tace. | Y como aquel que se enriquece con alegría, al llegar la hora de perderlo todo, llora y se entristece con toda el alma, así me hizo sentirme aquella bestia implacable, que, viniendo contra mí, poco a poco me empujaba hacia donde el sol no luce.6 |
Mentre ch’i’ rovinava in basso loco, dinanzi a li occhi mi si fu offerto chi per lungo silenzio parea fioco. | Mientras me deslizaba hacia el fondo oscuro, se me ofreció a los ojos alguien7 que, por el largo silencio que guardaba, parecía sin voz. |
Quando vidi costui nel gran diserto, «Miserere di me», gridai a lui, «qual che tu sii, od ombra od omo certo!». | Cuando lo vi en el vasto desierto, le grité: «¡Ten piedad de mí, quienquiera que seas, hombre o sombra!». |
Rispuosemi: «Non omo, omo già fui, e li parenti miei furon lombardi, mantoani per patrïa ambedui. | Me respondió: «No soy hombre. Lo fui. Mis padres fueron lombardos, mantuanos los dos de nacimiento. |
Nacqui sub Iulio, ancor che fosse tardi, e vissi a Roma sotto ’l buono Augusto nel tempo de li dèi falsi e bugiardi. | Nací bajo Julio,8 aunque tarde, y viví en Roma bajo el buen Augusto, en el tiempo de los dioses falsos y engañosos. |
Poeta fui, e cantai di quel giusto figliuol d’Anchise che venne di Troia, poi che ’l superbo Ilïón fu combusto. | Fui poeta y canté a aquel justo, hijo de Anquises,9 que vino de Troya después de que ardió la soberbia Ilión. |
Ma tu perché ritorni a tanta noia? perché non sali il dilettoso monte ch’è principio e cagion di tutta gioia?». | Pero tú, ¿por qué vuelves a tanta pena? ¿Por qué no subes al deleitoso monte que es causa y principio de toda alegría?». |
«Or se’ tu quel Virgilio e quella fonte che spandi di parlar sì largo fiume?», rispuos’ io lui con vergognosa fronte. | «Entonces, ¿eres tú aquel Virgilio, aquella fuente de la que nace tan caudaloso río de elocuencia? —le respondí con rubor en la frente. |
«O de li altri poeti onore e lume, vagliami ’l lungo studio e ’l grande amore che m’ha fatto cercar lo tuo volume. | ¡Oh, tú, honra y luz de los poetas! ¡Válganme el largo estudio y el profundo amor que me hicieron disfrutar de tu obra! |
Tu se’ lo mio maestro e ’l mio autore, tu se’ solo colui da cu’ io tolsi lo bello stilo che m’ha fatto onore. | Tú eres mi maestro y mi autor; de ti solo aprendí el bello estilo que me ha dado gloria. |
Vedi la bestia per cu’ io mi volsi; aiutami da lei, famoso saggio, ch’ella mi fa tremar le vene e i polsi». | Mira la bestia que me ha obligado a huir. ¡Ayúdame contra ella, sabio glorioso, porque ella me hace palpitar las venas y el pulso!». |
«A te convien tenere altro vïaggio», rispuose, poi che lagrimar mi vide, «se vuo’ campar d’esto loco
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