originar aglomeraciones de jugadores atacantes que, como consecuencia, como defensa pueden marcar efectivamente y con eficacia a más de un atacante.
4. Desplazamientos rápidos y directos hacia el centro de esas situaciones momentáneas del juego, por lo que, si durante ese trayecto el jugador es marcado, debe utilizar pequeñas y rápidas fintas de simulación con el objetivo de evitar o arrastrar a más de un adversario hacia el centro del juego, aumentando de esta forma las dificultades para la solución táctica de la situación.
La gran presión ejercida sobre cierto número de jugadores atacantes debe originar acciones que busquen su liberación del marcaje de los compañeros. Estas acciones se desarrollan en un cuadro referencial cuyo núcleo está representado por el compañero que posee el balón y el adversario directo, y que tiene como principio la interposición de un jugador atacante entre los dos jugadores referidos. Este aspecto refleja el principio de la exigencia fundamental del fútbol de nuestros días, del que se traduce que en todo momento los jugadores deben estar disponibles en el sentido de ofrecer el máximo de posibilidades en la solución táctica al compañero que posee el balón, creando simultáneamente las condiciones más desfavorables para el marcaje de los atacantes y la visualización del balón y de su posible trayectoria. La maximización de la eficiencia de los esquemas tácticos ha de incluir los objetivos enunciados para las pantallas, que conllevan una coherente y coordinada acción de los jugadores involucrados en esos esquemas.
• La temporización
Se refiera a las acciones técnico-tácticas individuales y colectivas de naturaleza ofensiva que se desarrollan con el absoluto respeto de los principios (generales y específicos) del ataque y que buscan asegurar las condiciones más favorables para el cumplimiento de los objetivos tácticos momentáneos (temporales) del equipo.
El objetivo fundamental de la acción de temporizar consiste en ganar el tiempo suficiente para asegurar el cumplimiento de los objetivos tácticos momentáneos (temporales) del equipo, que pueden ser:
1. Que el jugador que posee el balón consiga por medio de sus comportamientos técnico-tácticos atraer hacia él la atención de uno o de varios adversarios con el objetivo de que éstos disminuyan la vigilancia o incluso el marcaje de sus compañeros, y así poder ser solicitados por el portador del balón en cualquier momento, y de los espacios de juego vitales, los cuales exigen el rápido desplazamiento hacia el centro de esas razones, hacia las cuales deben ser dirigidos los pases.
2. Que los compañeros se desplacen hacia esa posición en los espacios vitales del juego (ubicación en el ataque) y como consecuencia se saquen más ventajas para el cumplimiento de los objetivos del ataque, y, por otro lado, que los compañeros salgan de posiciones irregulares desde el punto de vista de las reglas del juego (fuera de juego).
3. Mantener la iniciativa de juego, sorprender al adversario y cansarle físicamente obligándole a entrar en una gran presión psicológica y en una crisis de pensamiento táctico.
4. Que debido a la gran dinámica del juego del fútbol, donde se observan continuamente movimientos que buscan establecer una ocupación racional del espacio de juego, haya momentos en los que proporcionar un tiempo más o menos grande para que se dé una reocupación clara del dispositivo táctico de base del equipo.
5. Proporcionar el restablecimiento físico de algunos jugadores, que por pequeños choques con los adversarios o por una elevada prestación de rendimiento en los momentos anteriores a la situación actual del juego no están en las mejores condiciones.
6. Mantener la posesión del balón para asegurar el resultado momentáneo del juego.
7. Romper el ritmo de juego del adversario imprimiendo otro más conveniente para su propio equipo o crear una falsa noción del tiempo que proporcione más ventajas en la iniciativa del ataque.
Los condicionantes favorables para la realización de las pantallas se pueden analizar desde los siguientes aspectos:
1. Generales. La temporización se desarrolla fundamentalmente durante la fase de elaboración del proceso ofensivo, por lo que el jugador que posee el balón la desarrolla con el análisis de los objetivos tácticos momentáneos (temporales) del equipo y de la variación de las situaciones momentáneas del juego, que determinan la selección de los comportamientos técnico-tácticos, optando por la disminución o por el aumento del ritmo del proceso ofensivo de su equipo.
2. Específicos. La temporización es la resultante de la búsqueda constante de conciliar una intención táctica individual (jugador que posee el balón) y otra colectiva (compañeros):
A. En lo que respecta al jugador que posee el balón, se le exige:
1. Una clara comprensión de los objetivos tácticos del equipo percibiendo las condiciones del sistema de juego del equipo, observando si hay compañeros que no estén en condiciones físicas (necesitan asistencia médica), viendo si existe una ocupación racional del sistema de juego aceptable y que no hay grandes desequilibrios en los diferentes sectores y carriles de juego, y valorando los pros y los contra de asumir un aumento o una disminución del ritmo atacante de su equipo en función del resultado del marcador del partido.
2. Una clara visión de la situación momentánea del juego utilizando acciones técnico-tácticas que alteren o modifiquen los ángulos en relación con sus compañeros con las siguientes intenciones: movilizar la atención y consecuentemente la desconcentración de uno o de más adversarios, que marcaban en esa circunstancia a sus compañeros; volver el juego imprevisible desde el punto de vista defensivo, pudiendo en todo momento ejecutar acciones técnico-tácticas en la dirección de uno o de otro carril o sector del juego, y asegurar la protección del balón esperando el momento más favorables para la solución táctica, escogiendo, decidiendo y ejecutando la acción técnico-táctica más adecuada (y no la más fácil).
B. En cuanto a los jugadores que se desplacen, se les exige:
1. Una clara comprensión de los objetivos tácticos momentáneos de su equipo y del compañero que posee el balón para que exista una intención colectiva, correlacionada con un gran sentido del juego colectivo. Se fijan los conceptos de la disciplina y de la responsabilidad táctica, que son los que le dan sentido a la ocupación racional constante del espacio de juego y de la dosificación del esfuerzo físico.
2. Una concentración en las situaciones momentáneas del juego, teniendo un espíritu de sacrificio y de colaboración constantes para la creación de las condiciones más favorables en la concreción de los objetivos tácticos del equipo.
Los principios de la orientación en la ejecución de los desplazamientos ofensivos deben asumir dos ámbitos fundamentales:
1. Generales. La variabilidad de las situaciones momentáneas del juego y de los objetivos tácticos del equipo determina una interferencia dinámica y continua de los aspectos condicionantes e inherentes al centro