Stephan Meyer

Estiramientos y movilidad


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de las alteraciones químicas, la sustancia neurotransmisora, la acetilcolina, provoca durante un corto espacio de tiempo un desplazamiento de la diferencia de tensiones eléctricas en la membrana del miocito. Cuando se supera un determinado nivel umbral, se genera un potencial de acción muscular que desencadena el desarrollo de tensión mecánica en el miocito.

      ► Figura 2.3. Unidad motora. a) En la motoneurona se encuentran muchas sinapsis de las fuentes de información aferentes, lo cual refleja el inmenso trabajo de integración de las motoneuronas. b) Sección de la médula espinal con una motoneurona en el asta anterior y su axón hacia las fibras musculares inervadas. La motoneurona tiene muchas entradas de información desde la zona central (1) y desde la periferia (2).

      En fisioterapia, al igual que en el deporte, se emplea con frecuencia el término de tono. Sin embargo, este no debe utilizarse como término científico, porque no puede medirse. El tono muscular está compuesto por dos componentes:

      • Tensión viscoelástica del tejido, no medible.

      • Actividad contráctil (eléctrica), medible.

      Las diferentes investigaciones mediante electromiografía (EMG) han mostrado que un músculo sano en fase de reposo no presenta ninguna actividad eléctrica (su tono se debe a la tensión de reposo del tejido). Cuando el trabajo muscular se desarrolla en contra de la fuerza de gravedad o en las contracciones activas, la actividad muscular aumenta notablemente y es mayor o menor en función de las necesidades.

      Fundamentalmente, la musculatura y su tensión dependen de procesos nerviosos, es decir, reaccionan ante las influencias que captan y procesan a través de su sistema sensor. Por ejemplo, en caso de que haya problemas articulares, la musculatura circundante reacciona con una mayor tensión para proteger la articulación. Es muy probable que, en este contexto, el dolor desempeñe un papel fundamental. El sistema nervioso autónomo o vegetativo también desempeña una función importante en la regulación de la tensión. En el deporte, la actividad muscular aumenta en caso de estrés, nerviosismo o ansiedad. Estos incrementos de actividad no deben confundirse con los acortamientos de la musculatura.

      En unos estudios realizados a partir de exámenes electromiográficos (Wiemann y Freiwald, 1998; Wiemann y Klee, 2000), se constató que la musculatura solo se activa levemente durante la distensión (en función de la posición de distensión). Según Freiwald, solo supone entre el 2% y el 5% de la activación máxima posible. Esta tensión de distensión resulta de los dos componentes antes mencionados, las propiedades viscoelásticas del músculo y el tejido conectivo, así como de su actividad eléctrica. Hay que tener en cuenta que la tensión de distensión es diferente en cada individuo y depende de los factores descritos en el capítulo 1.

      A menudo, se intenta explicar el efecto de las técnicas de distensión neuromuscular con fundamentos neurofisiológicos, lo que, según Freiwald, no es sostenible. Pone como ejemplo el método de distensión de tensión-relajación (técnica de DTR), en el que se supone que el músculo se distiende después de una tensión isométrica previa y así muestra una menor actividad. En realidad, la tensión va seguida de una inhibición breve de la musculatura que, sin embargo, solo se mantiene unos milisegundos. A continuación, aumenta la excitabilidad y, en consecuencia, la actividad eléctrica del músculo, por lo que se incrementa la tensión de distensión.

      El tono muscular es un estado controlado y determinado por numerosos procesos diferentes y muy complejos. Es muy probable que no se pueda influir en él mediante distensiones.

      Para evitar confusiones, se da preferencia a los términos tensión muscular y tensión de distensión, en lugar de utilizar el término tono muscular.

      La porción de tejido conectivo de un músculo es del 10% al 15%. Cada uno de los miocitos está envuelto por el endomisio, una vaina elástica de tejido conectivo. Por otro lado, cada fascículo de hasta 50 fibras musculares está rodeado por el perimisio, una vaina elástica más fuerte de tejido conectivo. Todo el músculo consiste en un gran número de estos fascículos que, a su vez, se mantienen unidos gracias al epimisio, una capa de tejido conectivo tensa y muy resistente a la tracción. El epimisio queda finalmente rodeado por la fascia muscular, la cual separa entre sí los diferentes músculos o grupos musculares, les da forma y transmite la energía cinética.

      El tejido conectivo no puede contraerse (no es contráctil), pero transmite elásticamente la fuerza muscular hacia el exterior y determina la resistencia al desgarro y la presión interna del músculo. Las propiedades elásticas del tejido conectivo desempeñan un papel importante en la función global del músculo y en la interacción de las cadenas musculares.

      El término acortamiento muscular, o simplemente acortamiento, se utiliza a menudo en relación con la distensión, pero no es correcto y puede resultar problemático porque:

      • No existen valores reconocidos unánimemente.

      • No hay ninguna exigencia de movilidad uniforme.

      • Hay diferentes métodos de medición que dan lugar a resultados diferentes.

      • La medición de la movilidad es complicada.

      Cuando la musculatura realmente no puede alcanzar cierta longitud exigida, es decir, «es demasiado corta», ¿cuál es el factor limitante u obstaculizante?

       Acortamiento estructural

      Los verdaderos acortamientos estructurales, en el sentido de un acortamiento de los sarcómeros, solo se producen tras muchas semanas de inmovilización en una posición acortada. Es decir, los acortamientos musculares estructurales solo se forman bajo circunstancias muy especiales (Freiwald y Engelhard, 1993, 1994, 1995a, 1995b; Goldspink, 1974, 1992). Una vez finalizado el período de inmovilización, este acortamiento es rápidamente reversible sin medidas especiales de distensión. La adaptación de los sarcómeros a las mayores exigencias de movilidad también es sencilla y se produce con rapidez.

      Independientemente de la longitud de un músculo (número de sarcómeros), estos no son los que determinan el final del movimiento o el grado articular máximo. Por lo tanto, las limitaciones que se observan en el deporte o en la fisioterapia pueden denominarse acortamientos funcionales, los cuales siguen reglas completamente diferentes.

       Acortamiento funcional

      El límite de la movilidad se manifiesta por la sensación de tensión de la musculatura. Es decir, informa del límite fisiológico de la movilidad (► figura 2.4). En ese momento, reaccionan los mecanorreceptores (y los algiorreceptores) en los tendones y los músculos avisando que se ha llegado al límite momentáneo del movimiento articular. Este límite puede considerarse como la norma nerviosa individual que está archivada en el sistema nervioso central (patrón nervioso). Mediante distensiones repetidas, aumenta la tolerancia neural subjetiva frente a los estímulos de distensión, lo que significa que el límite fisiológico de movilidad puede ampliarse (Freiwald y Engelhard, 1993, 1994, 1995a, 1995b; Wiemann, 1991, 1993a, 1993b).

      Los potenciales de los mecanorreceptores y los algiorreceptores tienen una influencia decisiva en la elaboración de los estímulos de distensión a nivel espinal y central. De hecho, si no se van aprovechando constantemente determinadas zonas de movimiento, desciende su tolerancia frente a los estímulos de distensión y se produce una reducción de la movilidad, en el sentido de una restricción de los límites fisiológicos de movilidad. En consecuencia, el objetivo principal de la distensión es estimular los mecanorreceptores que indican