Ashi. Tsugi Ashi. Ayumi Ashi. O Tsugi Ashi. Irimi-Tsugi Ashi (Iraki Ashi). Zig Zag. Roppo. Sikko.
CAPÍTULO X. Tai Sabaki
Formas del Tai Sabaki. Ejercicios de aplicación. Tai Sabaki contra ataques sucesivos. Te Sabaki.
CAPÍTULO XI. Ma-Ai. La distancia
Ejercicios de aplicación de Ma-Ai.
CAPÍTULO XII. Yin y Yang
Ejercicios prácticos Yin-Yang.
CAPÍTULO XIII. Kiawase
CAPÍTULO XIV. El Ki. Kokyu
Ejercicio de visualización. La respiración. Kokyu Dosa (Kokyu Ho). Test de Ki. Neutralización del Ki de Uke.
CAPÍTULO XV. Hara
Unificación cuerpo-mente.
CAPÍTULO XVI. Hyoho. La estrategia
Requisitos fundamentales. Cómo crear el desequilibrio de Uke antes del contacto. El tono muscular de los brazos en Aikido. La estrategia. La técnica apropiada para cada situación. Crear la oportunidad. Práctica. Estrategia en Randori (Combate). Kogeki Ho (Formas de ataque). Tokui-Waza (Perfeccionamiento del estilo). Estudio de la estrategia (Clase práctica). Entrenamiento psicológico.
CAPÍTULO XVII. Renraku Waza. El arte de combinar las técnicas
Renzoku Waza (Encadenamiento de técnicas). Renzoku Waza (Ejemplo de encadenamiento).
CAPÍTULO XVIII. Kaeshi Waza. Arte de contraatacar
PRÓLOGO
Los pequeños y sucesivos descubrimientos de muchas generaciones que han permitido avanzar al Hombre, las observaciones milenarias, gracias a las cuales conocemos mejor cuanto nos rodea, las experiencias de todo género acumuladas durante siglos, que se han revelado como buenas para mejorar nuestra existencia, han llegado hasta nosotros gracias a que los autores o descubridores de las mismas quisieron divulgarlas y transmitirlas oralmente o por medio de la escritura.
Bien es cierto que el libro no puede sustituir al maestro, pero es indudable que constituye un medio excelente para orientar y facilitar el rumbo a “todo aquél que busca...”.
He intentado recoger en estas páginas aquellos conocimientos que son considerados como los fundamentos básicos de la formación de todo aikidoka, así como unos capítulos dedicados a técnicas avanzadas –combinaciones y contrapresas– que, entre otras cosas, forman parte del núcleo de avance y progreso necesario a los cintos negros y profesores, por lo que creo que serán útiles a muchos practicantes.
El arte del Aikido es amplio y complejo: pretender delimitarlo es tarea vana, por lo que se hace conveniente abordarlo de manera gradual y metódica, como el que sube una escalera peldaño a peldaño. No se puede llegar al sexto escalón de un salto: es más prudente, fácil y seguro pasar antes por los que le preceden.
He escrito este libro con el deseo y la esperanza de que pueda ser útil a «aquéllos que buscan o que carecen de la guía personal de un Maestro...». Si este propósito cobra realidad en alguna persona, mi esfuerzo habrá servido para algo, porque como dice un adagio Zen: «Cuando el discípulo está presto, aparece el maestro».
Quiero expresar mi profundo agradecimiento a la excelente colaboración de mis buenos alumnos y amigos: Manolo López, Arturo Navarro, Mariano Frigola y Miguel Fuentes.
También quiero agradecer a mis hijos, Pablo y Natalia, con el deseo de que no abandonen la práctica y el estudio a pesar del cansancio o de las dificultades, como única forma de progresar en el AIKIDO y en la vida.
José Santos Nalda
Etimológicamente la palabra AIKIDO está compuesta por tres vocablos: AI-KI-DO, cuyo significado es el siguiente:
AI = | Noción de encuentro, de distancia a unir entre dos entes, de armonía, unión, amor... Al principio entre ambos oponentes hay una oposición que es preciso eliminar. |
KI = | Es un concepto de difícil traducción. Es la energía vital que tiende hacia la armonía de los opuestos. La presencia de espíritu. La actitud. |
DO = | Camino, accesis, modo de hacer o de enseñar, manera, Vía, norma de conducta. |
Por lo tanto, el sentido de la palabra AIKIDO es la Vía para la coordinación y armonía de la energía física y mental.
El combate humano, el enfrentamiento físico de dos personas, es tan antiguo como el mundo.
Durante la Edad Media, en China y en Japón, los jefes de clanes (Daymios), que tenían soldados a su servicio, los ejercitaban continuamente para la lucha originando la casta de los SAMURÁIS, hombres diestros en el manejo del sable, la lanza, el arco, el bastón y el combate cuerpo a cuerpo a manos desnudas, con un código moral de honor rigurosísimo cuya aceptación comprendía un absoluto desapego a su propia vida, puesta incondicionalmente al servicio de su señor.
Por otra parte, la clase humilde, el pueblo, los desarrapados sometidos a continuos abusos y humillante opresión por sus gobernantes, tenían prohibido el uso de cualquier arma tradicional; así que para defenderse –lo que también les estaba vedado– se vieron en la necesidad de utilizar sus herramientas de trabajo o instrumentos agrícolas, ejercitarse en el manejo de los mismos y contribuir de esta forma involuntaria al desarrollo de otras artes marciales menores de las que todavía hoy existen hábiles practicantes.
Tanto la clase guerrera (samuráis) como las familias más humildes de cualquier aldea perdida, guardaban y transmitían en secreto estos sistemas de lucha de generación en generación, de padres a hijos. De esta manera nacieron las diferentes escuelas (Ryu) y artes guerreras, tales como:
EL TAKENOUCHI RYU = Antiguo Ju-Jutsu
EL TENJIN SHINYO RYU = Ju-Jutsu especial (después Judo)
EL YAGYU RYU = Sable con golpes de Ju-Jutsu (Kendo)
EL HOZO IN RYU = Arte de la lanza (Nagi-Nata)
EL KYU SHIN RYU = Tai-Jutsu
EL KITO RYU = Arte de las proyecciones (Judo actual)
EL AIKI JUTSU = Actual Aikido
EL KEN JUTSU RYU = Arte de manejar el sable
El Aiki-Jutsu data de la época KAMAKURA (1286-1333) y se cree que fue creado por Minamoto Yoshimitsu. Se transmitió en secreto de generación en generación hasta que en 1883 (era o época de MEJI) nace en Tanabe (Japón) Morihei Ueshiba, legítimo heredero de estos secretos después de siete generaciones, y más tarde fundador del actual Aikido.
Desde su niñez fue instruido en el Ju-Jutsu, el Ken-Jutsu y otras artes como la lanza, el arco, etc. Ya adulto, y subyugado por la idea de aprender todo lo existente sobre cualquier arte marcial, recorrió todo el país con un sable de madera como único equipaje en busca de nuevas escuelas o maestros y permanecía a su lado hasta haber aprendido todo cuanto podían enseñarle; después seguía su camino siempre en busca de un nuevo estilo, un nuevo maestro, un nuevo método.
Figura 1
El maestro Ueshiba (1883-1969) practicó bajo la dirección de expertos maestros y escuelas, como por ejemplo:
KITO RYU con Tozawa Tokusaburo
YAGYU RYU (Ju Jutsu) con Nakai Mazakatsu
DAITO RYU JU JUTSU con el maestro Handa y Sokaku Takeda
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