y el tronco (Figura 19).
Figura 19
3a | Saludo al oponente.Ambos se inclinan al mismo tiempo, de forma menos acentuada. Mirar a los ojos del oponente.El saludo es más breve y rápido. |
EL SALUDO Y LAS ARMAS
La etiqueta o ceremonial es también estricta y minuciosa en cuanto a las armas se refiere (catana, bokken, jo, tambo, etc.), pues son consideradas como arte de uno mismo.
Las normas enseñan lo que debe hacerse y lo que es preciso evitar desde el instante en que las empuñamos; así, por ejemplo, al dejar las armas en el Dojo se buscará un lugar discreto, para evitar que nadie pueda pasar sobre ellas.
No se dejarán nunca con la punta o el filo dirigidos hacia el Kamiza, ni tampoco se apoyarán de pie contra la pared, sino cuidadosamente alineadas en el suelo.
Lo mismo para dejar el sable en el suelo que para recogerlo se evitará doblar el cuerpo por la cintura; se flexionarán las piernas conservando el tronco derecho.
FORMA DE SALUDAR CON LAS ARMAS
Forma de llevar el sable o el bokken y de saludar al entrar o salir del tatami (Dojo) (Figura 20).
Forma de saludar al sable, bokken o jo, al cogerlo y dejarlo en el armero (Figura 21).
Forma de saludar a la Presidencia, al profesor o al compañero, antes y después del entrenamiento (Figura 22).
Figura 20
Figura 21
Figura 22
Figura 23
Figura 24
EL SALUDO TRADICIONAL ANTES DE COMENZAR Y AL TERMINAR LA CLASE
Entre los alumnos la antigüedad es un grado, pero también un honor y una obligación. EL SEMPAI es el alumno veterano que tiene el honor de ayudar o asistir al SENSEI y de enseñar a comportarse al KOHAI o alumno novato, el cual por su parte contrae una deuda de agradecimiento, servicio y respeto hacia aquél.
En algunos dojos tradicionales (Karate, Aikido, Kendo, etc.), antes de comenzar la clase y al término de la misma, se observa un ceremonial muy estricto, dirigido por el alumno de más alto grado (SEMPAI), situado a la izquierda del profesor y encabezando la fila de alumnos alineados en seiza, de mayor a menor grado, que en voz alta indica las acciones a realizar.
Normalmente las indicaciones siguen este orden:
¡SEIZA! – Adoptar la postura de rodillas tanto el profesor como los alumnos.
¡MOKUSO! – Un período de tiempo de unos dos minutos de meditación, con objeto de recuperar la calma interior, olvidarse de todos los problemas, concentrarse en el hara, la respiración correcta, etc.
¡SHOMEN NI REI! – Saludo al fundador de la disciplina.
¡SENSEI NI REI! – Saludo entre profesor y alumnos.
¡OTAGAI NI REI! – Saludo entre alumnos.
¡KIRITSU! – Adoptar la posición de pie para empezar.
Algunos maestros de Aikido (japoneses) empiezan y terminan la clase según el rito shinto consistente en dar cuatro palmadas con las manos en posición seiza frente al Kamiza.
Figura 25
EL DOJO
Do = Camino, manera, Vía. JO = Lugar, sala, centro. Etimológicamente Dojo significa: “Lugar donde se practica la Vía” (Camino de perfección).
Antiguamente los monjes budistas daban este nombre al lugar o sala del monasterio donde los discípulos se reunían con el maestro para la meditación, los rezos, las ceremonias, etc., y era considerado un recinto sagrado digno del mayor respeto.
Dada la influencia del zen y de la filosofía budista en las Artes Marciales, éstas adoptaron el nombre de Dojo –alrededor del siglo XV– para designar la sala de prácticas donde se estudia un arte marcial. A ella acudían los samurais no sólo para mejorar su técnica sino para forjar un carácter, meditar y alcanzar un mayor conocimiento de sí mismos. En aquella época muchos dojos se instalaban en templos budistas: incluso el Maestro Kano empezó a enseñar Judo en un dojo de un templo budista de Tokio.
En nuestros días el Dojo ha de seguir siendo el lugar donde acudimos para educar y mejorar nuestro carácter y personalidad, forjar el espíritu, así como las condiciones físicas del cuerpo, aprendiendo un Arte Marcial. Es el lugar al que se acude dos o tres veces por semana para enfrentarnos con nosotros mismos (miedos, inhibiciones, bloqueos sicosomáticos, etc.), y probar nuestro grado de progreso.
El Dojo en el Japón, lo mismo que en nuestros gimnasios, normalmente es una sala rectangular cuyo suelo está recubierto de tatamis, y cada uno de los lados o muros que la limitan tiene un nombre, un cometido y un grado de honor o importancia. La decoración de esta sala debe ser sobria, sencilla, digna y agradable, en la que ante todo debe resaltar la limpieza y el orden.
El lado principal es el Kamiza (lugar reservado a los Kami) donde se encuentra el estrado –en los monasterios, el altar shinto o Butsuden– con objetos simbólicos, como por ejemplo: ofrendas, adornos, fotos, un Gaku o caligrafía con un kanji que expresa un ideal, etc. Éste es lugar reservado a los maestros, visitantes de honor, o al profesor, y desde donde normalmente se presencia el desarrollo de los Katas, exámenes, exhibiciones, etc. Los budokas deben procurar en el transcurso de estas manifestaciones no dar nunca la espalda al Kamiza.
Frente al Kamiza –en el lado opuesto– se halla el Shimoza o lado de categoría inferior, reservado a los discípulos o alumnos desde donde éstos saludan al profesor.
A la izquierda del Kamiza se encuentra el Shimoseki o lado de los alumnos de menor categoría, y a la derecha el Joseki o lado de los alumnos de mayor grado, quedando así establecido que los alumnus para saludar antes y después de la clase se colocarán por orden de grados de mayor a menor desde el Joseki hasta el Shimoseki.
En el caso de que el Kamiza fuera objeto de alguna ceremonia especial, el profesor se situará en el lado denominado Joseki y los alumnos frente a él en el Shimoseki.
Figura 26
Durante los katas de judo, Tori entra en el Dojo (o tatami) por el lado Shimoseki y Uke por el lado Joseki, ambos saludarán hacia el Kamiza y conservarán siempre esta posición inicial (Tori dando su lado izquierdo al Kamiza).
El Dojo es un lugar consagrado al propio perfeccionamiento físico y moral, por lo que el comportamiento del profesor y de los alumnos debe ser digno, respetuoso y correcto consigo mismo y con los demás. Los objetos y las armas deben cumplir todas las reglas de etiqueta,