posicionamiento más adecuado para la turbina.
Veleta de viento: mide la dirección del viento, es responsable por transmitir al sistema de control la posición puntual del viento, permitiendo a la turbina eólica mantenerse orientada al mismo de manera que pueda optimizar su energía cinética y que aumente la potencia producida.
Infancia
Todavía recuerdo muchas cosas de mi infancia en Rio Grande do Sul. Me acuerdo de mi madre trabajando para sustentarnos y las horas que yo pasaba sin ella. Creo que no solo para mí era difícil, también lo fue para mis hermanos, pero sé que todo eso era para una buena causa.
Mi hermano Thiago, siete años mayor, se hacía cargo de mí. A él le gustaba hacer autos de caja de madera, era muy emocionante verlo fabricándolos: tenían dos ruedas, dos pedazos de madera que le servían de barandales para empujar. Jugaba con mis vecinos, a ellos también les parecían entretenidos, pues éramos muy pobres y esa era una forma de divertirse en aquella época.
No pensábamos en la existencia de celulares, Tablet, notebook, etc.
Entre otros juegos saludables, adoraba jugar a “Tampi cross” así lo llamábamos en Sur era una tapita de gaseosa. Construíamos un camino de obstáculos, eso era hecho con nuestra propia imaginación, entre estos juegos teníamos muchos otros: la hora de volar cometas, bañarse en un lago…eso no tenía precio, en ese momento éramos niños de verdad, usábamos nuestra imaginación para jugar y divertirnos. Yo contaba apenas con 6 años en esa época y puedo acordarme de situaciones que marcaron mi vida.
Recuerdo un día a mi madre diciendo que había hecho mucho sacrificio para que no faltase pan en nuestra mesa. Tramandaí estaba recién pasando por un desarrollo, colocaban los famosos adoquines. Entonces, en un invierno lluvioso ella tuvo que elegir entre ir en ómnibus al trabajo o caminar y tener que enfrentar aquella fuerte lluvia. Entonces, como buena madre que es, eligió ir caminando varios kilómetros debajo de la intensa lluvia, terminó cayendo dentro de un charco de agua, se mojó toda. La recuerdo contar que sus compañeros de trabajo le consiguieron ropa para usar en el trabajo. En esa época ella trabajaba como empleada doméstica en un hotel en el centro de la ciudad. Yo nunca olvidaré esos esfuerzos, otros dirían que ella no hizo más que su obligación, pero para mí ella mostró lo que realmente es ser humano y luchó día a día para darnos lo mejor y lo logro.
Bueno, mi inmadurez me hizo, en el transcurso de la vida, cometer muchos errores, pero también hoy le agradezco por todo porque sin equivocaciones no aprendería a tener valores como tengo hoy en día. Lo más importante en mi vida es mi familia, tengo la certeza de que sin ella no sería nada.
La quemadura
En una mañana de verano de 1990, yo por testarudez, quién sabe, intenté hacer mi propio biberón. No recuerdo en detalle cómo ocurrió todo, pero recuerdo la cafetera, la hervidora de agua y el agua hervida cayendo sobre mi cuerpo, ¡vaya si sentí tanto dolor, todo quemado que lloré desde la mañana hasta la tarde! Mi hermano Thiago me llevó a la casa de unos amigos para jugar, todavía recuerdo a las personas preguntándome qué tenía y yo no sabía qué explicarles. Solo tenía mi cara muy triste y con miedo. Pasé toda aquella tarde verano quemado, sentado y mi hermano Thiago divirtiéndose. Siempre pensé que él me odiaba por haberme tenido tantas horas todo lastimado. Pasé muchos años de mi vida pensando eso. Me tomó tiempo entender que él era solo un niño cuidando a otro niño.
Ya era el final de la tarde cuando mi hermano mayor Carlos nos encontró yendo a la casa, él estaba enojado, pues ese día nuevamente nos volveríamos a mudar de casa. Casi olvido mencionar que alquilábamos. Cuando llegamos a la nueva casa al ver a mi madre, como todo niño, comencé a llorar y ella al verme, así como me encontraba salió corriendo para llevarme al hospital. Hoy llamé a mi hermano Carlos, me contó algo que yo no recordaba. Él casi peleó con el chofer del autobús porque no quería dejarme entrar por adelante porque mis condiciones no lo permitían que yo pasé por la roleta.
Al llegar al hospital la situación era mucho más fea. El médico que me atendió dijo no puedo anestesiarlo, pues ya pasó mucho tiempo así y puede ser que no esté sintiendo más dolor. Cuando él cortó mi camisa color azul celeste mis lágrimas cayeron. Yo no sentía dolor ni miedo, cuando pude ver mi cuerpo estaba todo deformado del lado derecho de mi tórax. En fin, tengo esas cicatrices hasta el día de hoy. Pero eso fue solo el comienzo de todo porque después comencé a entrar en el proceso de recuperación. Recuerdo que mi madre hacía los vendajes antes de ir a trabajar.
Lo peor fue el trauma que yo tenía, nunca me sacaba la camiseta, ya no jugaba con otros niños, me sentía horrible a causa de la quemadura.
También tuve lindos momentos en Tramandaí. Fue donde conocí a la primera noviecita de la infancia, ella era muy especial para mí. Aprendí muchas cosas con ella, que el cariño y el amor superan a cualquier cosa. En esa época de mi primera novia mi familia estaba dividida.
Mi hermano Carlos viajaba mucho por su trabajo y pasaba más tiempo con Thiago.
Mi hermano estaba descubriendo la vida e incluso las drogas. Veía cambiar mucho su estado de ánimo y no sabía lo que estaba sucediendo. Terminaba teniendo muchos conflictos amargos yo salía siempre perdiendo el me golpeaba mucho. Recuerdo ir para la escuela a veces con un ojo morado, era la broma de todos. Tenía mucho odio de esa época, cada vez que la recuerdo todavía hoy me invade una tristeza. Ya sabes, en la vida tenemos muchas revanchas, yo tuve la mía, pero también tuve muchas alegrías y la nombro.
Carol
Hizo mucha diferencia en mi vida, nunca me sentí solo cuando estaba con ella, pero yo era joven. Carol era muy especial, aquellos ojos verdes y ese cabello rizado yo los adoraba. Fue la mejor cosa que pasó en aquella época. En el año 1994 recuerdo que fuimos juntos a la playa. Todavía no había mencionado nada sobre el amor y la pasión. Pienso que el amor existe una solo, pero me considero un hombre apasionado por la belleza y la esencia de las mujeres. Me encanta estar en buena compañía, pero eso hoy en día es difícil. Tener a alguien que valga la pena, que esté de tu lado y quién te valoriza ya es otro tema en cuestión.
Los padres de Carol no me aceptaban muy bien, pues yo era pobre, hijo de una empleada doméstica y entre todo eso no era un buen ejemplo para su hija. Yo me pensaba muy inferior a ella, una chica clase media, popular en la escuela y yo solo era uno más. Yo no sabía que nuestros caminos se cruzarían y mi vida sería cambiada por completo. A pesar de estar con chicos del mismo nivel social que yo, siempre tuve esa inseguridad por no saber si alguien me aceptaría como yo era, pero cuando podía observar siempre notaba que su mirada no era de felicidad, faltaba un brillo o era mi impresión. Y por un amigo en común la conocí, pero nunca tuve el valor de intentar hablar, al menos, con ella. Recuerdo que una tarde de lunes ella fue a educación física así que la encontré en un pasillo, y la saludé y ella dijo con una sonrisa ¡cómo estás! Nunca voy a olvidarme esa sonrisa. Mi corazón se aceleró más que cuando tenía que ir corriendo detrás de la pelota. Me preguntó a dónde yo iba, le respondí que a ver a Carla jugar vóley. Carla y yo éramos prácticamente como hermanos, aunque todos pensaban que éramos novios pero Carla estaba enamorada del idiota de mi hermano Thiago. Entonces ella dice vamos, mis padres vienen después, tengo tiempo de ver a Carlita. Recuerdo estar sentado a su lado y no podía sacar mis ojos de ella. Recuerdo su perfume hasta hoy. Fue entonces cuando ella dijo vas a estar ahí solo mirándome, no me vas a decir nada. Me congelé, no me salía nada y entonces ella me dijo sé que gustas de mí y no tienes valor de decírmelo porque mis amigos son de clase media-alta y sé también que tu mamá trabaja en el centro de la ciudad en un hotel. Eso a mí no me afecta. Tengo suerte, mi papá es abogado y mi mamá es profesora. Eso me enseñó que cuando las personas se gustan… deben estar juntas. En ese momento, ella tomó mi mano y sentí que iba a sufrir un infarto.
Me recuerdo en la clase de química y escuchar a las personas gritando. Carla entró corriendo a mi salón de clase y me dice ven. Salimos corriendo de la mano con Carla y ella me decía por favor, no pasa nada. Al llegar al patio vi el cuerpo de Carol en el piso, rodeada de estudiantes de la escuela. Embestida