Брэд Уокер

La anatomía de las lesiones deportivas (Color)


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rotuliano. El ligamento rotuliano (ligamentum patellae) se prolonga desde la rótula hasta la tuberosidad tibial. Si uno piensa en la rótula como en un hueso por derecho propio, entonces debería naturalmente llamarlo ligamento rotuliano, ya que conecta dos huesos (la rótula a la tibia). Sin embargo, si considera la rótula un hueso sesamoideo que vive dentro del tendón del cuádriceps, entonces también parece correcto llamarlo tendón rotuliano (porque conecta un músculo a un hueso). Otra sugerencia sería que, a medida que el tendón envejece, se vuelve más ligamentario. Así que para más claridad me he referido a él como ligamento (tendón) rotuliano en todo el libro.

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      Explicación de la lesión deportiva

       ¿Qué constituye una lesión deportiva?

       ¿Qué está afectado en una lesión deportiva?

       ¿Cómo saber si una lesión deportiva es aguda o crónica?

       ¿Cómo se clasifican las lesiones deportivas?

       ¿Cómo se clasifican los esguinces/distensiones?

      Nadie duda de los beneficios de practicar deporte de forma regular y estructurada: mejor función cardiovascular, incremento de la fuerza muscular y aumento de la flexibilidad, todo ello contribuye a una mayor calidad de vida. Sin embargo, uno de los poquísimos inconvenientes del ejercicio es una mayor propensión a las lesiones deportivas.

      A medida que aumentan los índices de participación en el deporte y el ejercicio, lo cual es algo bueno, los índices de lesión también van en aumento. De hecho, la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de Estados Unidos estima que “entre 1991 y 1998 las lesiones en la práctica del golf y la natación aumentaron un 110%; las lesiones en patinaje sobre hielo y levantamiento de peso, 75%; las lesiones en fútbol, 55%; en ciclismo, 45%; en voleibol, 44%, y en fútbol americano, 43%.”

      Mientras que una lesión física en general puede ser definida como cualquier tensión en el cuerpo que impide que el organismo funcione adecuadamente y da como resultado que el cuerpo precise un proceso de reparación, una lesión deportiva se puede definir además como cualquier tipo de lesión, dolor o daño físico que se produce como resultado del deporte, la actividad física o el ejercicio.

      Aunque el término lesión deportiva puede ser utilizado para definir una lesión ocasionada como resultado del deporte, se suele usar para lesiones que afectan el sistema musculoesquelético, compuesto por músculos, huesos, tendones, cartílagos y tejidos asociados.

      Las lesiones más graves, como los traumatismos en cabeza, cuello o médula espinal, se suelen considerar aparte de las lesiones deportivas corrientes, como los esguinces, las distensiones, las fracturas y las contusiones.

      Las lesiones deportivas se asocian comúnmente al sistema musculoesquelético, que comprende músculos, huesos, articulaciones y sus tejidos asociados, como los ligamentos y los tendones. A continuación se explican brevemente los componentes que forman el sistema musculoesquelético.

       Músculos

      El músculo está compuesto por un 75% de agua, 20% de proteína y 5% de sales minerales, glucógeno y grasa. Hay tres tipos de músculos: esquelético, cardíaco y liso. El tipo de músculo implicado en el movimiento es el esquelético (también conocido como estriado o voluntario). Los músculos esqueléticos implican un control voluntario y sujetan y cubren el esqueleto óseo. Los músculos principales son los cuádriceps en la zona anterior del muslo y el bíceps braquial en la zona anterior del brazo.

      Figura 1.1. Estructura del músculo esquelético / estriado / voluntario, ilustrada con el bíceps braquial.

       Huesos

      Las células óseas se sitúan en cavidades llamadas lagunas rodeadas por capas circulares de matriz muy dura que contiene sales de calcio y fibras de colágeno en mayores cantidades. Los huesos protegen los órganos internos y facilitan el movimiento. Juntos forman una estructura rígida llamada esqueleto. Los huesos principales son el fémur en el muslo y el húmero en el brazo.

      Figura 1.2. Estructura del hueso, ilustrada con los componentes de un hueso largo.

       Articulaciones

      Las articulaciones están compuestas por cartílago, bolsa(s) (bursa[ae]), ligamentos y tendones, y tienen dos funciones: mantener los huesos juntos y dar movilidad al esqueleto rígido. Las articulaciones fibrosas tienen poco o ningún movimiento y las articulaciones cartilaginosas son inamovibles o ligeramente movibles. Ninguna de ellas tiene cavidad articular. Las articulaciones sinoviales poseen una cavidad articular que contiene líquido sinovial. Son libremente movibles y por ello constituyen las articulaciones más frecuentemente implicadas en lesiones deportivas. Las principales articulaciones sinoviales son la rodilla, la cadera, el hombro y el codo.

      Figura 1.3. La articulación de la rodilla; pierna derecha, vista mediosagital.

       Cartílago

      El cartílago es un tejido conectivo especializado y fibroso. Algunos ejemplos son: el hialino, el fibrocartílago y el elástico. El más importante es el cartílago hialino (articular), que está hecho de fibras de colágeno y agua, y cubre la superficie articular de la mayor parte de articulaciones (ver figura 1.2). La fuerza del cartílago es principalmente una función de la fuerza del colágeno, y su principal fin es proporcionar una superficie suave para el movimiento de las articulaciones y absorber el impacto y la fricción cuando los huesos se golpean o rozan entre sí.

      Figura 1.4. Estructura del cartílago: a) cartílago hialino, b) fibrocartílago blanco, c) cartílago amarillo elástico.

       Bolsas

      Una bolsa (bursa) es un pequeño saco lleno de un líquido viscoso, que se suele encontrar en el punto de la articulación donde el músculo y el tendón se deslizan sobre el hueso. El trabajo de la bolsa es reducir la fricción y proporcionar un movimiento suave para la articulación (ver figura 1.3).

       Ligamentos

      Los ligamentos son los tejidos conectivos fibrosos que conectan hueso con hueso. Compuestos por un denso tejido conectivo regular, los ligamentos contienen más elastina que los tendones y, por lo tanto, son más elásticos. Los ligamentos proporcionan estabilidad a las articulaciones y, junto a los huesos, tanto permiten como limitan el movimiento de las extremidades (ver figura 1.3).

       Tendones

      Los tendones son los tejidos conectivos fibrosos que conectan el músculo con el hueso. Sus fibras de colágeno están dispuestas en un patrón paralelo, lo cual permite la resistencia de altas cargas tensionales unidireccionales cuando el músculo adyacente se contrae. Los tendones trabajan junto con los músculos para ejercer fuerza en los huesos y producir el movimiento (ver figura 1.3).