Graciela Resala

Los errores más comunes al escribir una tesis


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Aires: Siglo XXI.

      Maxwell, J. (1996). Qualitative research design. An Interactive Approach. Thousand Oaks, California: Sage Publications.

      Introducción

      La elaboración de un trabajo final o tesis puede resultar una de las tareas más complejas y desafiantes para un estudiante de grado o posgrado. La magnitud del proyecto que el tesista quiere presentar o el miedo de no ser capaz de concretarlo adecuadamente pueden ser tan desmedidos que muchos estudiantes optan por no realizarlo, retrasando o incluso perdiendo la oportunidad de obtener su título.

      Probablemente existe un mito en torno a lo que puede significar llevar a cabo una tarea de investigación para redactar una tesis y el temor y la incertidumbre al respecto se han generalizado.

      El proceso de escribir (sea a partir de datos construidos por el interesado o surgidos del análisis de información secundaria) parece ser algo oscuro e inabordable. Sin embargo, si el tesista tiene claros los contenidos que desarrollará, solo se trata de procedimientos para realizar procesos lógicos.

      En muchos casos, las sensaciones contradictorias del tesista surgen porque debe efectuar una tarea sin contar con el debido entrenamiento previo: es necesario producir contenido en lugar de solo aprehenderlo y replicarlo.

      Generalmente, al tesista se le pide que haga algo distinto de lo realizado a lo largo de toda su formación. Sus clases y talleres son, en general, de reproducción de conocimientos, pero una tesis implica pensar en algo novedoso y hacerse cargo de todo, desde el recorte, la contextualización, la bibliografía, la salida al campo y el análisis, hasta la redacción del informe final. No parece una tarea sencilla. Tampoco es imposible, y no hay datos que revelen que haya habido tesistas que perecieron en el intento. Pero es verdad que hay muchos que comparten dudas similares y cometen errores parecidos, básicamente, equivocaciones que muestran falta de coherencia en el procedimiento.

      En efecto, por lo general, las dificultades reiteradas se relacionan con la consistencia entre conceptos y datos empíricos, el modo de justificar la elección de los instrumentos de recolección de datos según el abordaje de la investigación, la elaboración de conclusiones como derivación de todo un proceso complejo, la correspondencia entre las distintas etapas del trabajo, la formulación de “declaraciones de principios” en lugar de supuestos que puedan contrastarse, la falta de definición de conceptos centrales a la investigación, la omisión de las citas de fuentes y bibliografía, y el descuido de las convenciones académicas.

      Entonces, ¿qué hacer?

      En un libro anterior (Iglesias, G. y Resala G., 2013) habíamos abordado el tema de cómo elaborar una tesis. Allí ofrecimos a tesistas, tutores y/o evaluadores, un detallado desarrollo acerca de los procedimientos para la elaboración y evaluación de este tipo de trabajo académico en sus diferentes modalidades, según las carreras.

      Ahora les propongo volver sobre el mismo tema, pero con una dinámica expositiva diferente y, para ello retomo lo realizado en muchas tutorías, en las que se pueden identificar errores recurrentes en cada una de las fases de elaboración de una tesis. Luego, sistematizo las soluciones que ofrecimos a los tesistas para poder avanzar en la escritura.

      Esta obra es el producto de un exhaustivo trabajo de análisis del material reunido a lo largo de los últimos diez años de trabajo conjunto con la Lic. Gabriela Iglesias. En cierta medida, aquí abro las puertas del taller de tesis, y por eso aparecerán ejemplos, explicaciones, ejercicios y soluciones que servirán no como patrones a seguir taxativamente sino como una forma de orientar a quien se acerca por primera vez a la tarea de investigar. Se recopilan, además, a modo de fichas, algunos fragmentos de los intercambios mantenidos con docentes que realizaron cursos de formación para tutores y evaluadores, porque sus consultas y preguntas permiten esclarecer aún más el modo de resolver las dificultades más comunes.

      Obviamente, resulta imposible abordar todos los problemas metodológicos que pueden aparecer en la elaboración de una tesis, porque algunas complicaciones o errores, no necesariamente típicos, se deben a ciertas particularidades de los actores del proceso: a la formación y/o a las habilidades cognitivas propias del tesista, a las características del reglamento de tesis de cada universidad o al vínculo establecido entre tutor y tesista, entre los temas más importantes.

      Por último, una sugerencia que puede servir de orientación al lector: si usted ya está familiarizado con los desarrollos conceptuales y procedimentales implicados en la elaboración de una tesis porque realizó un taller ofrecido por su universidad, no tendrá ningún inconveniente en avanzar en la lectura de este libro: comprenderá los errores, resolverá la ejercitación y entenderá las soluciones. Si, por el contrario, usted enfrenta la tarea de elaboración de su tesis sin haber incorporado aún las herramientas conceptuales y procedimentales, le propongo que se acompañe con la lectura de los capítulos 4 y 5 del libro Elaboración de tesis, tesinas y trabajos finales mencionado anteriormente.

      Adelante, entonces. Bienvenidos a este taller de tesis; están todos invitados a compartir esta experiencia.

      Graciela Resala

      PRIMERA PARTE

      Caracterización de los errores más comunes en las distintas fases del proceso de investigación

      Antes de comenzar a desarrollar cuestiones vinculadas con los errores típicos que se presentan en cada uno de los pasos de elaboración de la investigación que desembocará en una tesis, aclaramos que separamos cada fase del proceso a los efectos de mostrar en qué momento puede aparecer un error, aunque sabemos que estos siempre se relacionan entre sí. En otras palabras: es habitual hallar que, cuando hay error es en el título, se desprenden de una construcción imprecisa o errónea del problema que, si no se corrige, lleva a inconsistencias en la formulación de los objetivos y las definiciones conceptuales y, como consecuencia de un procedimiento interrelacionado, luego se transmitirán al resto de las instancias, lo que determinará la incoherencia interna de la tesis. En este sentido, cada uno de los errores ejemplificados remite a la fase que se analiza sin hacer referencia al resto de las etapas, lo que facilita la comprensión al lector pero, a la vez, demanda su esfuerzo para pensarlo como parte de un todo que trasciende el ejemplo puntual.

      CAPÍTULO 1

      El tema

      El tema a desarrollar, además de reflejar un área de interés para el tesista, debe ser una investigación pertinente a la currícula de la carrera de grado o posgrado, sobre todo porque el objetivo es utilizar lo aprendido, las competencias adquiridas y los autores trabajados a lo largo del ciclo la formación.

      ERROR N° 1. EL TEMA NO SE CORRESPONDE CON LA CURRÍCULA DE LA CARRERA

      Este error tiene diferentes versiones:

      1. El tesista está interesado en investigar un tema que nunca fue abordado en las diferentes materias de su carrera. Esto parece sencillo de resolver. El tesista debe justificar muy bien su elección y solicitar a los responsables del taller de tesis (o a quien corresponda) la autorización para hacerlo. Si no la obtiene, deberá cambiar el tema y elegir alguno de los que se han desarrollado a lo largo de la carrera.

      2. El tesista quiere abordar su tema desde un paradigma y/o marco teórico diferente y hasta opuesto al que sustenta epistemológicamente la propuesta curricular de la carrera.

      Ejemplo

      En una tesis de posgrado para la Maestría en Psicología Cognitiva, el tesista está interesado en abordar:

      Los alcances del modelo sistémico en el tratamiento del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

      En este caso, al indagar los motivos del interés del tesista por el abordaje clínico propuesto por el modelo sistémico, encontramos diferentes respuestas: “Hice esta maestría porque pensé que era otra cosa”; “No encontré una maestría sobre psicología sistémica, que era lo que me interesaba”; “Empecé a analizarme con un terapeuta sistémico y creo que ése es el mejor modelo”, etcétera.