Toni Gerona Salaet

Psicología aplicada al balonmano


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deberá conocer algunas técnicas que poco tienen que ver con las defensas abiertas, los lanzamientos en rec-tificado o la resistencia anaeróbica.

      Es por ello que cualquier entrenador que quiera conseguir los éxitos deportivos que todos pretenden deberá tener presentes los aspectos psicológicos que inciden en el grupo, en cada uno de los jugadores y en todo aquello que pueda afectar el rendimiento del equipo.

      Asimismo, la práctica de balonmano le exige actualmente al jugador conocer y dominar no sólo las técnicas y tácticas propias de ese deporte sino también un conjunto de habilidades psicológicas que le permitan tener un comportamiento deportivo satisfactorio. Sin embargo, el aprendizaje de estas habilidades deportivas es desigual, pues aunque las primeras forman parte de su currículo deportivo, el aprendizaje de las habilidades psicológicas se deja en manos del azar o de las características personales del jugador.

      Por tanto, en el presente libro nos hemos propuesto el objetivo de fami-liarizar al lector con algunas de las habilidades psicológicas implicadas en la práctica de este deporte, además de resaltar la influencia que estos aspectos psicológicos (motivación, concentración, estrés, liderazgo, toma de decisiones) tienen sobre el rendimiento deportivo del jugador.

      Desde esta perspectiva se han descrito los seis capítulos que componen este libro. Los capítulos están elaborados en función de las categorías psicológicas y de los planteamientos situacional-deportivos, con un fuerte componente de tecnología de la intervención más que de ciencia explicativa.

      Las situaciones planteadas se desarrollan en un contexto concreto y con unos protagonistas determinados, por lo que nuestra intención, lejos de querer ejemplificar cada una de las posibles situaciones con las que nos encontramos en un equipo de balonmano, busca clarificar y ayudar a relacio-nar el texto teórico expuesto anteriormente con situaciones prácticas que se presentan en la realidad.

      Nos gusta pensar que nos dejamos muchas cosas en el tintero, ya que esa será la principal motivación para seguir estudiando y desarrollando nuestras ideas de cara a enriquecer este deporte.

       CAPÍTULO 1

       Características del balonmano

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      Los juegos de pelota se remontan a diferentes culturas de la antigüedad. Jugar a pelota con las manos es una actividad motriz natural, con miles de años de historia. En los documentos históricos se informa que en el año 600 a.C., Homero en La Odisea describió un juego de pelota que se llamaba Verania. Más tarde, durante la preponderancia de Roma, Galeno aconsejaba a sus pacientes jugar al Harpastrum, un juego de pelota similar al balonmano.

      Durante la larga Edad Media, existieron espectáculos de masas relacionados con actividades físicas propias de la guerra, como los torneos y las justas. Igualmente surgían otras prácticas que llevaban a cabo los grupos sociales que no participaban en estos torneos. Así, nos encontramos con juegos como La Soule y La Palma, que se practicaban con los pies y las manos respectivamente. Avanzaba la Edad Media y, según se iban prohibiendo los torneos y las justas, los juegos de pelota se iban expandiendo.

      De la América precolombina también se encontraron testimonios de diversos tipos sobre los juegos con pelota. Desde México al Paraguay, los in-dios practicaban actividades con pelotas, que hacían principalmente con caucho. En la zona del actual México y América Central, diferentes pueblos, entre ellos los aztecas y los mayas, practicaban el Pok-ta-pok o Tlachat-

      li. Además del propio divertimiento, estos juegos tenían carácter ritual y en ocasiones de apuesta.

      Otros pueblos que practicaron juegos de pelota fueron los olmecas, que construyeron el primer campo de juego conocido sobre el año 760 a.C.

      Pero los inicios del balonmano, tal y como lo conocemos hoy día, se remontan a finales del siglo XIX. La revolución industrial y el acceso al mundo de la educación dieron como resultado a la aparición de más tiempo de ocio, más asociacionismo y acceso al deporte de algunos grupos sociales.

      Los primeros datos que se conocen son del último decenio del siglo XIX. En diferentes zonas de Europa surgieron juegos con gran similitud al balonmano actual:

      •En la antigua Checoslovaquia y los Balcanes, durante 1892, se jugaba al Hazena, ideado por J. Klenker. Esta línea la continuó, según la opinión de diversos autores, W. Woras, quien, durante 1905, lo introdujo en las sociedades gimnásticas de la época, y Vadoc Karas, responsable del primer reglamento de juego.

      •En Alemania y Suiza (1890), Konrad Koch idea como método de preparación gimnástica el Raffaballspied. Este juego, junto con el Koreball y el Volkerball, sirvió de base para que durante 1915, en plena Primera Guerra Mundial, Max Heiser elaborara el Toor-ball, practicado por sus alumnas-trabajadoras de la fábrica Siemens, y utilizado igual-mente como método de preparación en sala.

      •Dinamarca es otra de las zonas precursoras del balonmano; el profesor de bachillerato Holger Nielsen, hacia 1898, diseñó un juego al que llamó Handbolt, que se jugaba con 11 jugadores. El motivo de crear este juego era que se acusaba al fútbol de producir lesiones, por lo que sufrió prohibiciones a la hora de ser practicado.

      •En Suecia y en la antigua URSS también se practicaban juegos en te-rrenos reducidos y con reglas parecidas a las del balonmano.

      Todos estos juegos de características similares se fueron perfeccionando. Durante la Primera Guerra Mundial y, practicado por mujeres, el Toor-ball adquiere en Alemania cierta popularidad. Había llegado el momento de es-tructurarlo y reglamentarlo. Los profesores de la escuela de Educación Física de Berlín Karl Schelenz y Karl Diem fueron los que, entre 1917 y 1919, inventaron el balonmano. Este último escribió el reglamento en 1919.

      Otra versión, difundida desde Uruguay, relata la “creación” de un deporte mezcla del baloncesto, rugby y fútbol, por parte de Antonio Varela, profesor de Gimnasia en 1914. Se desarrolló de tal forma que en 1918 se jugó el primer partido de balonmano en Montevideo. Esta línea argumen-tal asegura que los soldados alemanes, principalmente marinos, retenidos en Montevideo durante la Primera Guerra Mundial importaron el juego a Alemania una vez que finalizó el conflicto bélico.

      Lo cierto es que a principios de los años veinte se jugaba a balonmano fundamentalmente con 11 jugadores, en un campo de fútbol y con las áreas a 13 metros de la portería; la pelota, que en sus orígenes era la de fútbol, ahora es más pequeña, con una medida de 58 a 60 cm de circunferencia. En la tabla 1.1 se puede ver la evolución del balonmano en Europa desde los años veinte hasta los años cuarenta.

      Tabla 1.1. Evolución del balonmano en Europa

      •Durante 1925 se disputó el primer partido internacional de balonmano a once, entre Austria y Alemania (6-3), y el primer partido de balonmano femenino a once, entre las mismas selecciones (5-3).

      •En 1928, el balonmano fue acogido por la IAAF (Internacional Association of Athletic Federations), momento en que debido al gran aumento del número de practicantes, se creó la FIHA (Federation Internacional of Handball Association).

      •En 1934 se iniciaron las relaciones entre la FIHA y el IOC (Internateional Olympic Committee) ya que éste aprobó la petición de incluir en el programa de los juegos de 1936 el balonmano a once masculino.

      •En 1938 se organizó el primer Campeonato del Mundo de balonmano a once y a siete en Alemania y sólo en categoría masculina.

      La Segunda Guerra Mundial interrumpió el crecimiento de los depor-tes, y el balonmano, que