aunque algunos también se unen a los ligamentos o a la piel. Esta unión se realiza directamente gracias a las fibras musculares o indirectamente mediante la intervención de tendones, o “conductores”, una estructura con la forma de una cuerda de tejido fibroso blanco. Muchos músculos tienen un tendón en uno o ambos lados. El músculo liso posee expansiones tendinosas como placas o aponeurosis, como, por ejemplo, las de los costados, que se extienden desde las costillas inferiores a la pelvis. Cuando un músculo se contrae, una unión permanece fija (el origen) y la otra (la inserción) se mueve hacia ella. Generalmente, en las extremidades el origen es proximal y la inserción distal, mientras que en el tronco el origen es medial y la inserción lateral. Pero, de hecho, el origen y la inserción pueden ser a veces intercambiables. Así, el pectoral mayor, insertado en el húmero, normalmente acerca el brazo al lado del tórax; pero si el brazo está fuertemente agarrado a una mesa, el mismo músculo tira de las costillas hacia su origen, expandiendo la cavidad torácica como un músculo accesorio de la respiración, como si se tratara de una crisis asmática.
Las uniones son casi siempre distales a la articulación que mueven (ver pág. 100), como, por ejemplo, el bíceps en la zona superior del radio, exactamente por debajo del codo. Este hecho no es eficaz desde un punto de vista mecánico, pero proporciona velocidad en las acciones. Un músculo puede tener dos, o incluso tres, orígenes (cf. el bíceps y el tríceps en el brazo), pero la inserción casi siempre es única. Las uniones tendinosas en los huesos producen una elevación rugosa, mientras que la inserción muscular directa deja liso el hueso. De forma ocasional, los músculos se unen entre ellos, juntándose normalmente una pareja de extremos opuestos de la línea media. Así, el milohioi-deo debajo de la barbilla se entrecruza en la línea de unión, mientras que las fibras aponeuróticas de los músculos abdominales se entrelazan en forma de espiga en la línea media de la pared abdominal. Unos pocos músculos poseen dos vientres separados conectados por un tendón intermedio para redirigir el tirón trabándose a un hueso vecino. Algunos músculos esqueléticos actúan sobre tejidos blandos: los que mueven el globo ocular y el velo del paladar.
La forma de un músculo depende de la disposición de sus fibras. Cuando éstas generan un empuje directo, el músculo puede ser fusiforme (con un vientre ahusado), acintado, cuadrilátero o triangular (Fig. 4.8). Se obtiene mucha fuerza cuando las fibras se insertan en prolongaciones tendinosas dentro de la sustancia muscular para generar una concentración de fibras cortas eficaces, como en las disposiciones unipenniforme, bipenniforme y multipenniforme mostradas.
Un músculo en forma de cinta puede segmentarse transversalmente por intersecciones tendinosas, como, por ejemplo, el recto del abdomen de la pared abdominal (Fig. 8.7). En la mano y en el pie, donde músculos voluminosos podrían obstruir el movimiento, los vientres de los músculos que mueven los dedos están contenidos en el antebrazo y en la pierna, respectivamente, continuándose hacia las extremidades en delgados tendones.
Los músculos reciben sus nombres en referencia a sus acciones, como, por ejemplo, el flexor largo del pulgar, pues flexiona el dedo pulgar. Otras veces depende de la forma: el pronador es el músculo cuadrado que realiza una pronación del antebrazo. En otros músculos se tienen en cuenta otros rasgos: el cuádriceps del muslo, con cuatro cabezas de origen.
GRUPOS MUSCULARES Y MOVIMIENTOS
Los músculos se agrupan en general con los mismos nervios que los inervan si realizan acciones comunes o relacionadas. Es ese movimiento el que se representa en el cerebro. Ningún músculo individual puede contraerse por un acto aislado de la voluntad y ningún músculo puede actuar solo. Intentamos elevar nuestro brazo, pero no contraer nuestro deltoides, aunque éste sea el principal músculo implicado y participen una multitud de músculos asociados. En relación con un movimiento, un músculo puede participar en uno de los siguientes papeles:
Figura 4.8: Variaciones en la forma de los músculos y disposición de sus fibras
1.Agonista, responsable directo del movimiento.
2.Antagonista, que ocasiona el movimiento contrario y tiende a relajarse cuando el agonista se contrae, por lo que paga con una inactividad el trabajo que realiza el primero.
3.Fijadores, o músculos asociados con firmeza a una base, o apoyo, contra la que actúan los agonistas.
4.Sinergistas, que controlan una ar ticulación intermedia, por lo que el movimiento de los agonistas puede realizarse eficazmente: por ejemplo, los músculos que cierran los dedos sólo pueden producir un fuerte agarre si los músculos sinergistas tuercen la muñeca hacia atrás.
En movimientos diferentes, un mismo músculo puede participar en diversas partes.
En los movimientos finos, como en la escritura, tanto los agonistas como los antagonistas mantienen un cierto grado de contracción por todas partes, por lo que se genera un balance de fuerzas opuestas. En rápidos movimientos vigorosos, como el clavar alguna cosa, ambos grupos se relajan una vez que el golpe se ha iniciado y el movimiento continúa por el ímpetu.
Los músculos pueden ser excitados para contraerse mediante el calor, un pellizco, una irritación química o una corriente eléctrica. Este último caso es relevante porque la estimulación nerviosa de un músculo también es eléctrica. Una corriente galvánica constante excita una contracción aislada al comienzo y al final de su flujo, una especie de “hacer y romper”; una corriente farádica también produce lo mismo, pero la corriente es de una duración menor y existe entonces una duración mínima de flujo por debajo de la cual no hay respuesta. Este valor umbral sólo es de una fracción de segundo en animales de sangre caliente. La respuesta a la estimulación eléctrica aumenta con la fuerza de la corriente, y también existe una fuerza mínima por debajo de la cual no es efectiva ninguna estimulación. Este incremento de la respuesta se debe a que participan más fibras en la contracción. Pero para cada fibra, cada contracción supone un esfuerzo de todo-o-nada: o se contrae completamente o no se contrae. A una contracción le sucede un período refractario de una fracción de segundo durante el cual el músculo no es excitable. Es un período de recuperación y preparación para la siguiente contracción.
Si un músculo se estimula repetidamente, no se contrae indefinidamente, sino que se fatiga: trabaja menos y, por último, cesa su respuesta. Esto se debe a que se consumen todas las sustancias alimenticias que proporcionan la energía para la contracción (el glucógeno, por ejemplo) y se acumulan desechos como el ácido láctico. Para combatir la fatiga es esencial una irrigación sanguínea y un suministro de oxígeno copiosos. No obstante, la fatiga en el hombre no sólo se relaciona con el propio músculo, pues también implica el agotamiento de las células y fibras nerviosas de control.
La contracción muscular generalizada tras la muerte en el rigor mortis no debe confundirse con la contracción en vida. Se asocia con la acumulación de ácido láctico y un cambio irreversible de las proteínas musculares. Pero esto se acelera por una fatiga previa, por lo que el comienzo será muy rápido, por ejemplo, en los animales que han sido perseguidos y cazados.
CAPÍTULO 5
POSICIONES ESTÁNDAR, TÉRMINOS Y REFERENCIAS. ENVOLTURAS Y SISTEMAS CORPORALES
POSICIONES, TÉRMINOS Y REFERENCIAS
Para los propósitos de una descripción anatómica, el cuerpo siempre se considera desde una posición convencional. El cuerpo se sitúa erecto, con los brazos en los costados y las palmas de las manos hacia delante. Las partes delanteras del cuerpo y las extremidades constituyen la superficie anterior; la espalda, la posterior. De esta forma, para dos estructuras cualesquiera, podemos determinar cuál de ellas será anterior o posterior en relación con la otra en tanto que esté más próxima a la superficie anterior o posterior. La superficie anterior también se denomina ventral, y la posterior, dorsal.