Estos sistemas se encuentran en un equilibrio funcional entre sí.
Las fascias aseguran la relación funcional entre el aparato locomotor, el sistema visceral y los diferentes sistemas del cuerpo. Cuando un sistema está alterado, se produce inmediatamente un desequilibrio, por lo cual se ven afectados los restantes sistemas. Ejemplos:
•Los espasmos intestinales pueden aparecer como consecuencia de los trastornos psíquicos. «El intestino es reflejo del interior».
•Los trastornos hepáticos funcionales o las enfermedades del hígado pueden tener influencia en la articulación del hombro derecho. En la articulación pueden aparecer dolores y trastornos funcionales que pueden aumentar hasta convertirse en el cuadro patológico denominado hombro congelado (frozen shoulder).
•Los dolores interescapulares con irradiación hacia el brazo izquierdo pueden aparecer en relación con trastornos de la irrigación cardíaca.
•Los problemas de deglución («nudo en la garganta») pueden estar provocados por bloqueos en la región de la columna cervical.
•Los bloqueos a la altura de D10-L2 pueden ser responsables de los trastornos del funcionamiento renal.
La influencia mutua y la dependencia de diferentes circuitos funcionales son factores conocidos desde hace mucho tiempo y aprovechados tanto a nivel diagnóstico como terapéutico.
La piel, la musculatura, las articulaciones y los órganos internos están influenciados por las correspondientes aferencias hacia el cuerno posterior de la médula espinal. La manifestación de un trastorno primario indicado nociceptivamente, proveniente de un órgano interno en forma de zonas Head de la piel o zonas Mackenzie de la musculatura, permite precisar el foco primario, igual que cuando se produce un bloqueo de las vértebras por la misma causa debido a la relación segmentaria.
Una parte de los procedimientos terapéuticos se basa en la posibilidad de influencia recíproca de los efectos periféricos sobre el trastorno primario en el órgano interno. En consecuencia, el tratamiento local no solo debe limitarse al trastorno secundario que, al existir desde hace tiempo, se ha convertido en una entidad propia, sino que también debe estar dirigido a mejorar o eliminar el trastorno primario.
En consecuencia, el tratamiento osteopático de los trastornos viscerales, que se fundamenta en una relación similar de los cuatro sistemas principales antes mencionados (sistema parietal, visceral, craneosacro y psique), también utiliza los datos de la relación segmentaria descrita para establecer un diagnóstico preciso del órgano interno afectado.
Esta es la base del esquema de exploración clínica que siempre antecede a los diferentes apartados del tratamiento.
Esquema de exploración
El esquema de exploración está compuesto por los siguientes factores: anamnesis, palpación, exploración de las interacciones, radiología y analítica.
Anamnesis
•Patologías o enfermedades orgánicas (también del pasado).
•Patologías o enfermedades del aparato locomotor.
Palpación
•Hallazgos de palpación en órganos internos.
•Exploración complementaria con percusión de los órganos huecos (estómago o intestino).
•Exploración complementaria de las (correspondientes) zonas de tejido conectivo.
•Exploración complementaria de la musculatura para determinar contracturas.
Exploración de las interacciones con otros circuitos funcionales y estructuras
•Aparato locomotor (correspondientes segmentos y/o articulaciones periféricas).
•Sistema nervioso (participación del simpático, parasimpático y segmentos).
•Relaciones topográficas con el entorno.
•Procedimientos diagnósticos complementarios (véase capítulo 12, «Métodos diagnósticos complementarios»),
Estudios radiológicos y analítica
Como diagnósticos complementarios, sobre todo para la exclusión de contraindicaciones.
Indicaciones y contraindicaciones
Indicaciones del tratamiento visceral
•Adherencias de tejidos viscerales como consecuencia de infecciones o intervenciones quirúrgicas.
•Ptosis como consecuencia de trastornos de los ligamentos en el sentido de una hipermovilidad.
•Espasmos viscerales como consecuencia de irritaciones nerviosas de diversa procedencia.
Cada uno de estos elementos puede dar lugar a una fijación visceral. Ello puede ser la causa de la aparición de una alteración de la movilidad de un órgano y, en consecuencia, de un trastorno funcional del mismo.
Contraindicaciones
•Enfermedades inflamatorias febriles.
•Infecciones agudas.
•Afecciones orgánicas inflamatorias agudas, p. ej., gastritis, hepatitis.
•Tumores.
•Trombosis.
•Formación espontánea de hematomas.
•Litiasis renales y biliares.
•Cuerpos extraños implantados (p. ej., espiral [dispositivo intrauterino], marcapasos).
•Tuberculosis.
Contraindicaciones relativas
•Trastornos cardiovasculares, p. ej., taquicardias, hipertensión.
•Astenia.
•Obstrucciones.
•Menstruación.
•Hernias.
Objetivo del tratamiento visceral
El tratamiento visceral ofrece la posibilidad de normalizar los trastornos de movimiento del órgano afectado. Para poder llevarlo a cabo, se intenta resolver las adherencias, restituir la elasticidad facial y conseguir una relajación de los espasmos viscerales.
Efectos terapéuticos
•Restitución de la movilidad tras la eliminación de las fijaciones y adherencias.
•Mejora de la irrigación (arterial y venosa).
•Favorecimiento de la circulación linfática.
•Mejora de la función del sistema nervioso.
•Normalización del metabolismo.
•Eliminación de estenosis y espasmos musculares.
•Mejora del metabolismo hormonal.
•Evitación de recidivas de bloqueos vertebrales.
•Influencia positiva en la psique.
Todos estos factores sirven para mejorar la función orgánica.
¡El objetivo no es modificar posiciones orgánicas!
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