José Manuel Perdigones Hita

Limpieza del mobiliario interior. SSCM0108


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tela, etcétera) productos muy fuertes, ya que éstos las deteriorarían y provocarían una pérdida de su belleza o su utilidad.

      5.3 Conducta a seguir ante casos de toxicidad

      Ante la más mínima duda de contacto con un producto de limpieza que nos haya podido intoxicar por cualquier vía (digestiva, respiratoria o cutánea) es fundamental solicitar ayuda. Por supuesto, si los síntomas revisten gravedad, se debe avisar urgentemente a los servicios médicos, indicando el producto que puede haber causado la intoxicación y los síntomas que ha provocado.

      Cuando inicialmente no se perciban daños de consideración, lo indicado será contactar con el Servicio Nacional de Toxicología, que dispone de un sistema permanente de atención y que nos informará del posible riesgo y las medidas más inmediatas a tomar hasta recibir atención facultativa. Para facilitar el contacto y la información, deberán tenerse presentes el nombre comercial del producto implicado (etiqueta) y todos los datos disponibles sobre la forma de contacto con éste, principalmente los siguientes:

       Si ha sido bebido o inhalado.

       En qué cantidad estimada.

       A qué hora.

       En qué situación se encuentra el afectado.

      Si la intoxicación se ha producido por ingestión (vía oral), conviene diluir el producto ingerido lo máximo posible, haciendo que el afectado beba bastante agua.

      Nota

      La toma de leche, salvo que se indique su conveniencia según la sustancia ingerida, debe evitarse, ya que algunos productos se absorben con más facilidad junto a los lácteos, es decir, que el producto tóxico puede llegar más rápido a la sangre o aumentar el grado de afectación.

      Otra opción es provocar el vómito introduciendo los dedos en la boca del accidentado e incluso llegando a tocar la campanilla, en el interior de la garganta. Pero esto sólo debe hacerse cuando se tiene la seguridad de no causar más daños, ya que algunos productos, como los cáusticos, pueden provocar nuevas quemaduras en su trayecto de salida a lo largo del esófago, en tanto que los hidrocarburos, al ser vomitados, pueden pasar en pequeñas cantidades a las vías respiratorias, pudiendo provocar bronquitis e incluso neumonías.

      Si el accidentado está total o parcialmente inconsciente debe evitarse en todos los casos cualquier medida que favorezca la deglución de sus vómitos, colocándole en la denominada posición de seguridad: tumbado de lado y apoyado sobre el lado derecho del cuerpo, asegurándose de que mantiene las constantes vitales y evitando con esta posición la obstrucción de las vías aéreas por la lengua.

      En todos los casos, pero con más razón cuando la intoxicación se ha producido por inhalación, conviene trasladar al afectado a una zona aireada, evitando los obstáculos que le dificulten la respiración (ropas apretadas, aglomeraciones de gente a su alrededor, etcétera).

      Cuando se ha producido contacto de la piel con el tóxico, bien por salpicadura o por inmersión, deben retirarse todos los objetos próximos a la zona afectada, como ropas, relojes o adornos, y lavar abundantemente con agua, de forma reiterada. Si el componente tóxico es de naturaleza grasa, ayudará a la limpieza el uso de alguna sustancia jabonosa.

      Nota

      Conviene que el agua empleada esté ligeramente fría, para evitar que la dilatación de los vasos que produce el calor aumente la absorción a través de los poros de la piel. Igualmente, debe evitarse el agua a presión o el frotado excesivo, que también aumentarían el paso del tóxico al organismo.

      Los ojos afectados deben ser lavados abundantemente con agua o suero fisiológico durante quince minutos, retirando las lentillas si fuera preciso. Conviene separar los párpados del globo ocular durante el lavado, para acceder a las zonas más cubiertas del ojo.

      Una vez garantizados estos cuidados generales, debe realizarse consulta a los servicios médicos con la mayor brevedad posible, que evaluarán la situación y establecerán las medidas adecuadas.

      6. Interpretación y lectura del etiquetaje de los productos

      No se puede comenzar con la limpieza del mobiliario y el empleo de los distintos productos de limpieza si se desconocen la simbología y nomenclatura que definen las características más importantes de éstos en cuanto a su composición, grado de toxicidad, etcétera.

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      El Real Decreto 255/ 2003 regula, en España, la clasificación, envasado y etiquetas de preparados peligrosos.

      Esta norma establece la siguiente clasificación:

       Muy tóxicos: son los que, por inhalación, ingestión e incluso por contacto con la piel en poca cantidad, pueden provocar graves efectos y hasta la muerte. Son marcados en los envases de productos de limpieza con el símbolo T+.

       Tóxicos: son los que por inhalación, ingestión o por contacto incluso en pequeñas cantidades, pueden ocasionar problemas agudos o crónicos, llegando en su extremo a provocar la muerte. Son marcados con la letra T.

       Explosivos: son sustancias que reaccionan exotérmicamente, también sin oxígeno, y que detonan según condiciones de ensayo fijadas. Como medidas de precaución básicas se deben evitar choques, fricción, formación de chispas, fuego y acción de calor. Son marcados con el pictograma E.

       Corrosivos: son capaces de destruir tejidos vivos, como la piel sana. Se debe extremar la precaución a la hora de su empleo, ya que pueden ser muy dañinos en contacto con la piel, los ojos o la indumentaria. Además, hay que evitar inhalar los vapores. Son los marcados con la letra C.

       Nocivos: se debe tener cuidado y evitar, con las medidas de seguridad propias de los profesionales, que cualquier persona (y especialmente niños) puedan injerir un producto con ésta calificación. Son altamente dañinos. Están etiquetados con el símbolo Xn.

       Comburente: son sustancias y preparados que, en contacto con otras sustancias (en especial las inflamables), producen una reacción fuertemente exotérmica, por lo que habrá que evitar todo contacto con sustancias combustibles. Se etiquetan con el pictograma O.

       Fácilmente inflamable: Son líquidos con un punto de inflamación inferior a 21º, pero que no son altamente inflamables. Suelen ser sustancias sólidas y preparaciones que por acción breve de una fuente de inflamación pueden inflamarse fácilmente y continuar quemándose o permanecer incandescentes. Por tanto, hay que mantener los productos lejos de llamas abiertas, chispas y fuentes de calor. Se marcan con el pictograma F.

       Extremadamente inflamable: son líquidos con un punto de inflamación inferior a 0º y un punto de ebullición máximo de 35º, y gases y mezclas de gases que, a presión normal y temperatura usual, son inflamables en el aire. Por tanto, hay que mantener los productos lejos de llamas abiertas, chispas y fuentes de calor. Están etiquetados con el símbolo F+.

       Peligrosos para el medio ambiente: son productos que, en el caso de ser liberados en el medio acuático o no acuático, pueden producir un daño al ecosistema. Por tanto, no hay que dejarlos alcanzar canalizaciones o que entren en contacto con el suelo o el medio ambiente en general. Su etiquetado debe contener el pictograma –N.

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      Para los profesionales de la limpieza es fundamental conocer el significado de cada pictograma. El conocimiento y la prevención en el trabajo a la hora de emplear los productos se harán piezas básicas de todas las actividades relacionadas con el trabajo de la limpieza.