ion>
Colección Indócil ballenato
5
Primera edición, enero de 2012
Director general: Alejandro Zenker
Director de la colección Indócil ballenato: Víctor Roura
Cuidado editorial: Elizabeth González
Coordinadora de producción: Beatriz Hernández
Coordinadora de edición digital: Itzbe Rodríguez Ciurana
Portada: Xiluén Zenker
Agradecemos al Centro Cultural El Juglar, A. C., el apoyo para esta publicación.
© 2012, Solar, Servicios Editoriales, S.A. de C.V.
Calle 2, número 21, San Pedro de los Pinos.
Teléfonos y fax (conmutador): 5515-1657
Correo electrónico: [email protected]
Página electrónica: www.solareditores.com
ISBN 978-607-8312-25-2
Hecho en México
Índice
I. Divertimiento urgente e insensato
1. Incluso sin sangre aún palpitan
2. Huye el torrente de la pasión
3. Pared blanca con niña en la cuerda
4. Notas sordas, sutiles, de un piano
II. ¡Desnúdate, palabra, desnúdate!
III. Y tu ausencia la cubre el susurro...
1. Mirada esquiva de roce leve
3. Ahora no se me mueve la sangre
4. Por eso nos quedamos a solas
5. La inocencia de las tentaciones
6. Una muchacha con dos objetos
IV. Grano de arena: zozobra y pena
2. La mujer apacigua, enternece
3. Y el fuego se enciende a veces tarde
4. La carne urgida, hilada, trenzada
5. Fino afecto, súplica atenuada
6. A pesar del agobio y el sofoco
V. Ya en silencio, ya en ruido apagado
3. A tientas, literalmente a tientas
4. Para que no me asalte la luna
5. Los ciclos amorosos se agotan
6. Vagos e insostenibles caprichos
VI. ¡Dónde el sosiego, dónde la rabia!
1. En el mar picado de nostalgias
2. Prendida en los márgenes del alma
3. El feroz afecto de los sexos
6. Muertos, bien muertos una y otra vez
I. Divertimiento urgente
e insensato
1
Incluso sin sangre aún palpitan
Dos cuerpos nunca, jamás, son uno.
Y que me lo diga enfrente mío
quien asegure ese tal escándalo.
Por supuesto, hacer el amor no
une a dos personas sino acaso
de manera fugaz, momentánea,
aunque hay los que escapan de ese rito:
vaya uno a saber cómo demonios
permanecen intactos, inmunes,
invulnerables, indiferentes.
Salen ilesos de los ardores
corporales, lejos de las llamas
que incendian,