Rosario Olmedo Jara

Rescate de accidentados en instalaciones acuáticas. AFDP0109


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se ha de bucear, ya que un agotamiento excesivo antes del buceo impedirá realizarlo. Si las condiciones del agua lo permiten, y el nado en superficie posibilita un rastreo de la zona por la que se realiza el desplazamiento, se debe adoptar una posición lo más hidrodinámica posible, con los brazos extendidos por encima de la cabeza y las manos juntas o próximas, mientras que las piernas efectúan el batido más apropiado (aunque siempre es mejor ir equipado con aletas).

      5 Descenso. Se inicia con un “golpe de riñón”, los brazos dirigidos hacia el fondo y la cadera flexionada, cuando se comienza la inmersión se realiza la extensión de la cadera. Al inicio del descenso los movimientos propulsivos son energéticos y a medida que aumenta la profundidad ya no es necesario el aleteo, con el cuerpo en posición hidrodinámica y las aletas juntas e inmóviles. Para frenar el descenso se pueden separar las piernas y flexionar los tobillos hasta un ángulo de 90º, lo que provocará que las aletas frenen. En el fondo el buceador puede desplazarse utilizando los brazos y manos para gastar el mínimo de energía y un ahorro en el consumo de oxígeno.En el buceo el agua puede ejercer presión en el oído, concretamente sobre el tímpano produciendo dolor, ya que los espacios aéreos en los oídos son los más sensibles al aumento de presión, pero suponiendo que el socorrista esté en buenas condiciones de salud (sin catarro o congestión alérgica) se puede compensar fácilmente.

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       Nota

      Para compensar la presión hay que cerrar la nariz pinzándola y soplando suavemente hacia ella con la boca cerrada. Esto dirige el aire a los espacios vacíos de los oídos y senos. Otra técnica es tragar y mover la mandíbula de un lado a otro. Una tercera técnica combina las dos: tragar y mover la mandíbula mientras se sopla suavemente contra la nariz pinzada.

      1 Alternar o simultanear estratégicamente. Si acuden dos socorristas acuáticos, la búsqueda puede realizarse alternativamente, descansando uno mientras el otro bucea, o bien simultáneamente, repartiéndose la zona de búsqueda para no repetir trayectos innecesariamente. La estrategia de alternar es la que se considera más apropiada por las siguientes razones.

      1 1. Aporta una mayor continuidad: uno rastrea y otro recupera.

      2 2. Favorece mayor seguridad: el socorrista que recupera puede intervenir si su compañero necesita ayuda.

      3 3. Es más fácil: hace que los socorristas tengan la posibilidad de comunicarse en los relevos y asegurarse de que no se repiten zonas o plantear cualquier otra sugerencia.

      4 4. Es más eficaz y lógico: si el socorrista que bucea ha encontrado al accidentado, al salir a la superficie tiene la posibilidad de ser sustituido por el compañero, que está más recuperado, en el remolque del accidentado.

      1 No remover el fondo. El fondo no puede ser tocado en ningún momento, para evitar que el agua se enturbie y perjudique la visión.

      2 Duración controlada de las inmersiones. La duración de las inmersiones no se debe prolongar más de 20-25 s, en función de la capacidad del socorrista acuático, puesto que se evita el agotamiento y posibilita efectuar más de una inmersión.

      3 Ascenso. Basta con colocar las plantas de los pies sobre un apoyo firme en el fondo e impulsar fuerte, adoptando después una posición hidrodinámica y, si es necesario, realizar una brazada subacuática. La mirada se fija en la superficie, y un brazo irá extendido hacia arriba por encima de la cabeza para evitar chocar con algún obstáculo en el caso que lo hubiese. Si el ascenso es con un accidentado, a este se le sujetará con el otro brazo y mano.

      4 Persistir. No se debe abandonar la búsqueda al poco tiempo de comenzada, ya que en el siguiente intento se puede encontrar al accidentado. Siempre se debe empezar un rastreo con planteamientos y expectativas positivas, ya que por el contrario lo único que se conseguiría es entorpecer y hacer fracasar la búsqueda.

      5 Si es posible utilizar material. Si las circunstancias del entorno lo aconseja (turbiedad excesiva, corrientes, etc.) se debe ir atado a una cuerda que asegure el regreso y la ayuda desde fuera, previniendo siempre los posibles riesgos de engancharse o atorarse por culpa de la misma, siendo lo más adecuado llevar un sistema que permita librarse con facilidad de la cuerda (arnés, tirantes, nudos de fácil desatado).

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       Consejo

      Hay que tener en cuenta que en determinados sitios la temperatura del agua en el mar es de 12 grados y 17 y 19 en verano, como ocurre en Galicia, por lo que es recomendable chaleco isotérmico.

      1 Estrategias de búsqueda. Buscar mediante el buceo a una persona sumergida no consiste en llegar, bucear y sacarla. Son pocas las ocasiones en las que resulta tan sencillo, ya que normalmente no se producen condiciones ideales en los rescates reales.

      Las circunstancias que debe tener en cuenta el socorrista acuático para el rescate son:

      1 Características orográficas de la zona: es necesario conocer la zona en la que se trabaja (bajos, depresiones, grietas, etc.) y, sobre todo, atender a la profundidad y la temperatura del agua que influye decisivamente en el resultado del rescate.

      2 Condiciones meteorológicas: determinarán las corrientes, el oleaje, la transparencia del agua, etc.

      3 Recorridos para la localización del accidentado: ante el desconocimiento del lugar exacto donde se encuentra la persona sumergida se podrían efectuar diferentes recorridos con el objetivo de no pasar por el mismo sitio varias veces y ganar tiempo. Estos recorridos son:

      1 Cuadro de expansión: se comenzaría por el lugar en el que el socorrista acuático sospecha que se encuentra la persona y se iría abriendo un cuadrado progresivamente.

      2 Rastreo en línea: se comenzaría unos metros antes del lugar en el que el socorrista sospecha que se encuentra la persona e iría progresando barriendo la zona a uno y otro lado.

      3 Búsqueda en sector: se empezaría por el lugar en el que el socorrista piensa que se encuentra el accidentado y se iría abriendo un círculo, volviendo siempre al centro del mismo.

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       Aplicación práctica

       Usted es un socorrista acuático de la playa de la Victoria en Cádiz. Está en su torre vigilando y ve pasar por delante de su torre a un compañero que se dirige a hacer un relevo en otra torre unos metros más lejos de la suya. De repente se percata de que en el agua una moto acuática se dirige a toda velocidad hacia una lancha que permanece parada, ocupada por cuatro chicos. El chico de la moto no consigue controlarla por lo que choca contra la lancha. Este sale despedido de la moto y dos de los chicos de la lancha también caen al agua. Le da tiempo a ver como los chicos de la lancha salen a la superficie pero al de la moto lo ha perdido de vista.

       ¿Qué haría en esta situación desde que ve el accidente hasta que consigue llegar al lugar donde se encuentran los accidentados? ¿Utilizaría la ayuda de algún material para realizar la búsqueda y rescate del chico que no ha salido a la superficie?

       SOLUCIÓN

      En primer lugar se debe llamar al compañero, que por suerte está pasando por delante de la torre, para que ayude en el rescate. Seguidamente se cogerían las gafas de buceo, el tubo, las aletas y un cuchillo que es imprescindible llevar para realizar un rescate. Se utilizaría este material porque es el más manejable y más sencillo de poner, por lo que no quita tiempo y puede facilitar la búsqueda de los accidentados.

      Posteriormente hay que dirigirse hacia el lugar del accidente nadando pero sin malgastar demasiada energía, ya que se debe reservar para la búsqueda de la persona sumergida y el remolque de la misma, en el caso que sea necesario. Una vez en el