José Luis Sesmero Carrasco

Aprovisionamiento y montaje para servicios de catering. HOTR0308


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con mucha exigencia física y/o psicológica, y que se muevan a grandes niveles, pero a pequeña escala se podría utilizar para ubicar a dos tipos de integrantes de grupos: aquellos que quieren la responsabilidad (algunos estarían capacitados para ello y otros no) y los que no la quieren. En un momento clave, por supuesto habrá que dar la opción a los que quieren dicha responsabilidad y están capacitados para adquirirla.

      7 Coordinador con capacidad de visión y comunicación. Un grupo se puede sentir perdido si no sabe a dónde va. Esto puede suceder porque su coordinador no sepa claramente cuáles son sus objetivos, o no sepa explicarlos con claridad.

      8 Las actitudes pueden realzar o arruinar a un equipo. Un equipo bien coordinado, diseñado, equipado e integrado por personas con conocimiento y experiencia no siempre es garantía de éxito. Las malas actitudes puedan dar al traste con el normal funcionamiento del grupo. Usual-mente las malas actitudes se detectan en uno o varios integrantes del grupo y lo común es intentar cambiarlas y, si no fuese posible, apartar a la/s persona/s problemáticas del grupo.

      9 Confianza mutua entre los integrantes. El clima de trabajo debe favorecer el que todos los miembros del grupo se fíen de sus compañeros y puedan contar con ellos para cualquier situación que se presente. Para ello todos se deben prestar al grupo en la misma medida.

      10 Todos los miembros del grupo deben esforzarse. Es quizá una de las malas actitudes a las que se hacía referencia anteriormente. Es una equivocación pensar que si como integrante de un grupo se baja el nivel de esfuerzo, te beneficiarás igualmente del de los demás. Es algo a corregir desde que se detecta.

      11 Evaluación y ajustes. Cuando se planifica el trabajo, se cuenta con cierta información acerca del mismo, que puede hacer prever la mayoría de las situaciones que se podrán dar durante su desarrollo. Sin embargo no siempre salen las cosas como se proyectaron, por lo que habrá que estar siempre evaluando los resultados que se van obteniendo y variar la planificación en la medida que sea necesario.

      12 Identidad con el grupo. Todos los integrantes del grupo de trabajo deben poder sentirse identificados con el mismo. Esto es importante para crear la confianza mutua necesaria, para aceptar el reparto de tareas, para facilitar la prestación de ayudas, etc.

      Desde hace algún tiempo en el mundo empresarial se suele apreciar más las cualidades del trabajador para integrarse en un grupo de trabajo que sus características individuales.

      Esta forma de trabajar requiere de los individuos que integran los grupos de trabajo una serie de actitudes y aptitudes muy particulares que, aunque hoy día están muy aceptadas y extendidas, conviene refrescar para que sean tenidas en cuenta antes y durante la formación de estos grupos de trabajo.

      Hay autores que hablan de la regla de las cinco ‘C’, un conjunto de actitudes y aptitudes de las que deben hacer gala todos los integrantes de un grupo de trabajo.

      1 Coordinación. Sea quien sea el coordinador del grupo de trabajo (alguno de sus integrantes o un profesional encargado de todos ellos), este necesita una figura que vaya ordenando las tareas y reubicando a sus miembros para que todo vaya perfectamente bien.

      2 Complementariedad. Al escoger a los integrantes de un grupo de trabajo se tendrá en cuenta cuál es su formación y experiencia, de modo que no haya concentración de profesionales parecidos, ni carencia de alguna de las áreas necesarias para abordar el trabajo. Las habilidades de los miembros del grupo no se pueden solapar ni el grupo debe care-cer de alguna que sea necesaria. El conjunto debe ser completamente complementario.

      3 Comunicación. No es la primera vez que se hace uso de este concepto para explicar lo necesario que es que todos los miembros del grupo estén perfectamente enterados de cómo irá, cómo va y cómo ha ido el conjunto del trabajo acometido. Es una actitud fundamental en todos los miembros de los grupos, coordinadores y trabajadores.

      4 Compromiso. Es el gran pilar del trabajo en equipo. Es la asunción de que el objetivo no es individual sino común, y la forma de prestarse al resto de compañeros para con el trabajo individual colaborar en la consecución de dicho objetivo.

      5 Confianza. Se trata de dar, pero también de recibir. El grupo tiene que estar bajo la creencia de que todos están trabajando para el conjunto, haciendo su sacrificio por el bien del grupo. Para alcanzar ese grado de confianza, la elección de los integrantes, su formación y el fomento de la continua comunicación entre ellos es fundamental.

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       Nota

      Está demostrado que el trabajo en grupo da como resultado un extra al trabajo individual de todos sus integrantes y no solo la suma de sus esfuerzos. Es por ello que la empresa actual prefiera personas que sepan integrarse en equipos de trabajo.

      3.1. Actitudes en un equipo de trabajo. Coordinador

      Las actitudes que deben tener los integrantes de un grupo o equipo de trabajo pasan por el respeto del coordinador, que fomentando en todo momento positividad y entusiasmo deberá:

      1 Repartir trabajo y responsabilidades. Cada vez es más habitual que el reparto de tareas se convierta en reparto de problemas. Esta es una forma de proceder que hay que erradicar para no caer en el desánimo desde el mismo momento en el que se empieza a tomar contacto con la tarea a realizar.

      2 El equipo de trabajo no son solo los compañeros con los que compartimos espacio. Hay coordinadores que tienden a decir que “su equipo” son las personas que se sientan alrededor de su mesa en las reuniones de su departamento. Esto es erróneo desde el punto y hora que los equipos siempre pertenecen a equipos mayores, y están formados a su vez por pequeños equipos (el equipo más pequeño será el proyecto a emprender, y el más grande será la propia empresa).

      3 Erradicar frases como: “Si no eres parte de la solución, eres parte del problema”. Este tipo de posturas por parte de la coordinación de equipos de trabajo, hace que el encargo de una tarea sea vista como algo tan trascendental que no se puede fallar, transmitiendo el consiguiente miedo al error y pudiendo anular las buenas cualidades de la persona a quien se le está encargando la tarea. Este tipo de presiones no son buenas para todas las tareas y a todos los niveles. Hay que saber cuánta presión se debe transmitir y a quién dirigirla.

      4 Todo proyecto asignado a un grupo de trabajo depende de otros profesionales. Siendo así, no se debe nunca caer en el error de pensar que el resto de profesionales o de grupos de la empresa son rivales de este proyecto. Si no dependen en la actualidad de alguno de ellos, lo puede hacer en el futuro. Para evitar esto nunca se le dice a un grupo “es vuestro problema”, porque realmente nunca lo es (solo de ellos).

      5 La solución no es patrimonio solo del equipo que la consiga. Del mismo modo que el “problema” es común, la solución a ese problema, que en el reparto de tareas quedó en manos de unos pocos, también es de todos, y así hay que hacerlo saber en el momento en el que haya que premiar la consecución de un objetivo.

      6 Mantener siempre alta la moral de los equipos de trabajo. Hay que transmitir la importancia de los trabajos encomendados. Ayudan frases como “tenemos un problema y necesitamos que lo solucionéis”, en lugar de “este es vuestro problema, solucionadlo”.

      7 Premiar la consecución de pequeños objetivos. Se puede tener mucho más efecto sobre la moral de la plantilla haciéndoles ver que han sido necesarios para solucionar un problema, que el que hayan cumplido con alguna de sus obligaciones.

      8 Los errores de los empleados no “salvan” a los jefes de posibles represalias. Hay una falsa creencia entre los coordinadores, jefes o directores de equipos en que mientras sus empleados se equivoquen ellos pueden siempre alegar su incompetencia para sentirse a salvo cuando les pidan cuentas. Más tarde o más temprano les pedirán responsabilidades por no haber hecho de ellos personal competente.

      9 La presión no es necesaria para trabajar bien. Esto dicho así puede dar lugar incluso a sorna