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El Ego
El Ego© Iván Durán, 2011
D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2011
Batalla de Casa Blanca Manzana 143-3 Lote 1621
Col. Leyes de Reforma, 3a. Sección
C. P. 09310, México, D. F.
Tel. 5581 3202
www.lectorum.com.mx
Primera edición: marzo de 2011
ISBN: 978-607-457-160-8
© Portada: Perla Alejandra López Romo
Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.
Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.
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El silencio no existe,
lo que existe es la
vibración de la energía
espiritual autoconsciente
que el ego, con su ruido
psíquico, no deja percibir.
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Probablemente no se ha escrito un libro en el que todas las piezas se armen y construyan un mapa evolutivo para el desarrollo de la conciencia humana tan fructífero, sabio e importante como es el conocimiento planteado por Iván Durán.
Claramente, su mensaje nos enseña a introducirnos en la profundidad de un nuevo paradigma de la conciencia que nos devela la posibilidad de despertar e iluminar nuestra mente dormida, pudiendo conocer y trascender el gran engaño de esta ilusoria dualidad material en que vivimos.
Este libro es una expresión del profundo misterio de la existencia humana, por eso contiene capas y capas de aprendizaje, según el nivel de conciencia de cada lector. En la medida que uno va experimentando el Contacto Directo más va despertando la mente y más va unificando su conciencia.
Para mi trabajo interno, ha sido fundamental comprender la fuerza del ego, su origen y cómo liberarse de su hipnotizadora energía. Las enseñanzas de Iván me han permitido experimentar mi proceso evolutivo con un nivel de compromiso, profundidad, constancia y pureza como ningún método o disciplina lo lograra antes.
Hay seres que vienen a este mundo con el propósito claro de aportar un eslabón en la evolución de la conciencia humana. Iván Durán es ciertamente uno de ellos. El autor, con extraordinaria dedicación a lo largo de su vida, consigue plasmar un conocimiento que en mi experiencia ha sido un aporte esencial para el despertar de mi conciencia.
Ana María Sepúlveda Z.
psicóloga transpersonal
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El presente libro es el resultado de treinta y cinco años de investigación de la conciencia humana y de una dura lucha contra las energías centrípetas, magnéticas, y caídas de la materia. Después de mucha observación, autoobservación y meditación aprendí que los seres humanos estamos encapsulados en una conciencia ensimismada (ego), que es la que nos enceguece y nos despoja del discernimiento, haciéndonos cometer errores permanentemente.
Desde muy joven comprendí que en la tercera dimensión en la que vive nuestra psiquis, la gente no posee autonomía sobre sus actos. Comprobé que la enorme fuerza de la energía instintiva de este plano mantiene a la gente sin conciencia de sí misma, mecánica y frenada en su evolución. Descubrí que la única forma de despertar y rescatar a la mente humana de su bajísimo nivel de conciencia, es desegotizándola, desalegorizándola y desmagnetizándola con energía espiritual autoconsciente.
He tratado de abordar y escribir de la manera más accesible posible el difícil y abstracto tema del psiquismo humano. Y para vencer la gran resistencia y obstáculos que presenta la conciencia de la materia (ego) al despertar de la mente, he utilizado la reiteración y el múltiple enfoque de los temas.
Iván Durán Garlick
investigador de la conciencia humana
Nota preliminar
Antes de comenzar a ver cómo el ego impide el Contacto Directo con los planos altos de la conciencia, es necesario reconocer nuestros egos predominantes. Anote en un papel cuáles de los siguientes egos sobresalen y se repiten más en usted.
· Ego sabelotodo = es el que siempre cree tener la razón, le gusta dar consejos sobre todo, siempre contesta aunque no sepa, cree tener respuesta para todo, no se puede quedar callado.
· Ego insaciable = es el ego “centro de mesa”, no le gusta pasar desapercibido, hace cualquier cosa para llamar la atención.
· Ego interruptor = su necesidad de autorreferencia es tan fuerte que interrumpe permanentemente, nunca deja que los otros terminen de hablar.
· Ego envidioso = es el que no soporta los triunfos y éxitos de otros. Degrada a los que cree que son mejores que él.
· Ego prestigioso = es el ego que busca aplausos, reconocimiento y admiración en todo lo que hace. Siempre quiere ser el mejor. Frecuentemente le dice a los demás: “te lo advertí”, “yo sabía”, “te lo dije, pero tú nunca me escuchas”, etcétera.
· Ego jinete = se monta en lo que dicen otros. Se aprovecha de los datos de los demás para su propio beneficio. Saca partido de lo que otros dicen para estructurar sus propias intervenciones. Es copión y usurpador.
· Ego sordo = nunca escucha, le gusta hablar sólo a él, habitualente finge escuchar.
· Ego manipulador = es aquel ego astuto que siempre se las arregla, ya sea tergiversando, acomodando, engañando, mintiendo o justificando para que las cosas resulten siempre a su favor.
· Ego orgulloso = es competitivo, discutidor, que no le gusta perder y le cuesta reconocer sus errores.
· Ego premental (silencioso) = es aquel que, calladamente, tiene un discurso paralelo, es criticón, hipócrita y enjuiciador.
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Introducción
Increíblemente engañado, usted cree que el sentido de su estadía en la Tierra es lograr hacer realidad los ensueños que este plano material de existencia introduce en su mente. En esta tercera dimensión en que vivimos, nuestra psiquis todavía está dormida, creemos que controlamos nuestras vidas, pero en realidad somos unos títeres dirigidos por fuerzas instintivas, magnéticas y egocéntricas, que a través de una invisible dictadura nos hacen movilizarnos.
Sabemos que el ser humano está compuesto de materia y de espíritu, pero por razones que investigaremos profundamente en este libro, nos daremos cuenta que la conciencia material ha crecido desmesuradamente opacando al espíritu, provocando un desequilibrio que ha hecho caer a la mente a los planos bajos e inconscientes.
Es importante, ante todo, saber que el espíritu, paradójicamente es la esencia de la materia. Por lo tanto es consciente de ella, pero la materia no necesariamente es consciente del espíritu. A consecuencia de esta desconexión de la materia con el espíritu vemos que el ser humano, pudiendo experimentar los estados más altos de la conciencia, vive atrapado en esta tridimensión material, creyéndose un ego separado del Todo. Las personas poseen, intrínsecamente, herramientas para elevar su mente y gozar de los maravillosos dones del espíritu; sin embargo, se han quedado ancladas al mundo, sucumbiendo ante la poderosa y sugestiva fuerza de la materia que los ha divorciado de lo verdaderamente divino.
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