me presenta. Este pensamiento me hace posible ser humano y no perfecto, y recobrar la tranquilidad de espíritu.
13 de ENERO
NO SUCEDE DE LA NOCHE A LA MAÑANA
No estamos curados del alcoholismo. Lo que en realidad tenemos es una suspensión diaria de nuestra sentencia, que depende del mantenimiento de nuestra condición espiritual.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 85
La fantasía alcohólica más común parece ser: “Con que sencillamente no beba, todo estará muy bien”. Una vez que se me aclaró la niebla, vi —por primera vez— el desastre en que se había convertido mi vida. Tenía problemas familiares, económicos, legales y profesionales; tenía dudas provocadas por viejas ideas religiosas; había aspectos de mi carácter a los que tenía tendencia a hacer la vista gorda porque fácilmente me podrían haber convencido de que era un desahuciado y haberme impulsado nuevamente a escapar. El Libro Grande me servía como guía para solucionar todos mis problemas. Pero no sucedió de la noche a la mañana — ni tampoco automáticamente, sin que yo hiciera un esfuerzo. Siempre tengo que reconocer la misericordia y las bendiciones de Dios que brillan a través de cualquier problema que tenga que enfrentar.
14 de ENERO
SIN LAMENTACIONES
No nos lamentaremos por el pasado ni desearemos cerrar la puerta que nos lleva a él.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 83
Una vez que logré mi sobriedad, empecé a ver el desperdicio que había sido mi vida y experimenté sentimientos sobrecogedores de culpabilidad y de arrepentimiento. Los Pasos Cuarto y Quinto del programa me ayudaron enormemente a aliviar aquellos molestos arrepentimientos. Supe que mi egocentrismo y deshonestidad retoñaban en alto grado de mi forma de beber y que yo bebía porque soy alcohólico. Ahora veo que aun mis más desagradables experiencias pueden transformarse en oro porque, como alcohólico sobrio, puedo compartirlas para ayudar a mis compañeros alcohólicos, y en particular a los recién llegados. Ahora, varios años sobrio en A.A., ya no me lamento del pasado; simplemente estoy agradecido por estar consciente del amor de Dios y por la ayuda que puedo dar a otros en la Comunidad.
15 de ENERO
UN INSOSPECHADO RECURSO INTERIOR
Con pocas excepciones, nuestros miembros encuentran que han descubierto un insospechado recurso interior, que pronto identifican con su propio concepto de un Poder superior a ellos mismos.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 519
Desde mis primeros días en A.A., mientras luchaba por la sobriedad, yo encontraba esperanza en esas palabras de nuestros cofundadores. Frecuentemente meditaba sobre la frase: “nuestros miembros han descubierto un insospechado recurso interior”. Me preguntaba a mí mismo, ¿cómo yo que soy tan impotente puedo encontrar el Poder dentro de mí? Con el tiempo, como los cofundadores habían prometido, caí en la cuenta: yo siempre he tenido la opción de escoger entre lo bueno y lo malo, entre generosidad y egoísmo, entre serenidad y temor. Ese Poder superior a mí mismo es una dádiva original que no llegué a reconocer hasta que no logré la sobriedad diaria a través de vivir los Doce Pasos de A.A.
16 de ENERO
TOCAR FONDO
¿Por qué tanta insistencia en que todo A.A. toque fondo primero? La respuesta es que muy poca gente tratará de practicar sinceramente el programa de A.A. a menos que haya tocado fondo. Porque la práctica de los restantes once Pasos de A.A. supone actitudes y acciones que casi ningún alcohólico que todavía bebe podría siquiera soñar en adoptar.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 22
Al tocar fondo se me abrió la mente y estuve dispuesto a probar algo diferente. Lo que probé fue A.A. Mi nueva vida en la Comunidad era como aprender a montar en bicicleta: A.A. se convirtió en mis ruedas de entrenamiento y mi mano de apoyo. No era que estaba buscando ayuda, sino simplemente que no quería volver a sufrir tanto. Mi deseo de evitar volver a tocar fondo era más fuerte que mi deseo de beber. Al principio eso era lo que me mantenía sobrio. Pero con el tiempo me encontraba trabajando en los Pasos lo mejor que podía. Pronto me di cuenta de que mis actitudes y acciones estaban cambiando — aunque fuera ligeramente. Un Día a la Vez, llegué a sentirme cómodo conmigo mismo y con otros, y las heridas empezaban a sanar.
17 de ENERO
LA FELICIDAD LLEGA QUEDAMENTE
El problema que teníamos los alcohólicos era éste: Exigíamos que el mundo nos diera felicidad y tranquilidad de espíritu exactamente en la forma en que nos conviniera obtenerlas — por medio del alcohol. Y no tuvimos éxito. Pero cuando dedicamos algún tiempo a enterarnos de algunas de las leyes espirituales y a familiarizarnos con ellas, y a ponerlas en práctica, entonces obtenemos felicidad y tranquilidad de espíritu… Parece que hay algunas reglas que tenemos que cumplir, pero la felicidad y la tranquilidad de espíritu siempre están allí, a la libre disposición de cualquiera.
EL DR. BOB Y LOS BUENOS VETERANOS, p. 323
La simplicidad del programa de A.A. me enseña que la felicidad no es algo que yo pueda exigir. Me llega muy quedamente mientras sirvo a otros. Al ofrecer mi mano al recién llegado o a alguien que ha recaído, veo que mi propia sobriedad ha sido reforzada con una indescriptible gratitud y felicidad.
18 de ENERO
¿TE AYUDARÍA UN TRAGO?
Al repasar nuestros historiales de bebedores, podíamos demostrar que, años antes de darnos cuenta, ya estábamos fuera de control, que incluso entonces nuestra forma de beber no era un simple hábito, sino que en verdad era el comienzo de una progresión fatal.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 21
Cuando yo todavía estaba bebiendo, no podía responder a cualquier situación de la vida como lo hacía otra gente más sana. El más pequeño de los incidentes me producía un estado de ánimo tal que creía necesario tomarme un trago para adormecer mis sentimientos. Pero el adormecimiento no mejoraba la situación, así que tenía que buscar nuevo escape en la botella. Hoy tengo que estar consciente de mi alcoholismo. No puedo darme el lujo de creer que yo he adquirido control sobre mi forma de beber — o pensar otra vez que he reconquistado el control de mi vida. Tal sentimiento de control es fatal para mi recuperación.
19 de ENERO
FE A TODA HORA
La fe tiene que operar en y a través de nosotros las veinticuatro horas del día, o de lo contrario pereceremos.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 16
La esencia de mi espiritualidad, y de mi sobriedad, descansa en una fe que dura las veinticuatro horas de cada día, fe en un Poder Superior. Tengo que confiar en el Dios de mi entendimiento y tenerlo siempre presente según sigo adelante con mis actividades diarias. ¡Qué reconfortante es para mí la idea de que Dios obra en y por medio de la gente! Al hacer una pausa en mi rutina cotidiana, ¿traigo a la memoria ejemplos concretos y particulares de la presencia de Dios? ¿Me siento maravillado e inspirado por la multitud de veces en las que este poder se pone de manifiesto? Estoy rebosante de gratitud por la presencia de Dios en mi vida de recuperación. De no tener esta fuerza omnipotente en todas mis actividades, volvería a hundirme en el abismo de mi enfermedad — y la muerte.
20 de ENERO
“HACEMOS UNA PAUSA... Y PEDIMOS”
A medida que transcurre el día, hacemos una pausa si estamos inquietos o en duda, y pedimos que se nos conceda la idea justa o la debida manera de actuar.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 87-88
Humildemente le pido hoy a mi Poder Superior que me dé la gracia de encontrar el espacio entre mi impulso y mi acción; que deje correr una brisa refrescante