Osho

Dimensiones más allá de lo conocido


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relación con la conciencia de la persona, la experiencia sucede por primera vez. La experiencia es tan original, tan fresca, que cualquiera que la tiene, nunca llega a sentir que pueda ser vieja. Es como la frescura de una flor abriéndose en la mañana, sus pétalos húmedos con el rocío, los primeros rayos del sol cayendo sobre ellos. Al ver esta flor, alguien que la hubiera visto por primera vez no podría decir que esa flor es vieja, aunque cada mañana se abra una nueva flor.

      Cada mañana el rocío y los rayos del sol caen sobre flores nuevas. Los ojos de alguien pudieron haber visto estas flores todos los días, pero cualquiera que haya visto la flor en este escenario por primera vez, no puede siquiera pensar que esa flor haya sido vista antes. Es tan nuevo que si quien lo experimenta afirma que la verdad nunca puede ser vieja, que siempre es nueva y original, no está equivocado.

      Decimos que la religión es ancestral y eterna, porque la verdad es imperecedera. Pero la religión también es nueva, porque cada vez que la verdad se realiza, la experiencia es nueva, fresca y virginal.

      Si una persona cree que la religión es vieja o si cree que es nueva, no será inconsistente con la verdad. Si dice que la verdad es eterna y sostiene que no puede ser nueva, no podrás decir que sea inconsistente. Por otro lado, alguien más puede sostener que la verdad es siempre nueva.

      Si preguntamos a Gurdjieff, diría que la religión es eterna y ancestral; si se le pregunta a Krishnamurti, diría que es absolutamente nueva, que nunca podría ser vieja. Sin embargo, ambos son consistentes.

      La pregunta que me haces no se la podría hacer ni a Gurdjieff ni a Krishnamurti. Sus respuestas sólo serían verdades a medias. Las medias verdades pueden ser siempre consistentes, pero una verdad total siempre es inconsistente, porque en una verdad total el opuesto también queda incluido.

      Una persona puede decir que la verdad es luz y sólo luz. Entonces ignoraría la oscuridad y la vería como falsa. Pero el sólo llamar a la oscuridad falsa, no niega la existencia de la oscuridad. Puede ser consistente, porque niega la oscuridad y no se preocupa por su existencia. Su filosofía puede ser clara, correcta y consistente, como las matemáticas. En su filosofía no habrá acertijos. Sin embargo, alguien que dijera que en todos lados hay oscuridad y sólo oscuridad, y que la luz es sólo una ilusión, puede ser también consistente.

      Las dificultades surgen cuando una persona dice que hay oscuridad y que también hay luz. Alguien que acepta la existencia de ambas, está aceptando, de hecho, que la oscuridad y la luz solamente son extremos de la misma cosa. Si la oscuridad y la luz fueran dos cosas diferentes, entonces, al incrementar la luz, no se reduciría la oscuridad y, al disminuir la luz, no aumentaría la oscuridad. Pero es un hecho que debido al aumento o decremento de luz, la oscuridad puede disminuir o aumentar. El significado es claro: la luz es, de alguna manera, parte de la oscuridad y viceversa. Ambas son dos extremos de una cosa.

      Entonces, cuando trato de decir verdad total, surge la dificultad de que parezco inconsistente. Estoy diciendo al mismo tiempo dos cosas que parecen contradictorias. Digo que la verdad es eterna y que está mal llamarla nueva, y al mismo tiempo, también digo que la verdad es siempre nueva y que no tiene sentido llamarla vieja. Cuando digo estas dos cosas al mismo tiempo, intento atrapar toda la verdad de una vez, en su completa plenitud.

      Siempre que la verdad sea dicha en su plenitud, en sus múltiples significados, por tanto opuestos, se habrán hecho declaraciones inconsistentes. La teoría de Mahavira de styatavada es sólo un intento de balancear los puntos de vista opuestos. Contra todo lo que se diga en la primera oración, deberá hacerse una declaración opuesta en la segunda. De esta manera, también queda incluido y comprendido lo opuesto, que de otra manera permanecería sin decirse.

      Si se deja fuera lo opuesto, la verdad será incompleta. Por tanto, todas las verdades que aparecen claras y sin ambigüedad, en realidad, son medias verdades. La inconsistencia es inherente a la verdad, y de ahí su belleza y complejidad. Pero su poder radica en la inclusión de opuestos polares.

      Es interesante notar que algo falso no puede incluir su opuesto. Aquello que es falso sólo puede vivir en el polo opuesto a la verdad, mientras que la verdad absorbe dentro de ella a su propio opuesto. Es por eso que la falsedad no es ambigua, es clara.

      La vida como un todo está cimentada en opuestos polares. En la vida nada ocurre sin la lucha de opuestos, pero tratamos de eliminar las inconsistencias con nuestra mente y nuestros razonamientos. Nuestro razonar es un intento de hacer consistente lo que en su totalidad aparece inconsistente. En la existencia, todas las inconsistencias están juntas. Vida y muerte están unidas entre sí.

      La lógica parece pulcra, porque divide las cosas en opuestos. Por lógica, la vida es la vida y la muerte es la muerte; no pueden ir juntas. Con lógica decimos que A es A, y no B. Decimos que la vida es la vida, no la muerte. De manera similar, la muerte es la muerte; no la vida. De esta manera, nuestros conceptos se hacen pulcros y matemáticos, pero se pierde el misterio de la vida. Es por eso que no se puede llegar a la verdad razonando. Uno es el intento de ser consistente y el otro, por su propia naturaleza, es inconsistente. Puede, entonces, lograrse la consistencia razonando. Se puede razonar tan bien, tan lógico, que no es posible ser derrotado en una discusión. Pero la verdad se escapará.

      No soy un filósofo o un practicante de la lógica, pero siempre la uso. La estoy usando con el único propósito de conducir tu pensamiento a un punto donde pueda ser impulsado a salirse de ahí. Si no se agota el razonamiento, no se puede ir más allá. Estoy subiendo por una escalera, pero mi meta no es la escalera; debo soltarla. Uso el razonamiento sólo para conocer lo que está más allá de él. No quiero dejar establecido nada por medio del razonamiento. En cambio, lo que quiero es probar su inutilidad.

      Por tanto, mis declaraciones son inconsistentes e ilógicas. Mientras aparezcan como lógicas, por favor, entiende que solo estoy usando un sistema que las hace ver así. Estoy preparando el terreno para lo que sigue. Estoy afinando los instrumentos; la música aún no comienza.

      Donde se pierda la línea que divide la razón de la no-razón es donde empieza mi música única y original. Tan pronto como los instrumentos estén afinados, empezará la música. Pero no confundan la afinación con la música; de otra manera, habrá dificultades. Se preguntarán: “¿De qué se trata? Antes usabas el martillo para el tambor, ¿por qué ya no lo usas?”. Sucede que el martillo sólo es para afinar el tambor, no para tocarlo. Una vez que el tambor está afinado, no tiene uso el martillo. No se puede tocar el tambor con el martillo.

      De la misma manera, razonar es solamente la preparación para lo que está más allá de razonar. Una de las dificultades que tengo es que aquellos que aprueban mis razonamientos, después de pocos momentos, descubren que los estoy llevando dentro de un área de oscuridad. Mientras se pueda ver el razonamiento, habrá luz y las cosas parecerán brillantes y claras. Pero entonces, alguien dirá que prometí mostrarle la luz y ahora estoy hablando de conducirlo a la oscuridad. Entonces estará enfadado conmigo y me dirá: “Me gusta lo que has dicho hasta ahora, pero no puedo ir más allá contigo”. Confía en mí para razonar con él, sobre la verdad, y luego le digo que debemos ir más allá del razonamiento para alcanzar la luz.

      Aquellos que creen en la confianza tampoco me aceptarán, ni me seguirán, ni caminarán conmigo, porque quieren que hable solo de misterios incomprensibles. Entonces ambos tipos de individuo tendrán problemas conmigo.

      Los creyentes en la razón sólo me seguirán hasta cierto punto, mientras que los creyentes en la verdad, que creen en lo irracional, no me seguirán para nada; nunca entenderán que solamente si siguen mas allá de cierto punto, podré llevarlos dentro de la inconsistencia.

      Entiendo esto. La vida es así. La razón puede ser sólo un instrumento, no una meta. Por eso, siempre haré declaraciones ilógicas después de haber hablado de asuntos completamente lógicos. Estas declaraciones parecerán inconsistentes, pero estarán bien pensadas y no serán hechas sin razón. De mi lado hay una razón lúcida.

      En ciertos momentos diré que no estoy influenciado por Mahavira, Buda, Krishna o Cristo, que no digo