Herbert Alexander Simon

El comportamiento administrativo


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Y una con una función de utilidad no realista no provee las bases para comprender las organizaciones reales” (Simon, 1997.d).

      “La fuente de la simplicidad de una teoría es la existencia de patrones de detección de los fenómenos que la teoría describe y explica” (Simon, 2002.a).

      01. El Capítulo I, conforme señalé en el Prefacio de esta edición, constituye el preludio de la obra, en el que Simon expuso el propósito de su investigación, describiéndola como el “proceso de elección que lleva a la acción”, a partir de la convicción de que el pragmatismo en la dirección de instituciones implicaba tanto las decisiones como las acciones.

      En este primer capítulo, Simon realizó, a manera introductoria, un “paneo” de su teoría central del proceso de decisión, la elección y el comportamiento, la composición de los elementos de valor y hecho, los modos de influencia (como la autoridad y las lealtades organizacionales), las derivaciones de las teorías en el diseño de organizaciones (como la eficiencia y el equilibrio organizacional) y un sumario general de la obra, por capítulo.

      En el Comentario al Capítulo I, Simon se explayó sobre el concepto de organización, vinculándolo con los conceptos de personalidad, mercados y las teorías acerca del fenómeno. Asimismo, expresó su visión sobre la anatomía del proceso de la adopción de decisiones y la utilización de los ordenadores.

      Por tratarse del capítulo que el mismo Simon describe como una introducción a los temas a desarrollarse posteriormente, no se formularán observaciones, notas o referencias específicas referidas a cada uno de los temas expuestos de manera preliminar, reservándose estas para la oportunidad de cada tratamiento, en cada capítulo. Las observaciones se realizarán sobre temas considerados importantes para una visión preliminar.

      Así, en esta sección, en primer lugar, se hará mención a las ediciones anteriores (Simon, 1957.a; 1976.a) a la cuarta edición en inglés. En ellas, en la sección respectiva (Introducción), Simon amplificó los conceptos vertidos y dio interpretaciones diferentes, así como anotició del cambio del contenido y forma de sus investigaciones. En segundo término, se establecerán las observaciones al proceso de decisión, con la visión renovada de sus escritos posteriores. En tercer lugar, se formulará la distinción entre el proceso de la toma de decisiones y el proceso de la creación de sentido, diferenciando sus raíces filosóficas. En cuarto lugar, se realizarán observaciones al Comentario de Simon al Capítulo I. Finalmente, se aconsejará una metodología de lectura de la obra.

      02. En la Introducción a la segunda edición en inglés, Simon dijo: “Diez años no son un período largo en la historia de las ideas, pero la última década ha resultado poco corriente en este aspecto y no carece de importancia para un libro que lleva por subtítulo ‘Estudio de los procesos decisorios en la organización administrativa’. Supongo que podría alardear de cierto don profético por haber incorporado al título y al subtítulo tres de los conceptos que están más de moda en la ciencia social: ‘comportamiento’, ‘procesos decisorios o toma de decisiones’ y ‘organización’. Los progresos del saber humano proyectan ante sí, en mayor grado que otros acontecimientos, sombras muy largas; y había muchas razones para prever (ya en 1942, año en que se escribió por primera vez el cuerpo principal de este libro) algunas de las direcciones generales que seguirían dichos progresos. En realidad, el que muchos científicos hayan hecho predicciones parecidas, abordando, desde diversos ángulos, la misma línea general de problemas, ha constituido el factor principal en la realización de los extraordinarios avances que ahora estamos viendo en este campo del conocimiento” (Simon, 1957.a).

      En la Introducción de la tercera edición, expresó Simon: “En esta tercera edición, como en la segunda, el texto del trabajo original (Capítulos I al XI) se mantiene intacto, ya que no hay nada especial en él de lo que desee retractarme. El Comportamiento Administrativo me ha servido como puerto de embarque útil y verídico para mis viajes de descubrimiento en la toma de decisiones humanas; la relación entre la estructura de la organización y la toma de decisiones; entre la investigación operativa de la toma de decisiones formalizada y las ciencias de la administración y, en estos últimos tiempos, entre el pensamiento y las actividades tendientes a resolver problemas de algunas personas” (Simon, 1976.a).

      En ambas ediciones, incluyó una sección que denominó “Relación de la teoría formal de la toma de decisiones con los progresos actuales”, en la que detalló los avances habidos en variados campos. De estos, dos campos disciplinarios influenciaron notoriamente a Simon: la denominada teoría de los juegos (von Neumann & Morgenstern, 1944; Luce & Raiffa, 1954) y la llamada teoría estadística de la decisión (Neyman & Pearson, 1933; Wald, 1950; Savage, 1954; Edwards, 1954).

       (1) La idea de representar el posible comportamiento futuro como un ‘árbol’ en el que varias ramas nacen de cada punto de elección, de modo que el individuo tiene que seleccionar la rama apropiada a seguir, partiendo de cada uno de esos puntos. Este concepto es mucho más antiguo que la teoría moderna de los juegos, ya que aparece en publicaciones que datan de 1893. Es intuitivamente familiar para la mayoría de los ajedrecistas y los psicólogos que han experimentado con ratas que corren en un laberinto.

      (4) La idea de definir la elección racional en las situaciones de competencia con más de dos jugadores, en relación con las posibilidades de formar coaliciones. Esta fue la nueva idea importante propuesta en 1945 con la publicación de Theory of Games and Economic Behavior. Hasta el presente, esta idea ha tenido algunas aplicaciones en las ciencias políticas, pero muy poca en economía o en la teoría de la organización.

      La teoría de la elección racional de El Comportamiento Administrativo incorpora el punto (1) de esta lista, pero no es compatible con el punto (3). Los puntos restantes caracterizan más al hombre económico que al hombre administrativo y no son parte de este modelo utilizado aquí. Esta distinción vital ha sido pasada por alto por los críticos, quienes supusieron erróneamente que el concepto de ‘racional’ en El Comportamiento Administrativo tiene en esencia el mismo significado que para los economistas clásicos, los teóricos de los juegos de estrategia y los de las decisiones estadísticas” (Simon, 1957.a; 1976.a).