modo opuesto, cuando existe la capacidad de:
Identificar un problema.
Evaluar el grado de intervención sobre el mismo.
Anticipar sus posibles consecuencias.
Barajar alternativas de resolución.
y pasar a la acción (sin angustia, ni implicando un costo psicofísico significativo), estaríamos ante una manifestación ADECUADA Y REGULADA de la preocupación.
RECUERDE:
El Sistema Nervioso Central (SNC) está al servicio de activar nuestra ansiedad como una respuesta de defensa ante un peligro percibido.
Genera respuestas de lucha, huida o parálisis con el fin de preservar la supervivencia.
La ansiedad normal funciona como un mecanismo que habilita a resolver problemas, sin llegar a la desesperación o angustia.
El organismo puede verse afectado por la hiperactividad del Sistema Nervioso Central (SNC). Esto es lo que llamamos ansiedad desregulada, donde cualquier estímulo banal, a causa de nuestra percepción, tiene posibilidad de transformarse en un peligro potencial.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada o “T.A.G.”, es la manifestación de un funcionamiento desregulado de la preocupación.
En el TAG la ansiedad es permanente y la preocupación fluida. Oscila de un tópico a otro.
CAPÍTULO II
Historia y Epidemiología del TAG
Evolución de los criterios diagnósticos
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) anteriormente era nombrado como Neurosis de Angustia o Neurosis Ansiosa, hasta que en el año 1980, con el surgimiento del DSM III (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.-APA.) fue clasificado en dos diagnósticos diferentes (Trastorno de Pánico y TAG). Haciendo referencia a los siguientes criterios:
A. Enfermedad Generalizada y persistente de un mes o más de duración, manifestándose con síntomas de por lo menos tres de cuatro categorías:
1. Tensión motora (dolores musculares, inquietud).
2. Hiperactividad autonómica (sudoración, mareos, taquicardia).
3. Expectación aprensiva (ansiedad, preocupación y miedo).
4. Vigilancia y registro (concentración dificultosa e irritabilidad).
B. El diagnóstico sólo puede realizarse si el individuo no reúne criterios para otro trastorno mental.
Este último criterio determina al cuadro descripto como una categoría puramente residual. Aún no se considera al trastorno como portador de características específicas como veremos más adelante.
En el año 1987, en la versión revisada del citado manual (DSM-III-R), se define como:
A. Ansiedad y preocupación excesiva y/o ilusoria (irracional) en dos o más áreas relacionadas con otro trastorno de eje I (trastornos clínicos), y que se prolonga por más de seis meses.
De esta manera excluye los estados de ansiedad producidos por otros trastornos como la ansiedad social.
B. Presencia de al menos seis síntomas de una lista de dieciocho, agrupados en tres clusters de:
1. Tensión motora.
2. Hiperactividad autonómica.
3. Vigilancia y registro.
C. El centro de la ansiedad y preocupación no se limita a los síntomas de otro trastorno del eje I (por ejemplo, preocupación por tener una crisis de pánico o por sufrir angustia en público).
En dicha conceptualización, el Trastorno de Ansiedad Generalizada comienza a dejar de ser un diagnóstico residual para perfilarse como un cuadro con características propias y claramente definidas. Hecho que se consumará con la aparición, en el año 1993, de la versión cuarta del manual (DSM-IV) donde los criterios pasan a ser los siguientes:
A. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar) que se prolongan más de seis meses.
B. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.
C. La ansiedad o preocupación se asocian a tres o más de los seis síntomas siguientes (algunos de los cuales han persistido más de seis meses).
Nota: En los niños solo se requiere uno de estos síntomas:
1. Inquietud o impaciencia
2. Fatigabilidad fácil
3. Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
4. Irritabilidad
5. Tensión muscular
6. Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador)
D. El centro de la ansiedad y preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el Trastorno de Angustia), pasarla mal en público (como en la Fobia Social), contraer una enfermedad (como en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en el Trastorno de Ansiedad por Separación), engordar (como en la Anorexia Nerviosa), tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el Trastorno de Somatización) o padecer una enfermedad grave (como en la Hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente en el transcurso de un Trastorno por Estrés Postraumático.
E. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos, provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (por ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (por ej. Hipertiroidismo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso del Trastorno del Estado de Ánimo, un Trastorno Psicótico o un Trastorno Generalizado del Desarrollo.
Finalmente, los criterios diagnósticos actuales del Trastorno de Ansiedad Generalizada, según la última versión del DSM, publicada en el año 2013 (DSM-5) no aportaría diferencia considerable a los criterios ya establecidos en el DSM-IV- TR, siendo éstos los siguientes:
A. Ansiedad y preocupaciones excesivas (Anticipación Aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
B. Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
C. La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses).
Nota: En niños y adolescentes se requiere un ítem:
1 Inquietud o sensación de estar atrapado o con los “nervios de punta”.
2 Fácilmente fatigado.
3 Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
4 Irritabilidad.
5 Tensión