Herbert Edgar Douglass

Los que vieron... y creyeron


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lo impresionó. En noviembre de 1846, en el hogar de Stockbridge Howland, en Topsham, Maine, se había reunido un pequeño grupo de observadores del sábado. Entre ellos estaban José Bates y los White. Elena de White fue arrebatada en visión y ‘por primera vez tuvo una visión de otros planetas’. Después de la visión, relató lo que había visto” durante ella. J. N. Loughborough narró por impreso la descripción de la reunión según se la contó Bates:

       La señora de White, mientras estaba en visión, comenzó a hablar sobre las estrellas, dando una descripción de cinturones de color rosado que veía a lo largo de la superficie de algún planeta, y añadió:

       –Veo cuatro lunas.

       –¡Ah! –dijo el pastor Bates–, ¡está viendo Júpiter!

       Luego de hacer gestos como si estuviera viajando a través del espacio, comenzó a describir unos cinturones y anillos con diversidad de belleza, y dijo:

       –Veo siete lunas.

       El pastor Bates exclamó:

       –Está describiendo Saturno.

       Después vino la descripción de Urano, con sus seis lunas; luego una maravillosa descripción de los “cielos abiertos”, con su gloria, que describió como una abertura a una región más iluminada. El pastor Bates dijo que su descripción sobrepasaba en mucho cualquier relato de los cielos abiertos que alguna vez hubiese leído de algún autor.

       Mientras ella hablaba y todavía estaba en visión, él se puso de pie y exclamó:

       –¡Oh, cuánto desearía que Lord John Rosse estuviera aquí esta noche!

       El pastor White preguntó:

       –¿Quién es Lord John Rosse?

       –Ah –dijo el pastor Bates–, es un extraordinario astrónomo inglés. Desearía que estuviese aquí para escuchar a esta mujer hablar de astronomía, y oír la descripción de los “cielos abiertos”. Es más avanzado que todo lo que leí sobre el tema.

      Posteriormente, Elena de White informó de esta experiencia... en el hogar de Curtis.

       Después de salir de la visión, describí lo que había visto. El hermano Bates me preguntó si yo había estudiado astronomía. Le dije que no tenía memoria de haber investigado sobre astronomía alguna vez.

       –Esto es del Señor –dijo él.

       Nunca antes lo vi tan libre y feliz. Su semblante brillaba con la luz del cielo, y exhortó a la iglesia con poder.

      Pocos meses después, Jaime White escribió lo que recordaba de esta “visión de astronomía”:

       En nuestro congreso de Topsham, Maine, en noviembre pasado, Elena tuvo una visión de las obras de Dios. Ella fue guiada a los planetas Júpiter, Saturno y creo que uno más. Después de salir de visión, ella pudo dar una nítida descripción de sus lunas, etc. Es bien sabido que ella no sabía nada de astronomía, y no podía responder ni una pregunta con relación a los planetas, antes de tener esta visión.

      Al repasar esta visión a partir de los informes de John Loughborough y Jaime White, debemos reconocer al menos siete hechos:

      1. Elena de White nunca puso por escrito esta “visión de astronomía”.

      2. Nunca identificó por nombre los planetas que vio.

      3. Nunca mencionó la cantidad de lunas que algún planeta pudiera tener.

      4. Bates atribuyó los nombres de los planetas a lo que él pensaba que Elena de White estaba describiendo.

      5. Loughborough y Jaime White informaron lo que Bates pareció haber entendido a partir de sus breves comentarios.

      6. Los telescopios actuales revelan mucho más acerca de los planetas, la cantidad de lunas que tienen y otros fenómenos celestiales que lo que Bates podría haber soñado alguna vez.

      7. Lo que realmente dejó atónito a Bates no fue la descripción de los “planetas” sino la descripción de la señora White de los “cielos abiertos”, una referencia al denominado “espacio abierto de Orión” que, para Bates, “sobrepasaba” cualquier descripción hecha por astrónomos contemporáneos.

      Pues bien, ¿cuál es el propósito de esta visión? Esta “visión de astronomía” no era una lección sobre astronomía que posteriormente sería verificada por el telescopio Hubble.

      Pero, “si Elena de White hubiese dado un anticipo de lo que el telescopio Hubble reveló en los años noventa, José Bates por cierto se hubiese convencido de que Elena de White era una impostora, una fanática desorientada. Sus dudas se hubiesen confirmado. Probablemente no se hubiese identificado más con los adventistas del séptimo día”.

      En otras palabras, esta interesante “visión de astronomía” correspondía al conocimiento que tenía Bates sobre lo que mostraban los telescopios en 1846. Lo más probable es que esta visión haya sido dada en presencia de Bates para darle confianza en el ministerio de Elena de White.

      Y la visión fue otro ejemplo de cómo Dios guía a su pueblo “paso a paso”. Era el método de Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar” (Juan 16:12). La gente no puede identificarse con demasiados cambios simultáneamente. El principio de paso a paso se aplica a una amplia variedad de temas, incluyendo la reforma pro salud, el desarrollo gradual de la verdad, como por ejemplo cuándo comienza el día de reposo, y la creación del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda.

      “¡Esperen un mes!”

       Hiram Patch

      Era a fines del invierno de 1850. Elena, que acababa de cumplir 23 años, era madre de dos varones: Henry, de tres años y medio, y Edson, de seis meses.

      Jaime White, ahora con unos 29 años, estaba dirigiendo reuniones en Oswego, Nueva York, mientras redactaba la copia del primer periódico misionero adventista del séptimo día. Su obra había incomodado a los metodistas de la ciudad, que ahora estaban celebrando sus propias reuniones. El orador de ellos, el tesorero del condado, también servía como predicador laico metodista.

      Durante este período, dos jóvenes no creyentes, Hiram Patch, de 21 años, y su novia, asistían a ambas series de reuniones. Con el tiempo, se acercaron a los White, confundidos, sin saber a quién creerle. Durante esa consulta, Elena de White tuvo una visión que ellos presenciaron. Remitió a la pareja a Oseas 5:6 y 7: “Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, mas no lo hallarán: ¡Se ha apartado de ellos! Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos de extraños; ahora serán consumidos en un solo mes ellos y sus heredades”.

      Entonces le dijo a la joven pareja:

      –Esperen y vean el resultado del asunto. Esperen un mes, y sabrán por ustedes mismos el carácter de las personas que están participando de este reavivamiento y que profesan tener un peso tan grande por los pecadores.

      –Esperaré –dijo Hiram.

      Dos semanas después, al tesorero se le rompió un vaso sanguíneo del estómago mientras gritaba en una de sus oraciones. Fue llevado a su casa y confinado a guardar reposo. El jefe de policía del condado y el alguacil asumieron el control de las finanzas del condado y descubrieron un faltante de exactamente mil dólares. Fueron a la casa del tesorero, con la esperanza de obtener alguna ayuda. Pero él y su esposa levantaron las manos hacia el cielo, poniendo a Dios por testigo de que ellos no sabían nada del dinero que faltaba.

      No obstante, cuando el jefe de policía entró por la puerta del frente, el alguacil se había ido por detrás