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Actuel Marx N° 26: Sexo-Género/Raza/Clase. Latinoamérica desde una óptica interseccional


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presentado en las «Jornadas de Homenaje a C. Tilly», organizadas por la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Carolina, 7-9 de mayo de 2009 (disponible en http://www.maristellasvampa.net/archivos/ensayo57.pdf).

      4 Las reflexiones que aquí presentamos encuentran maduración en más de 15 años de trabajo colectivo en el marco de diversos proyectos de investigación sobre luchas sociales y políticas de la Argentina de los últimos 20 años, bajo ejecución del equipo de investigación «El llano en llamas» (www.llanocordoba.com.ar).

      5 Para nuestras investigaciones, ejemplo de ello ofrece la compilación de resultados que reúne Ciuffolini, M.A., Quien no se mueve no siente sus cadenas. Estudios sobre luchas político-sociales en la Córdoba Contemporánea (Córdoba: EDUCC, 2017); y Núñez, A., Tiempos Itinerantes: Apropiación y Expropiación de territorialidades sociales en ciudades argentinas (Mar del Plata: EUDEM, 2013). Para otras investigaciones, se puede constatar esta tendencia en los mapeos de luchas que nos ofrecen, por ejemplo, las compilaciones de: Korol, C., Resistencias populares a la recolonización del continente (Vol. 1. y 2) (Buenos Aires: CIFMSL, 2010); Alimonda, H., Toro Pérez, C. y Martín, F., Ecología Política Latinoamericana: Pensamiento Crítico, Diferencia Latinoamericana y Rearticulación Epistémica (Vol. I y II) (Buenos Aires: CLACSO-CICCUS-UAM, 2017); Gudynas, E., Svampa, M., Machado, D., Acosta, A., Cajas, J. et. al., Más allá del neoliberalismo y el progresismo (Barcelona: Entrepueblos; 2016).

      6 Por ejemplo, las luchas por los derechos humanos, por el ambiente, por el acceso a la tierra o el acceso urbano, en nuestras investigaciones emergen, más bien, como «luchas por la vida». Cf. Ciuffolini, M.A., de la Vega, C. et al., Diálogos desde el llano: capitalismo y resistencias (Córdoba: Colectivo de Investigación El llano en llamas, 2017), pp. 14-17.

      7 Nos referimos a la importante penetración que, para procesar la variedad de desarrollos contestatarios, representan las propuestas analíticas basadas en la Teoría de la Movilización de Recursos (TMR), el enfoque de las Estructuras de Oportunidades Políticas (EOP) y el paradigma de los Nuevos Movimientos Sociales (NMS). Surgidos entre los años ’60 y ’70 en Europa y los EE.UU., tales perspectivas significaron una renovación teórica en el campo de estudio de los movimientos sociales, por lo que no es de extrañar que conceptos como «repertorios de acción», «ciclos de protesta», «formas de organización», «identidad» y «oportunidades políticas» se introduzcan –de manera más o menos reflexiva sobre su estatus epistemológico– en las investigaciones empíricas. Si a ellas se le suma la propuesta teórica y analítica de Laclau y Mouffe, tenemos ya una gran parte de la paleta conceptual que, al menos en Argentina, estructura los análisis sobre luchas sociales de los últimos 20 años. Desarrollamos este punto en de la Vega, C., «De distancias y acercamientos entre el análisis de luchas ambientales y la perspectiva clasista sobre la constitución de sujetos políticos», RevIISE, N°10, 2017 (San Juan: UNSJ), pp. 205-18.

      8 Gómez argumenta, también en sus estudios, un desplazamiento y secundarización de la clase para la comprensión de fenómenos de movilización sociopolítica en Argentina. Cf. Gómez, M., El regreso de las clases (Buenos Aires: Biblos, 2014), pp. 17-29.

      9 Por ejemplo, en la lectura de Soto Fernández et. al. se considera la «naturaleza distinta» entre el «conflicto ambiental» y el «conflicto de clases», y se critican aquellas miradas que suponen una superioridad ontológica y performativa del conflicto protagonizado por lo que asume son «clases sociales». Soto Fernández, D., Herrera González de Molina, M. y Ortega Santos, A., «La protesta campesina como protesta ambiental, siglos XVIII-XX», Historia Agraria, n° 42 (Argentina: SEHA, 2006), pp. 277-301.

      10 Dice Meiksins Wood que «La ausencia de “discursos” de clase explícitos no es la prueba de una ausencia de realidades clasistas y sus efectos en la formación de las condiciones de vida y la conciencia de estos sujetos que entran en su “campo de fuerza”». Meiksins Wood, E., ¿Una política sin clases? El post-marxismo y su legado (Buenos Aires: RyR, 2013), p. 185.

      11 Cf., por ejemplo, Butler, J. «El Marxismo y Lo Meramente Cultural», New Left Review, N° 2 (Madrid: Akal, 2000), pp. 109-21; o Gómez, M., op. cit, p. 103.

      12 El uso ascético de esta última distinción corona a la «sociología del trabajo» y de la «fábrica» como espacio social y simbólico privilegiado de la constitución de sujetos clasistas. Por el contrario, Federici anota que, justamente, ha sido la separación de la producción de mercancías de la producción de fuerzas de trabajo el origen de la jerarquización entre el trabajo remunerado de hombres y el trabajo no remunerado de mujeres, y que ello hizo posible el desarrollo de un uso específicamente capitalista del salario y de los mercados como medios para la acumulación de trabajo no remunerado. Si la fábrica fue el «espacio consagrado» del trabajo remunerado, la «familia» surgió como el espacio para la apropiación y el ocultamiento del trabajo no remunerado de las mujeres. Federici, S., Calibán y la bruja (Buenos Aires: Tinta Limón, 2015), p. 130 y 174.

      13 Señala Meiksins Wood, justamente, que ni siquiera Marx ha diseñado un vocabulario teórico «riguroso» para expresar una infinita variedad de formas empíricas históricamente específicas con las que el conflicto de clases se manifiesta en experiencias concretas y los lenguajes políticos de los sujetos que se le oponen. Meiksins Wood, E., «El Concepto de Clase en E.P. Thompson», Cuadernos Políticos, n° 36 (México: UNAM, 1983), pp. 87-105.

      14 Por ejemplo, recuperando perspectivas sobre los «nuevos movimientos sociales», el estudio de Giarraca y Mariotti elige hablar de una «red o espacio de movimiento social», es decir, «un conjunto de redes de interacción informales entre una pluralidad de individuos, grupos y organizaciones, comprometidas en conflictos de naturaleza política o cultural, sobre la base de una específica identidad colectiva». Giarraca, N. y Mariotti, D., «“Porque juntos somos muchos más”. Los movimientos socioterritoriales de Argentina y sus aliados», OSAL, n° 32, 2012 (Buenos Aires: CLACSO), p. 97.

      15 En nuestra perspectiva, la solidaridad es un componente crucial de toda constitución de subjetividad clasista, desde donde, por un lado, puede tomar otro matiz la constitución de diversas constelaciones de redes y alianzas, y por otro, puede resituar en otro código el viejo problema de la unidad de los sujetos en lucha, en tanto problema estratégico y político y no ontológico. Cf. Revel, J., «Diagnóstico, subjetivación, común: tres caras de la emancipación hoy». En: Altamira, C. (Ed.), Política y Subjetividad (Buenos Aires: Waldhuter, 2013), pp. 243-256.

      16 Federici, op. cit., p. 130. El alcance global y transversal de las relaciones capitalistas organizadas alrededor de una razón neoliberal, también ha sido desarrollado en Laval, C. y Dardot, P., La Nueva Razón del Mundo (Barcelona: Gedisa, 2013), p. 15.

      17 Esta variedad de aspectos es tratado, por ejemplo, en los trabajos de: Boltanski, L. y Esquerre, A., «Enriquecimiento, beneficio, crítica», New Left Review, N° 106, 2017 (Madrid: Akal), pp. 71-82; Fraser, N., «¿Una Nueva Forma de Capitalismo?», New Left Review, N° 106, 2017 (Madrid: Akal), pp. 61-70.; Bartra, A., «Renta Petrolera». En: Bartra, A., Hacia un marxismo mundano (México: Itaca, 2016), pp. 115-170; Gago, V. y Mezzadra, S., «Para una crítica de las operaciones extractivas del capital. Patrón de acumulación y luchas sociales en el tiempo de la financiarización», Nueva Sociedad, N° 255, 2015 (Buenos Aires: FES), pp. 38-52; Federici, S., El Patriarcado del Salario (Madrid: Traficantes de Sueños, 2018), p. 19; Revel, J. y Negri, A., «El común en rebelión». En: C. Altamira (Ed.), Política y Subjetividad (Buenos Aires: Waldhuter, 2013), pp. 235-242.

      18 Williams elige esta palabra para precisar la orientación marxista de la más controvertida expresión de «determinación». Williams, R., Marxismo y literatura (Barcelona: Península, 2000), p. 107; Williams, R., Cultura y Materialismo (Buenos Aires: La Marca, 2012), pp. 51-52.

      19 Cf. Gunn, R. «Notas Sobre Clase». En: Holloway, J.,