Iván Tenorio Santos

La nueva radio 3ª Ed.


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de duración del programa de radio en cuestión. Estos últimos, los programas, a su vez, pueden ser emitidos por una emisora de FM o AM o mediante la presencia de un Pódcast en la red.

      Incluso si un exitoso programa de radio o un destacado comunicador es retirado de la parrilla de programación de forma unilateral por una emisora de radio que obedezca exclusivamente a una decisión de la empresa, éste – programa o comunicador- si así lo decide, no tardará en encontrar su hueco en Internet en formato audio-radiofónico, con el consiguiente perjuicio en imagen del grupo mediático en particular y beneficio de los oyentes en general, por la pluralidad de contenidos.

      Hablamos además de un proceso cross-media, donde la sinergia de las distintas plataformas de comunicación, como Internet o la telefonía móvil, entre otras nuevas ventanas de difusión de contenidos, apuntan también hacia un nuevo modo de entender la comunicación radiofónica que no debemos obviar.

      Pero creo justa la posibilidad de avanzar sin renunciar al pasado.

      Conozcamos bien el lenguaje radiofónico y observemos, entre otras posibilidades, como el mayor de sus inconvenientes, hasta la fecha, la falta de imagen, es precisamente la mayor de sus ventajas. Nos permite, entre otras posibilidades, escuchar mientras desarrollamos otra tarea. A su vez, la esencia de este lenguaje potencia la imaginación y la capacidad creativa ante lo que escuchamos, generando constantemente, en nuestra mente, imágenes de lo que percibimos a través de nuestros pabellones auditivos.

      Sería interesante ver el escáner cerebral de una persona que mira la televisión y la de otra que escucha la radio.

      La radio, como nos comenta José Ramón Velasco, goza de un efecto movilizador, frente a la pasividad inducida por otros medios. Dotada de una gran capacidad de movilización, fruto de la propia idiosincrasia del lenguaje radiofónico, en el modo en que es interpretado el mensaje por el cerebro, estimulándolo, obligándole a generar imágenes muy personales de lo que está escuchando.

      En este análisis, es curioso como el paso del tiempo ha relegado prácticamente a la extinción, por parte de los grupos mediáticos, a la radio-novela, y ver como, a través de Internet, éste es uno de los géneros que resucita de su latencia. Precisamente uno de los que más recursos utiliza del lenguaje radiofónico.

      Hablemos de otros campos. Parece que en los centros de estudios oficiales y universidades públicas, donde se estudia periodismo y publicidad, la fonética, base de la locución y materia prima de estas profesiones desarrolladas en radio, junto con la voz, esencia de la comunicación, no son importantes para la formación de un buen comunicador. En ningún caso podemos encontrar asignaturas al respecto, salvo esporádicos cursos de declamación y cómo hablar en público. Sin embargo, estamos ante uno de los pilares fundamentales del leguaje radiofónico, retomando la opinión del maestro Carlos Infante (www.carlos-infante.com) deberíamos prestar más atención a la fonética en particular y al lenguaje en general. Recordemos que la materia prima del pensamiento es el lenguaje, una carencia de éste, junto a una mala locución e interpretación del mismo, limita inexorablemente nuestras capacidades de pensamiento y comunicación. Podríamos decir que pensamos con la voz.

      Pan para hoy, hambre para mañana

      Si profundizamos en el análisis general sobre la radio actual y nos centramos en las políticas de programación de determinados medios de comunicación, basadas en intereses un tanto equivocados y que nada tienen que ver con el medio radiofónico, observaremos parrillas de programación de ciertas emisoras marcadas por la automatización en su formato más puro e impersonal, muy útil, eso sí, como hilo musical o fondo sonoro para ascensores, pero que no aportan oficio ni beneficio al medio radiofónico. A este asunto no le dedicaremos excesivos renglones, puesto que somos muchos los que pensamos que obedecen a políticas verticales del pasado.

      Tristemente para otros, un presente al que aferrarse como un clavo ardiendo, con el fin de justificar no sé qué intereses, pero condenado a caer por su propio peso. Porque lo más curioso de algunas de las actuales parrillas de programación no es que estén copiadas unas de otras, aunque sí dan la sensación de partir de la misma fuente de inspiración no vocacional, puesto que por desconocimiento o mal asesoramiento, imaginamos que tratan de aprovechar “complejos estudios” donde se demuestra la rápida capacidad de penetración en el mercado de ciertas programaciones.

      Pues bien, a esto es a lo que habitualmente llamamos “Pan para hoy, hambre para mañana”. Al interpretar al unísono una programación que poco tiene que ver con la esencia de la radio, parece existir una falta de dominio sobre el lenguaje radiofónico, ignorando el potencial del mismo, en pro de algunas programaciones que invitan a un alejamiento de las nuevas generaciones hacia otros estados del radiofonismo. No olvidemos que, tal y como están las cosas, la difusión por ondas no deja de ser un mueble, un medio para desarrollar un fin radio y si ésta no puede explotar todas sus posibilidades es que se nos quedó pequeño el mueble o está mal ordenado.

      Quizás nuestras palabras destilen un cierto pesimismo ante el futuro de alguna de las emisoras de radio actuales o la programación de según qué cadenas o emisoras. Nada más lejos de la realidad. Generalizar conceptos es poco inteligente, además de una falta de respeto absoluta hacia los compañeros que trabajan en el medio. Y, aunque no nos falten motivos para pensar que en la radio actual sobran parásitos y falta corazón, gente vocacional que ame el medio, con capacidad de compromiso y pleno dominio del lenguaje radiofónico, creemos sinceramente en la existencia de grandes e incuestionables profesionales (radiofonistas, periodistas, locutores, técnicos, creativos, comunicadores, gestores y directores). También creemos en la apuesta de algunas cadenas y emisoras de radio por una programación basada en un profundo conocimiento del medio radiofónico que han sabido desarrollar a lo largo de muchos años una cuidada antena capaz de acercarnos el corazón de la radio, a millones de oyentes, ofreciéndonos grandes momentos que forman parte de la misma historia de la comunicación.

      Nuestro más profundo respeto y admiración hacia quienes desarrollan este trabajo.

      Lo bueno de esto, es lo malo que se está poniendo

      Que las nuevas generaciones no se acercan al medio, es una realidad. Podrán decir que las audiencias de ciertas emisoras crecen, y es cierto, pero a su vez, la de la radio en general envejece.

      Si los niños y jóvenes de hoy no escuchan la radio, ¿quien lo hará mañana?

      Esos mismos niños, que no quepa duda, pero, tristemente, no bajo la imagen de la radio actual porque los estamos ignorando. Al igual que pudo ocurrir a las grandes empresas con las campañas de marketing que en su día desestimaron el poder de los consumidores individuales en los foros de Internet, los nuevos usuarios del formato radiofónico ya han elegido su propio camino. Un aviso a los navegantes, y no estamos hablando de una leyenda urbana, puede que hoy por hoy las cifras adquieran valores poco significativos, pero esto es sólo cuestión de tiempo, mucho antes de la aparición de You tube, cientos de programas de radio eran creados en estudios caseros y privados, distribuidos por FTP en Internet y, bajo acuerdos con distintas emisoras tradicionales, difundidos a través de las ondas.

      En sí, esto quizás no nos parezca una evolución, sobre todo porque las productoras independientes de radio ya existían en otros países como EUA. Podríamos pensar que lo único que ha cambiado sea el medio de distribución, antes correo y ahora Internet, pero la cuestión va mucho más allá.

      Hoy por hoy, cualquiera puede disponer de un estudio de producción instalado en su ordenador. Además, tener un servidor FTP en Internet donde subir nuestros programas de radio tiene un bajo coste para cualquier particular, incluso los hay gratuitos a los cuales pueden acceder miles de emisoras en todo el planeta. Además de millones de usuarios que podrán estar informados a tiempo real sobre la actualización de programas mediante la tecnología RSS aplicada al Audio-Pódcast, lo cual ya cambia considerablemente el panorama. Además no son pocas las web especializadas que contienen directorios Pódcast y Web-Site sobre programas específicos, sin contar aquellas que se dedican a recopilar contenidos para ser distribuidos a emisoras directamente.

      Es una realidad, la necesidad imperiosa de crear por parte de aquellas