AAVV

Santa María de Montesa


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comendador de una encomienda de la Orden, aunque fue una decisión circunstancial, pues por aquellas fechas, apenas tres semanas después del nombramiento del maestre Soler, no se tenía una idea totalmente clara del modo en que se estructuraría la nueva orden, por lo que podría decirse que todos sus miembros estaban en expectativa de destino. Ahora bien, la situación cambió de manera muy significativa a partir de 1321, como veremos después, porque cada uno ya había ocupado el lugar que le correspondía y, por tanto, podemos hablar desde entonces de normalidad dentro del organigrama institucional.

      DIGNIDADES Y OFICIOS DE LA ORDEN DE MONTESA EN 1320

      Durante el primer año de mandato del maestre Soler y, con carácter transitorio, hasta que se distribuyó el territorio de Montesa en encomiendas, en vez de comendadores hubo lugartenientes del maestre. Sus funciones figuran especificadas en los correspondientes títulos de nombramiento. Es ahí donde podemos leer que el maestre los declaraba sus procuradores, con licencia para regir, gobernar, procurar y administrar en el lugar de destino de que se tratase, lo que implicaba ostentar la autoridad maestral delegada sobre personas y bienes y, por tanto, podrían pedir o exigir y con ello recaudar las rentas pertenecientes a la Orden. También podían otorgar cartas de venta o establecimientos a favor de particulares, conceder cartas de pago o ápocas por cantidades recibidas, y en general llevar a cabo cuantos actos fuesen necesarios, incluso apertura de pleitos, para defender los derechos de la Orden. Se trata, en definitiva, de las mismas funciones que tendrían en adelante los comendadores, pero en esta etapa tan inicial, cuando todo estaba por hacer, estas cartas notariales de apoderamiento, pues es lo que en esencia parecen, eran instrumento jurídico suficiente para que en los diferentes pueblos de la Orden y sin mayor demora, sus habitantes se acostumbraran a tener en los administradores un referente que los vinculara directamente con la institución recién creada. Las lugartenencias documentadas son las siguientes:

Año 1320
24/4Frey Berenguer de Montoliu
22/6Frey Bernat Sarroca
23/6Frey Guillem Cerdà
23/6Frey Juan Pérez de Mallén
28/7Frey Berenguer d’Erill
2/11Frey Arnau Pedrissa
Año 1321
17/1Frey Berenguer de Montoliu

      Las lugartenencias fueron desapareciendo a partir de comienzos de 1321, con el establecimiento de los oficios de comendadores. Sin embargo, algunos de los lugartenientes continuaron ejerciendo funciones en los mismos lugares, tras ser ratificados en estos como sus primeros comendadores, como fue el caso de frey Bernat Sarroca en Onda, frey Berenguer d’Erill en Peñíscola y frey Bernat de Montsonís en Culla.

      El oficio de comendador, por tanto, guarda un notable parecido con el de lugarteniente, al que sustituye. Casi no se conocen documentos de nombramiento de comendador durante el mandato de frey Arnau de Soler, aunque sí el del primero, frey Fernando Pérez de Aragón, antes referido, nombrado el 31 de marzo de 1320 para hacerse cargo del castillo de Perputxent. En unas pocas líneas se definieron sus competencias, y el fragmento que nos interesa dice así:

      Desde comienzos de 1321 ya disponemos de numerosas noticias relativas a la existencia de comendadores en Ares, Borriana, Cervera, Coves de Vinromà, Culla, Onda, Peñíscola, Perputxent, Sueca, València, Vilafamés y Xivert. En Silla lo documentamos por vez primera en 1325. También existía la figura del subcomendador o lugarteniente de comendador, que no solo hacía funciones de alcaide, sino también otras, como la de sustituir la ausencia del titular de la encomienda.

      Otros oficios. El rector de la iglesia de Montesa fue frey Berenguer d’Aravill entre 1320 y 1325, y el oficio de cantor lo ejercía frey Pere d’Olives en 1322. Fue sacristán frey Joan de Sant Pere entre 1322 y 1325; y el oficio de obrero lo tenían frey Ramón de Castellvell en 1322 y frey Bernat de Torre en 1323.