centrales de nuestra vida. Además, tampoco es necesario considerar a los módulos como unidades rígidas, compartimentalizadas y abstractas de nuestro ser —porque no hay necesidad de relacionarse con uno mismo de un modo distante y estricto. En este sentido, los módulos contribuyen a orientar, equilibrar e integrar la práctica, y los términos exactos son menos importantes que la energía, claridad, sinceridad e intencionalidad con que la emprendamos.
Las prácticas estrella
Figura 2.3 estrella
Cada módulo incluye una serie de prácticas a elegir. El módulo del cuerpo, por ejemplo, cuenta con un amplio abanico de prácticas, entre las que cabe destacar el levantamiento de pesas, el aeróbic, los deportes, la natación, el yoga, el chi-kung, la dieta y la nutrición. Cualquier práctica centrada en las dimensiones encarnadas de nuestro ser puede ser considerada como una práctica del módulo corporal. Y, por razones parecidas, prácticas como la oración, la meditación y la adoración, relacionadas con la dimensión espiritual de nuestro ser, pertenecen al módulo del Espíritu.
Figura 2.4 Ejemplo PIV con Módulos de un minuto
Nosotros hemos desarrollado una serie de prácticas recomendadas en cada uno de los cuatro módulos básicos, a las que llamamos Prácticas estrella. Se trata de prácticas originales, basadas en OCON y especialmente adaptadas al siglo XXI, que integran lo mejor de las visiones tradicionales, modernas y postmodernas. Y, por más que algunas sean recopilaciones de prácticas tradicionales despojadas de su lastre religioso y cultural, y que otras hayan sido especialmente diseñadas para satisfacer necesidades nuevas, todas ellas son muy eficaces y abarcan los aspectos más relevantes de la práctica.
En la Figura 2.3 presentamos algunas de las Prácticas estrella de los cuatro módulos básicos que veremos con más detenimiento a lo largo del presente libro. Pero debemos decir al lector que el único modo de saber si una determinada práctica le sirve o le gusta consiste, obviamente, en ponerla en práctica.
¿Apremiado por el tiempo? Pruebe con los Módulos de un minuto
Su PIV puede ser tan amplia y rica como quiera. Sin embargo, para quienes no disponen de mucho tiempo libre, hemos puesto a punto versiones rápidas de las Prácticas estrella a las que llamamos Módulos de un minuto. En este sentido, los módulos de un minuto son Prácticas estrella condensadas en un ejercicio muy eficaz y auténtico cuya práctica requiere muy poco tiempo. Dicho en otras palabras, el módulo de un minuto es una minipráctica estrella que puede emprender casi en cualquier momento y en cualquier lugar, tanto en el trabajo como en el metro, después de comer, entre una clase y otra o antes de acostarse.
Los Módulos de un minuto no reemplazan a las prácticas más intensas. Desde una perspectiva ideal, usted puede contar con una o dos horas al día para llevar a cabo la práctica y, en ocasiones —cuando, está en un retiro, por ejemplo—, puede disponer de más tiempo. Sin embargo, cuando el tiempo con que cuenta es escaso, los Módulos de un minuto le ayudan a permanecer en contacto con la esencia de la práctica, lo que obviamente resulta muchísimo mejor que no practicar.
De este modo, los Módulos de un minuto le permiten llevar a cabo una PIV que no le requiera más de 10 minutos al día. Así podrá seguir practicando aunque esté muy ocupado —¡y eliminar, al mismo tiempo, la principal excusa para no practicar! Cualquiera puede disponer así del tiempo necesario para practicar regularmente una PIV.
¿Tiene tiempo para dedicarse a sí mismo? La aplicación de los principios de la PIV
La práctica nunca concluye. Después de años de dedicación, los practicantes experimentados suelen trabajar con modalidades más sutiles y avanzadas de los mismos módulos. Cuando la práctica ha acabado integrándose en nuestra vida, tendemos a trabajar más profundamente con nuestros estados mentales y emocionales. Entonces es cuando la práctica se profundiza en nuestras relaciones, en el trabajo y en otros módulos adicionales. Y, por supuesto, seguimos trabajando también con los módulos básicos del cuerpo, la mente, el Espíritu y la sombra. El hecho es que nuestra práctica debe adaptarse, flexibilizarse y evolucionar de continuo en la medida en que avanzamos y nos adentramos en estadios nuevos y cada vez más maduros.
La Matriz de la Práctica Integral de Vida
Los principios de la PIV le ayudarán a diseñar y seguir perfeccionando una práctica global, equilibrada y eficaz. De este modo no soslayará nada esencial ni rechazará las dimensiones fundamentales del desarrollo, aun en aquellos momentos en los que se concentre en determinados tipos de crecimiento, como los retiros de meditación o el período de entrenamiento que precede a una competición atlética.
El ejercicio de tres tipos diferentes de salud
La práctica regular nos transforma, tanto de forma espectacular como sutil. Y esto es algo que queda muy claro cuando tenemos en cuenta los tres tipos de salud que presentamos a continuación:
1 Salud horizontal: La plenitud dinámica de las posibilidades de conciencia, vitalidad y respeto con que contamos en el estadio actual del desarrollo en el que nos encontremos.
2 Salud vertical: El desarrollo continuo hacia una mayor conciencia y complejidad, que trasciende viejas formas de ser y avanza hacia nuevos estadios del desarrollo.
3 Salud esencial: El contacto, la conexión y la realización del Espíritu que tenemos, en cualquier estadio del desarrollo, con el Misterio, Talidad o Esidad de éste y de cualquier otro instante.
La PIV asume e integra estas tres modalidades diferentes.
Aun en aquellos momentos en los que las circunstancias vitales parecen colocar en primer plano otros aspectos de nuestra vida, como el trabajo o la familia, siempre contamos con herramientas que nos permiten flexibilizar la práctica y darle la forma adecuada. De hecho, el modo en que asumimos nuestra Práctica Integral de Vida puede evolucionar con el paso del tiempo y las líneas directrices generales pueden acabar convirtiéndose en un firme compromiso que orienta de manera natural todos y cada uno de los instantes de nuestra vida. De este modo, no sólo habrá lugar, por decirlo así, para la inhalación, sino también para la exhalación o, lo que es lo mismo, para todas las cualidades y fases de una vida humana sana.
Principios de la práctica
No hay apaños rápidos
Una de las razones por las que la llamamos Práctica Integral de Vida es porque no hay apaños rápidos. No le quepa la menor duda de que, si los hubiera, nosotros los recomendaríamos. ¡Una de las lecciones más duras que, en la última mitad del siglo, nos ha enseñado el movimiento del potencial humano, es que los talleres de fin de semana no funcionan! Y lo mismo podríamos decir con respecto a los talleres intensivos de una semana o hasta de un mes. La única forma de alentar la transformación sostenida es la práctica comprometida, duradera y cotidiana.
El camino más corto y rápido para provocar el cambio duradero pasa por un estilo de vida que incluya, al menos, los cuatro módulos básicos y abrace alguna forma de PIV. Y esto, aunque parezca requerir mucho tiempo (¡y hay ocasiones en que un minuto parece eterno!), nos ayuda a movilizar nuestras potencialidades, activar