Margarita Norambuena Valdivia

El Zodiaco


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con un efusivo asentimiento de cabeza.

      — ¿Llegaron a la bodega? —quiso saber Capricornio, Sagitario repitió su movimiento de cabeza.

      — Bien, llegaron a la bodega. ¿Qué pasó después? —Leo hizo un movimiento con la mano para ceder la palabra a Sagitario. Ella se tomó un tiempo para inhalar una gran cantidad de aire antes de hablar.

      — Llegaron de la nada, entonces Acuario dijo que era lógico porque era la tapadera perfecta para que así nadie pudiera relacionarlos con lo que pasó anoche. No sé, creo que ellos están detrás de todo esto. Debe ser, ¿no? Porque entonces, ¿qué hacían anoche abajo en los túneles?, además, ¿cómo supieron que estábamos abajo? Seguro alguno de esos tres dijo algo. Entonces Escorpio lo golpeó con la pala y bajamos, pero casi no se podía respirar. No sé qué estaban haciendo allí abajo. El sapo gigante dijo que no bajáramos, pero no teníamos a dónde más ir. Y fue cuando logré escapar y regresar. —soltó casi sin detenerse a tomar aire. Yo no supe si me salté una parte o qué, pero no logré entender una palabra de Sagitario y eso que estaba segura de estar hablando el mismo idioma.

      Géminis sacudió la cabeza en un movimiento brusco; me pareció que con eso trataba de regresar el tiempo 20 segundos y volver a escuchar las palabras de Sagitario para intentar darles sentido.

      En ese momento me di cuenta de que el resto del Zodiaco miraba a Sagitario como si de pronto le hubiera salido un tercer brazo de la frente.

      — A ver, vamos por partes. —Libra fue el primero en hablar, luego de que las palabras de Sagitario dejaran un gran vacío entre nosotros. —Llegaron a la bodega, ¿qué hicieron? —Sagitario tomó aire.

      — Llegamos a la bodega y nos repartimos las herramientas para poder trabajar. —comenzó en un tono bastante más moderado que el que había utilizado antes. Leo, Tauro, Cáncer y yo asentimos con nuestras cabezas para indicarle que entendíamos perfecto. —Yo quería la pala, pero Escorpio me dijo que si la usaba tendría que limpiar lo que dejó Cáncer y obvio no, ¡duh!, no iba a hacer eso, así que cambiamos y él se quedó con la pala y yo con el trapeador. Ahora que me acuerdo, Acuario dijo que quería ir a un concierto esta noche, ¿creen que alcancemos? Estoy segura de que no quedan entradas. —hizo una pequeña pausa y esbozó una pícara sonrisa— Pero ya saben, Acuario dijo que el Zodiaco no necesita invitación, entradas o permisos. Yo creo que deberíamos ir, es una buena idea. ¿No creen? —entonces se cruzó de brazos sonriendo mientras subía y bajaba sus cejas y no sé si realmente esperaba alguna respuesta de nuestra parte.

      Yo hice mi mejor esfuerzo para entender qué tenía que ver eso con el sapo gigante, además, ¿no habían ido a limpiar la bodega y hablábamos de eso? ¿Cómo fue que terminamos discutiendo lo que haríamos esa noche?

      — ¡Sagitario! —Aries golpeó la mesa con el puño— No me interesa saber quién uso qué o qué tienen pensado hacer en la noche. Deja de divagar y concéntrate en lo importante.

      Sagitario frunció el ceño y pensé que se quedaría así: de brazos cruzados y enfurruñada, pero como nadie la apoyó, suspiró resignada y tomó asiento entre Libra y Leo, dispuesta a cumplir la orden de Aries, y justo cuando se disponía a hablar golpearon la puerta de entrada.

      — Yo iré. —Aries se puso de pie antes de que alguien más pudiera reaccionar.

      — De acuerdo, quedamos en que acababan de llegar a la bodega. — Géminis inició el tercer intento.

      — Exacto y yo tenía la…

      — La pala, sí, sí, pero se la cambiaste a Escorpio. Ya sabemos esa parte, es irrelevante, continúa. —Leo hizo un gesto desinteresado con la mano. Sagitario realizó un infantil puchero al verse interrumpida, pero terminó suspirando y aceptó la orden.

      — Entonces ingresamos a la primera sala. No había nada especial, bueno, apestaba un poco, pero no le dimos gran importancia. Sí nos pareció sospechoso, pero como no estábamos seguros de recordar si apestaba igual anoche, no hicimos nada. —Leo y Tauro pusieron sus ojos en blanco y Géminis se golpeó la frente con la palma.

      — De acuerdo, cambio de planes. Sagitario, limítate a responder nuestras preguntas. —propuso Géminis.

      Antes de que Géminis pudiera poner orden o Sagitario pudiera protestar al respecto, se escuchó un portazo y cuando volteamos vimos a Aries caminar de regreso desde la puerta de entrada echando humo por las orejas. Pisaba tan fuerte el piso que me sorprendió que no dejara un agujero en la madera. Todos seguimos cuidadosamente cada uno de sus movimientos, incluso Sagitario estaba sumida en ello.

      — ¿Qué? —Aries pareció aún más molesta al ver que era el centro de atención.

      — ¿Quién era? —Géminis fue la única que logró evitar la vibra asesina que emitía Aries.

      — Número equivocado. — refunfuñó Aries cruzándose de brazos.

      — ¿Número equivocado? ¿Qué no es eso lo que sucede cuando llaman por teléfono? —preguntó Sagitario.

      — Sí, ¿verdad? —pregunté emocionada, sabía que no podía ser la única que encontró aquello extraño.

      — Piscis, Sagitario… —Cáncer intentó hacernos callar susurrando apenas nuestros nombres, previendo una posible catástrofe en caso de que Aries, quien ya estaba molesta, nos escuchara. Géminis nos observó de reojo, pero rápidamente volvió a fijar su mirada en nuestra brillante líder, por suerte, Aries pareció no habernos oído.

      — Y… este número equivocado… —trató de retomar el punto Géminis— ¿Qué quería?

      — Vetu, por mí que se muera. —Aries se encogió de hombros, cerrando por un instante los ojos en un gesto bastante despreocupado.

      — ¿Vetu? —repetí curiosa al oído de Géminis—¿Quién es Vetu?

      — Ve tú a saber. —Géminis suspiró derrotada.

      — Pues no lo sé, por eso estoy preguntando. —me quejé. Entonces Géminis giró en un brusco movimiento su cabeza para verme cara a cara, ceja derecha arqueada.

      — Piscis, Vetu es VE TÚ a saber. —intervino Leo—¿Saben qué? Iré a ver quién es. —Se puso de pie decidido, como si quisiera terminar pronto todo este asunto de Vetu o la araña de Sagitario.

      Todos nos quedamos atentos a sus movimientos y prestamos especial atención cuando llegó a la puerta de entrada, lamentablemente, por más que me moví de un lado a otro tratando de encontrar un mejor ángulo, no fui capaz de apreciar con quién interactuaba.

      — ¡Vete al infierno! —dejó ir Leo nada más abrir, entonces, antes de que alguien pudiera reaccionar a su alarido, azotó la puerta con tal fuerza que estaba segura de que la había dañado.

      — Ok… creo que Vetu tiene la curiosa habilidad de desquiciar a nuestros queridos y siempre sensatos líderes. —Géminis no quitó en ningún momento su mirada de Leo.

      Nuestro león había regresado a sentarse en su silla y se veía bastante alterado mientras masticaba murmullos de desprecio difícilmente comprensibles al oído humano.

      — ¿Quién es sensato? —Capricornio alzó la cabeza frunciendo la frente, supongo que no creía posible encontrar a alguien dentro del Zodiaco que calzara con ese calificativo, nadie salvo él y Virgo, claro está, o tal vez solo él.

      — Vetu. —le susurró Tauro de modo cómplice.

      — ¿Qué hacemos? —Libra parecía ser el único que una vez más intentaba retomar el tema central.

      Yo observé un instante la puerta, Vetu estaba detrás, esperando a que la abriéramos de nuevo. Volví mi mirada hacia Leo y luego hacia Aries, tratando de imaginarme al tal Vetu. Nada. No se me ocurría nada. No podía imaginarme qué clase de persona era Vetu como para producir tales reacciones en Leo y Aries.

      Cáncer y Leo habían comenzado a discutir no estoy muy segura con respecto a qué, supongo