José María García Baudín

Capitanes generales de Ejército en la Restauración (1874-1923)


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Serrano, El general Polavieja y su actividad política y militar (2 volumenes), Ministerio de Defensa, 2002.

      10 Pérez-Frías, Las élites en el Ejército de Tierra de Alfonso XIII, 2011.

      11 Universidad Nacional de Educación a Distancia.

      12 Viñas Martín y Puell de la Villa (ed.), 2015.

      13 Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ministerio de Defensa.

      14 De este instituto dependen los archivos generales militares, a donde se hace necesario asistir para realizar cualquier trabajo de investigación sobre temas militares.

      15 Fernández Bastarreche, 1976.

      16 Manzano Ruzafa, 1883.

      17 Chamorro, 1856.

      18 Dado de baja en el Ejército por Fernando VII, después de la guerra contra el francés (1808-1814) y después rehabilitado por su hija Isabel II.

      19 Gabriel Cardona, 2008.

      20 Ramón Cabrera, capitán general en el ejército carlista, y que posteriormente reconoció a Isabel II, y se le retornó dicha dignidad.

      21 German Rueda (ed.), 2016.

      22 Alonso Baquer, 2005.

      23 Suero Roca, 1981.

      24 García Fernández (ed.), 2011.

      25 Barba Lagomazzini, 2015.

      26 Isabel Sánchez, 2001, 2003.

      27 Isabel Sánchez, Puente y Ceballos Escalera, 2011.

      28 Carrillo de Albornoz, 2009.

      29 Martín-Lanuza, 2012.

      30 Chardigny, 1977.

      31 Pérez Frísas, 2011.

      32 García Baudín, 2015.

      33 Fernandez Bastarreche, 2007.

      34 Los dos primeros en fallecer, Espartero y Zavala, lo hacen en el año 1879, y el último, Weyler, en el año 1930.

      35 A esta familia pertenecen los capitanes generales de Ejército Francisco Serrano Domínguez, duque de la Torre (*1810, †1885) y José López Domínguez (*1929, †1911), y los tenientes generales José Chinchilla (*1839, †1899), José Lachambre (*1846, †1903) y Diego Muñoz-Cobos y Serrano (*1853, †1937), entre otros altos empleos militares.

      José Almirante, en su diccionario militar, en relación al concepto de Estado Mayor General del Ejército, dice literalmente: «Estas cinco palabras hay que emplear para significar el conjunto de oficiales generales».1

      Este mismo autor expone que la clase de oficiales generales, tal como actualmente la conocemos, no comenzó hasta la promulgación de las ordenanzas de 10 de abril de 1702, debidas al rey Felipe V, que señalaban la existencia de los empleos de capitán general, teniente general, mariscal de campo y brigadier; los tres primeros formaban parte de los oficiales generales, y el último, a semejanza del Ejército francés, era un empleo del que se pasaba al de mariscal de campo, que era el grado inferior de los oficiales generales, y hay que recalcar que el brigadier, a imitación de este Ejército, era un empleo intermedio entre general y coronel.

      En esta Real ordenanza de 10 de abril de 17022 se encuentra el germen de lo que iban a ser algunas claves de las reformas borbónicas en materia militar. Y, más que germen, es posible afirmar que en ella se contienen los fundamentos de la nueva estructuración que va a adquirir la institución castrense.

      Este mismo autor nos señala que la primera organización del nuevo Ejército arranca de estas ordenanzas, puesta en vigor el 18 de noviembre de 1704, por iniciativa del marqués de Bedmar.

      Siguiendo a diferentes autores, podemos considerar que de estas ordenanzas, sin menoscabo de otras importantes reformas, se desprende:

      1. La creación en España del Cuerpo de oficiales.3

      2. La formación de un «Ejército Real», fuertemente subordinado a la figura del rey, quien detenta el poder absoluto de nombrar cualquier empleo del escalafón militar.4

      3. La creación de un Estado Mayor General del Ejército,5 que entonces se denomina Estado Mayor del Ejército, del que forman parte los oficiales generales —capitanes generales, tenientes generales y mariscales de campo— y los brigadieres.

      La primera relación de oficiales generales que hemos encontrado data del año 1759, en el reinado de Carlos III, en donde figuran estos empleos, por orden de antigüedad, sin figurar el año de ascenso a ellos. En esta relación encontramos seis capitanes generales, 41 tenientes generales y 50 mariscales de campo, lo que hace un total de 97 oficiales generales.6

      En esta guía, los capitanes y tenientes generales reciben el tratamiento de Excelentísimo Señor, tratamiento que no tienen los mariscales de campo, lo que puede parecer indicativo de la separación existente entre la primera clase de oficiales generales y las dos más elevadas y, así, pueden considerarse estas como la cúspide del generalato.

      El año siguiente,7 se consigna el Estado Mayor del Ejército, y, dentro de este los diferentes empleos de oficial general, citándose el año de su promoción. En esta guía, la variación con lo consignado en la anterior es mínima, con cuatro capitanes generales, 42 tenientes generales y 45 mariscales de campo, que suman 91 oficiales generales.

      Es la más alta jerarquía del Ejército, considerada, más que un empleo, una dignidad, y denominado por algún historiador como «príncipe de la milicia».

      El origen de esta dignidad, ha sido discutido por varios autores, entre ellos Almirante, pero de lo que no parece haber duda alguna es de que, con las ordenanzas de Felipe V, se consolida y se hace permanente.8

      El número de promovidos a «príncipes de la milicia», varía según los períodos históricos, debido obviamente a los profundos cambios ocurridos en España a lo largo de los dos siglos que transcurren desde el nombramiento del primero de ellos, en el año 1702, al último, en el año 1911.

      En la Tabla I podemos observar los períodos considerados, así como el número de capitanes generales promocionados en cada uno de ellos.

      TABLA I. Número de capitanes generales por períodos históricos.

PeríodoNúmero% del total
Felipe V y Fernando VI4539,1
Carlos III y IV2218,7
Fernando VII2218,7
Isabel II y Sexenio1513,9
Restauración118,7
Total115100

      La dignidad de capitán general de Ejército, máxima jerarquía en el ejército español, fue creada por Felipe V, como ya se ha señalado, durante la llamada Guerra de Sucesión —la que podemos considerar como primera guerra civil española—, que finaliza con el cambio de la dinastía austriaca por la borbónica, y el desmembramiento de la monarquía hispana de los Austrias. Esta dignidad ha sido alcanzada por 114 militares entre 1702 —fecha de la promoción de los dos primeros capitanes generales, Carlos Enrique de Lorena, príncipe de Vaudemont, y Francisco Antonio Velasco Tovar y de la Torre— y 1911, con la promoción de Marcelo Azcárraga y Palmero. La lista de estos capitanes generales la encontramos en el Anexo I de este estudio.

      La guerra contra el francés de 1808 a 1814 —también considerada como