de moda y por mucha de la fotografía creativa contemporánea. La cobertura de la boda suele incluir algunas fotografías de la ceremonia en un estilo más fotoperiodístico o tradicional; sin embargo, en otros momentos no está limitada al seguimiento de los personajes que implica el estilo fotoperiodístico, sino que el fotógrafo interviene para dirigir la atmósfera general que desea ofrecer en cada escena.
Los reportajes de Xpression International pertenecen al estilo de retrato creativo, pues la mayoría de sus fotografías, como ésta, tomada en el interior de la Alhambra de Granada, no se diferencian de las mejores imágenes en la historia de la fotografía de moda. En esta imagen se condensan las claves de su estilo: una cuidada composición y atención al color, acentuando el contraste con los colores pasteles de la fotografía mediante los velos rojos, una iluminación que destaca las formas y texturas de los tejidos y una exposición perfecta para captar todos los detalles de un entorno espectacular.
15 mm f/2,8, ISO 800, f/3.2, 1/80 segundos.
El fotógrafo selecciona escenarios interesantes o sorprendentes, donde busca o añade iluminaciones que provoquen una atmósfera, ya sea de ensoñación o dramática. Sugiere acciones, movimientos y poses a la pareja, tal como si estuviera dirigiendo una película. Busca puntos de vista y encuadres inusuales, que le permitan destacar las formas de los edificios de alrededor o concentren la mirada sobre la pareja. También este estilo suele incorporar mucha postproducción digital, desde añadir una atmósfera determinada de luz a la escena a retocar bastante la piel y los cuerpos de los participantes.
En la mayoría de las imágenes de este estilo puede decirse que se combinan la creatividad del fotógrafo y la personalidad de la pareja que se casa para concebir imágenes de gran belleza. Muchos personajes famosos contratan a estos fotógrafos porque desean que expresen sus bodas con su estilo característico, incluso sabiendo que los elevados gastos de producción de este tipo de fotografías les costarán varios miles de euros. De hecho, su demanda es cada vez mayor, entre otras cosas porque la difusión de cobertura de bodas de personajes populares en las revistas está provocando que muchas otras parejas, incluso de menor capacidad económica, deseen lo mismo para sus propias bodas.
Dentro de este estilo general pueden identificarse numerosos subestilos. Entre los más habituales y demandados se encuentran los siguientes:
•Estilo de vida (Lifestyle): El fotógrafo desea añadir un tono más desenfadado a la documentación de las aficiones y actividades de la pareja. La parte del reportaje más centrada en los protagonistas suele realizarse en una sesión preboda o postboda en algún entorno apropiado. Por ejemplo, si a la pareja les gustan los caballos y la vida rural, se podría efectuar en un club hípico; mientras que si prefieren el surf, ¿por qué no situarlos en una playa con otros deportistas?
•Dramático: En este estilo el fotógrafo busca crear atmósferas de luz únicas, mediante la aplicación abundante de flashes portátiles, accesorios de iluminación y gelatinas de colores. Muchos de estos trabajos se ejecutan de noche para poder usar solamente luz artificial y crear efectos aún más impactantes.
•Ensoñación: La intención es trasladar al espectador a mundos imaginarios seleccionando escenarios que puedan alejarle de la realidad más inmediata, incluso usando técnicas de montaje fotográfico, y también por medio de recursos técnicos como dejar fuera de foco grandes áreas de la imagen, usar tonos pasteles o, al contrario, muy saturados, zonas muy sobreexpuestas, etc.
•Vintage: Cuando los escenarios y elementos de atrezo de las fotografías en el reportaje buscan reflejar una atmósfera de tiempos pasados. Preste mucha atención a los detalles y el estilismo para no caer en reproducir fotografías demasiado antiguas. Si busca recrear décadas anteriores (de 1960 a 1980), sitúe a la pareja en un bar de aquellos años o en un Volkswagen escarabajo de entonces, no en un coche antiguo de época. Habitualmente los fotógrafos de este estilo se apoyan mucho en cámaras antiguas de película o en un procesado digital que recrea los efectos de desvanecimiento y pérdida de algunos colores en los positivos fotográficos antiguos y las películas instantáneas tipo Polaroid.
El equipo del fotógrafo de retrato creativo incluirá dos o más cámaras digitales con objetivos muy similares a las usadas en el estilo fotoperiodístico, es decir ópticas luminosas, habitualmente de distancia focal fija y con aperturas máximas entre f/1,4 y f/2,8. También suelen añadir alguna óptica especial (lentes de foco variable o lentes de efectos tipo LensBaby) y filtros para varios efectos (filtros difusores, degradados, polarizadores, etc.).
Aunque muchos de estos fotógrafos usan bastante la luz natural, les gusta tener el control del color y del balance de luces y sombras en todo momento. Por ello no dudan en llevar varios flashes portátiles o incluso flashes de estudio con sus generadores, además de sus trípodes y accesorios, para lograr controlar al máximo la iluminación en todo tipo de circunstancias y permitirles crear atmósferas de luz únicas para cada imagen.
Durante la mayor parte del día de la boda, el fotógrafo de retrato creativo trabajará de forma muy parecida al fotoperiodista. En la preparación del novio y la novia buscará lograr una narración coherente y variada. Efectuará tomas de los detalles que le interesen, modificando su posición o iluminación si es necesario; así como algunas fotografías que recojan las acciones que van transcurriendo. También buscará un par de lugares especiales donde su ayudante irá preparando la iluminación, para después situar a los novios por separado y captar los retratos con poses sugeridas por el propio fotógrafo.
Mientras se celebra la ceremonia no hay lugar para excentricidades creativas, ya que la mayoría de las parejas desean que estas fotografías sean percibidas como naturales, por lo que es mejor volver a un estilo fotoperiodístico que colisione lo mínimo posible con los rituales del enlace. Después de la ceremonia y antes de la celebración, el fotógrafo y la pareja se ausentarán a los sitios escogidos para la sesión de fotografías más elaboradas y creativas. Si las localizaciones se encuentran demasiado lejos, la logística para llegar y realizar con un mínimo de tiempo las fotografías puede ser compleja. En ese caso, o también si se desea tener una boda menos interrumpida por la sesión de retrato creativo, debería hablar con los novios durante la fase de planificación y contratar una sesión de preboda o postboda para esas fotografías especiales.
Debido a la mayor complejidad técnica de las iluminaciones usadas en este estilo, suele ser habitual requerir de otro fotógrafo o de un ayudante, que vaya preparando la iluminación de la siguiente escena mientras el fotógrafo se encuentra realizando las tomas de la anterior. Este es un asunto importante que debe hablarse previamente con la pareja y realizar el presupuesto de forma acorde.
Desarrolle su propio estilo
Si usted desea establecerse como fotógrafo de bodas, es muy probable que ahora se encuentre pensando qué estilo de los anteriores se adapta más a su personalidad, conocimientos y experiencia. Tanto si es autodidacta como si ha estudiado fotografía en una escuela, posiblemente la mejor forma de iniciarse en este campo profesional es trabajar como ayudante de un fotógrafo de bodas ya establecido. En este caso, el estilo de dicho fotógrafo marcará seguramente una primera senda para comenzar su propia investigación, pues le dará las bases técnicas y prácticas necesarias para posteriormente evolucionar hacia su propio estilo más personal.
Si no ha trabajado con ningún fotógrafo de este campo, pero sí cuenta con alguna experiencia en otros tipos de fotografía, pregúntese si puede adaptar lo aprendido en su trayectoria profesional al campo de la fotografía de boda. Víctor Martí y Antonio Trigo (El Marco Rojo) decidieron plantear la cobertura de sus bodas de una forma